Epílogo

194 30 11
                                    



Suelto un suspiro al ver la hora, he llegado un poco antes de lo normal, llegue un poco antes con el pelirrojo quien me ayudo a planear todo esto, lo miro divertida para que no note lo muerta que me siento por dentro.

No pude esperar ni un día más desde que pasó aquello, aun siento como mi pecho se comprime del dolor de recordar sus palabras. Recuerdo que mi meta no era dejar mi felicidad en manos ajenas, pero me he equivocado, como siempre.

¿Huir es malo? Sí, lo es. Probablemente mi psicólogo me tire mi historial de consejos y terapias de cinco años por la cabeza preguntándome qué demonios no había entendido. Aquella idea me causa gracia pues, tengo un psicólogo con temperamento especial y eso no puede ser más perfecto porque yo no soy normal.

Ya tengo todo preparado, tuve que dejar lo que alguna vez fue mi estudio, así como estaba porque no me atreví a regresar, no soy capaz de ver tantos años de esfuerzo destruidos sólo por un ataque de ira. A pesar de que no exprese aquella molestia con el chico de ojos verdes como hubiese querido, sé que no puedo perdonar aquella venganza, porque eso fue, una venganza. Ni siquiera fui capaz de dar la cara a los encargados de aquel evento que ya se llevó a cabo el día de ayer. Ryan fue el que me ayudo con aquello.

Mi corazón se retuerce un poco más al necesitar la presencia de mi mejor amigo conmigo, me hubiese gustado empezar y terminar esto juntos, pero sabía que se vendría conmigo a despedirse iba a arrepentirme de esta decisión. No fue fácil de tomar claro está, pero sé que es lo correcto y que debo hacerlo para sanarme y poder respirar con tranquilidad.

Podrá parecer una exageración de mi parte, pero creo firmemente que lo mío no es el amor. Para mí no existe aquello, y sé que, Ryan me ama de esa manera, pero me destroza no poder sentir lo mismo con la misma intensidad. Ya mi corazón quedó magullado por el chico de ojos verdes.

Lonely Day de System Of A Down retumba en mis oídos a través de los audífonos que he llevado puesto todo el día, me he dicho que no debo escuchar música corta venas, pero aun así no puedo evitarlo. He pasado de Guns and Roses, Metallica y Avenged Sevenfold. Esta canción es la más alegre que he escuchado desde que desperté. Escuchar estas canciones me recuerda a las ganas que siempre he tenido por aprender tocar una guitarra eléctrica.

El chico a mi lado me quita un audífono para escuchar también, sacude la cabeza en señal de desaprobación, me recomienda escuchar algo más alegre, que sólo las personas góticas escuchaban ese género de música. Lo conozco poco, pero sé que él prefiere las canciones más alegres y colores más vivos. Me da gracia solo pensar en lo diferentes que somos.

Sacudí mi cabeza en negativa, le respondo que el Metal no tiene por qué ser para esa clase de personas, yo, por ejemplo, soy una artista. Aunque no lo parezca puedo ser alguien muy alegre, aunque no me den la oportunidad, puedo ser muy amistosa, aunque nadie lo crea, soy alguien tan diferente y única que no me moriré sin la aprobación de todos. Me gusta pensar que aquellas personas que me perdieron, perdieron algo más que a una persona, perdieron a alguien que siempre va a brillar en plenitud con las personas que la rodean, y ayudará a todos sin importar el precio.

Puede que haya tenido personas que simplemente me empujaron para caer hondo, pero lo que al final lograron fue hacerme más fuerte que nunca. Ahora sólo les deseo que sean felices, pero muy lejos de mí y de mi felicidad y de todo el progreso que he logrado.

Me mira con orgullo al escucharme, Ryan también lo estaría. Pero sé que él está consciente de mi progreso sin tener que contárselo.

Después de todo, luchamos juntos para que yo pudiera estar en paz conmigo misma.

Sonrío con la mirada al frente, el chico de ojos verdes aparece de nuevo en mi mente haciendo que mi sonrisa pierda parte de seguridad. Sé que será difícil sacarlo de mi corazón, sacar sus sonrisas de mi mente, sacar la sensación de su piel contra la mía, y de su calidez en mis labios.

Cuando por fin admito mis verdaderos sentimientos por él, ya no me correspondía. Me quedare con los pocos recuerdos buenos que tuvimos juntos, las sonrisas compartidas y miradas que decían mucho más que las palabras. Tal vez en otra vida él y yo seremos capaces de estar juntos. Él sin un comportamiento impulsivo y destructivo, y yo por otra parte, sin nadie que me quiera hacer daño y sin un pasado horrible.

Tal vez no ame a nadie más como a él, pero lo intentaré.

De sólo pensar en estar con alguien que no sea él, mi corazón niega con fiereza, sin embargo, es algo que debo hacer. No puedo seguir amando a alguien que me destruye por completo como si nada, y lo peor es que no parece importarle. Debo estar con alguien que me vea por lo que soy, y no por lo que dicen de mi o por lo que alguna vez fui.

Quien sabe, y el chico a mi lado pueda ayudarme con ello.

Es atractivo sí, pero no tanto como el chico de ojos verdes. Me regaño a mí misma al notar que los estoy comparando. Si tan sólo el fuera más como su amigo Mars, claro que lo descarto, pues ese hombre se comportó fatal con mi mejor amiga.

Jess.

Sonrío con nostalgia, al no poder despedirme de una gran amiga como es debido, pero es algo que no se puede evitar. Me hubiese gustado poderle contar todo, haber sido sincera con ella, como ella lo fue conmigo, pero el miedo de que ella no soportara verme me consume, es mejor así. No quiero preocupara por mí, tiene problemas más importantes como para sumarle los míos, sólo espero que Ryan la cuide.

Una risita se me queda atorada en la garganta al recordar cómo me hablaba avergonzado sobre ella, sé que le gusta mi amiga, pero no estoy del todo segura que sea de un modo romántico. También esta Lauren, que, a pesar de negarlo, siente algo de afecto por ella, aunque algo me dice que no se trata de algo tan profundo como lo que siente por Jess

Uno nunca sabe.

Mis pensamientos se interrumpen cuando una voz en el altavoz del lugar resuena por todas partes, anunciando la partida.

Suspirando con pesar, tratando de llenarme de valor ante lo que haré, tomo mis cosas. El chico a mi lado rodea mis hombros con su brazo derecho y besa mi cabeza. Aquel simple gesto me llena de vida. Y lo hace porque cierro mis ojos deseando que sea él quien lo hace.

Miro hacia atrás antes de entrar a aquel punto en donde ya no hay retorno, suelto un suspiro sintiéndome nostálgica.

Pero al final subo al avión sin mirar atrás.

Máscara Inefable (Saga Disfraz #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora