Parpadeo varias veces, pero Dana sigue ahí, mirándome con una sonrisa de oreja a oreja. Debo de estar alucinando, porque ella está muerta. Pero, entonces, caigo en la cuenta de que esta no es la habitación de la Mansión Malfoy.
Ni la de la casa de Dana en mi mundo.
Sino que es la casa de su mundo, el de los muggles.
- ¿Estás bien? -pregunta Dana sin dejar de sonreír.
¿Esto es normal? ¿Debo estar en el limbo? Creo que sí, porque aquí fue donde empezó todo y, entonces, es mi lugar favorito.
- ¿Dana? ¿Eres tú? -pregunto con dificultad.
Pero ella no contesta: se lanza a besarme.
Y este beso es muy real.
