Bonus Epílogo: Yoongi

Start from the beginning
                                    

Yoongi bajó la cremallera de la ropa de trabajo que llevaba puesto, apartando su ropa interior, frotando la cabeza de su polla sobre el resbaladizo agujero de Jungkook.

—Mierda, Pecas. Me encanta cuando ya estás mojado para mí.

—Lo sé —consiguió Jungkook.

—Arquea la espalda para mí. Así está bien. Justo así —Yoongi no lo penetró, sólo siguió frotando la cabeza de su polla entre sus mejillas—. ¿Es esto lo que vienes buscando? —Preguntó Yoongi—. ¿Me quieres dentro de ti?

—Sí —dijo Jungkook, con la voz ronca.

Yoongi le dio una palmada en el culo, admirando la única huella de la mano que aparecía en esa carne cremosa y pálida.

—¿Sí qué, Pecas?

—Sí, por favor —susurró Jungkook, presionándose contra Yoongi, emitiendo un sonido frustrado cuando este se apartó.

—Tú sabes lo que quiero —provocó Yoongi—. Dímelo. Déjame oír las palabras y te follaré justo como te gusta.

Jungkook no dudó.

—Por favor, Yoongi.

—Buen chico —Yoongi puso una mano sobre la boca de Jungkook, capturando su grito de sorpresa, mientras lo empalaba de una sola y dura estocada.

Yoongi no le dio la oportunidad de adaptarse. No podía. De repente, estaba desesperado por follarlo tal y como le gustaba a Jungkook. Chocó sus caderas contra él con estocadas duras y profundas que tenían a Jungkook gimiendo detrás de su mano.

Mierda. Conocía el cuerpo de Jungkook por dentro y por fuera, sabía exactamente lo que tenía que hacer para que se estremeciera, suspirara, lloriqueara, gimiera... suplicara. Jungkook siempre afirmaba que Yoongi utilizaba el sexo como mecanismo de adaptación, una forma de desahogarse cuando estaba demasiado emocionado o tenso.

Pero Jungkook era todo lo contrario. Jungkook usaba el sexo como una forma de sentirse físicamente conectado. Jungkook iniciaba el sexo cuando se sentía ansioso o desconectado. O al no sentirse amado. No por Yoongi. Yoongi lo amaba más de lo que amaba a nadie más, más de lo que podía expresar con palabras, aunque tratara de decirlo todos los días. Jungkook era quisquilloso y cerrado y se avergonzaba con facilidad, y Yoongi amaba cada una de sus singularidades.

Dejó que su mano se deslizara desde la boca de Jungkook hasta su garganta, inclinando su cabeza hacia atrás para darle un beso sucio mientras lo embestía por detrás.

—¿Así está mejor, Pecas? ¿Para esto has conducido por toda la ciudad?

La cabeza de Jungkook se movió mientras asentía frenéticamente.

—Sí.

—Ese es mi chico. ¿Tan puta eres por esta polla que saliste de tu trabajo temprano? ¿Era que solo me necesitabas dentro de ti? ¿Necesitabas que te usara, que te llenara?

Las palabras eran tanto para Yoongi como para Jungkook. No siempre era así, áspero y crudo y carente del más mínimo gesto romántico. No, a veces, Jungkook quería que Yoongi fuera suave y lento, que lo provocara y torturara durante horas hasta que sollozara de necesidad. A veces, Yoongi lo follaba para despertarlo, lo abrazaba con fuerza mientras se mecía dentro de él hasta que las pesadillas de Yoongi desaparecieran.

Jooheon hablaba constantemente de los lenguajes del amor. Si él y Jungkook tuvieran un lenguaje del amor, sería el sexo, el tacto, la unión de sus cuerpos en uno solo. Tenían sexo a diario, a veces más de una vez. Junseop se burlaba de que eran como adolescentes calientes, incapaces de tener suficiente. Tenía razón, sin embargo. Yoongi no podía tener lo suficiente. Cuando se trataba de Jungkook, era insaciable.

M.N. (1-7)Where stories live. Discover now