Draco y yo llegamos al jardín trasero y nos colocamos detrás de un árbol grande, fuera de la vista de los cotillas. Siempre me ha gustado este árbol porque es muy grande y se nota que es bastante antiguo, y por eso da un toque de importancia a la casa.
Me apoyo en el árbol y me quedo mirando el cielo. Es de noche y se ven las estrellas claramente porque por aquí hay poca luz. Se me hace triste despedirme en una noche así...
Y más despedirme de Draco.
Suspiro y capto la atención de Draco, quien me mira fijamente.
Me muerdo el labio inferior, indecisa.
- Bueno -digo con un suspiro-. Supongo que tendremos que despedirnos para siempre.
A Draco se le ponen los ojos vidriosos.
- No tenemos por qué.
Sonrío tristemente.
- ¿Qué otra opción tenemos?
- Puedes casarte conmigo.
- Eso es imposible -susurro-. Sabes que no soportaría la idea de verte morir...
Draco se acerca a mí y me acaricia la mejilla.
- Prefiero la muerte a una vida sin ti.
Ya está. Era lo que me hacía falta escuchar para ponerme a llorar.
- Draco, yo...
- No -me interrumpe-. No hagas esto más difícil. ¿No quieres estar conmigo? Lo entiendo perfectamente. Me iré sin más y haré como que no te conozco, aunque sea una tarea difícil...
Paso mis brazos por su cuello y le abrazo.
- Sabes a la perfección que sí quiero estar contigo.
- ¿Entonces por qué me estas rechazando?
Parpadeo varias veces rápidamente.
- Porque no quiero que mueras...
Draco se separa de mí y me mira a los ojos.
- No te voy hacer cambiar de idea, ¿cierto? -susurra con el labio inferior tembloroso.
- Cierto -asiento con la cabeza.
- Pues supongo que me tendré que ir ya mismo -dice con un poco de dureza.
Se separa de mí y empieza a caminar después de darme la espalda.
Joder.
Sabe que no puedo hacer esto así. No puede comportarse como un crío ahora. ¿Por qué lo tiene que hacer tan difícil?
Suspiro y corro hasta él. Me pongo delante e interrumpo sus pasos. Draco frunce el entrecejo.
- Creo que tengo una idea -le digo, e intento sonreír, pero no puedo.
Draco me mira todavía más confuso.
- ¿Cómo?
Le abrazo sin decir nada y me desaparezco, para aparecer en mi mundo.
