Capítulo III

232 49 4
                                    

Ayudas Inesperadas

Avanzo por el estudio viendo a mi alrededor, trato de despejar mi mente para poder concentrarme y al cabo de unas cuantas respiraciones logro poner mi mente en blanco, tomo mi bolso y tomo mis lentes, al colocármelos empiezo a hacer mi trabajo.

Al principio me costó conseguir que me notaran en el mundo del arte, pero no me rendí, tenía que tener algo para motivarme, luego de muchos esfuerzos ciertas personas me encargaban retratos o paisajes para sus casas. Pero un día llego un señor muy agradable y comprensivo, me propuso un gran trato, decorar su tienda de ropa eso hizo que yo llamara la atención y ahora estoy aquí, haciendo cuadros tanto como para el hogar, como sitios exclusivos. Siento que es lo único que he hecho bien.

Por estos momentos, me siento en paz haciendo lo que amo. Adoro esta sensación de felicidad, prometiéndome no ser tan amargada y grosera, que puedo ser mejor.

(...)

── ¡Mierda! ──Exclamo al terminar de cerrar la puerta del estudio, un dedo se me había quedado atorado de la prisa que llevo.

Se me ha hecho tarde ya que se me olvidó poner una alarma y me he quedado pegada haciendo los cuadros, ahora tengo que correr para llegar a mi apartamento sana y salva. Lo único que me consuela es que por fin terminé con el encargo y puedo llamar para entregarlo.

Sigo medio corriendo hasta llegar a una esquina y veo a mi izquierda la calle que puede ahorrarme minutos para llegar a casa, me tiento, esta calle no tiene muy buena reputación precisamente. Veo a los lados y como no hay nadie, pienso en que no puede haber ningún tipo de peligro, si camino con rapidez y con ganas de vivir estaré bien.

¿Que podría pasar?

Camino lo más rápido que puedo imaginando que estoy en una maratón en el cual debo ser el primer lugar, pero cuando estoy por cruzar nuevamente la calle aliviada de que estaré segura nuevamente alguien pone una mano en la boca y un brazo pasando por encima del abdomen sujetándome con fuerza, inmovilizándome. Maldigo en mis pensamientos cuando noto que no puedo librarme de este tipo.

── Hola, preciosura. ──Dice un hombre posicionándose en frente de mí, al comprender lo que intentan hacerme trato de librarme, pero fracaso── Si te quedas quieta, pasará rápido.

El hombre que tengo detrás quita su brazo liberando mis brazos, pero antes de que pueda hacer algo recibo un fuerte golpe en el abdomen, que me hace caer de rodillas. Por un momento quedo suspendida en aquella sensación de dolor que me resulta tristemente familiar, mantengo los ojos cerrados mientras siento como alguien aprovecha la situación donde me sujeta de los brazos para hacer fuerza, obligándome a estar acostada en el suelo. Al sentir al segundo hombre sobre mi abro mis ojos alarmada, entrando a una especie de shock.

¿Y si simplemente dejo que pase? Pienso cansadamente. Sé que es malo ser pesimista, pero nada está a mi favor en esta situación.

Sólo puedo quedarme viendo y escuchando como se burlan de mí, haciéndome sentir de nuevo utilizada, cierro nuevamente mis ojos para pensar en otra cosa, pero no lo logro, no pude evitar que las lágrimas salieran. Cuando escucho que el hombre empieza a desabrochar el pantalón, no estoy segura el por qué, pero la furia crece dentro de mí y empiezo gritar pidiendo ayuda, provocando recibir una bofetada en el rostro.

Intento como puedo forcejear, pero es inútil, no entiendo por qué de pronto me siento enojada, sólo puedo pensar en que no quiero volver a pasar por esto.

Entonces, como si ocurriera en cámara lenta, veo como alguien golpea con fuerza un costado del rostro del hombre sobre mí, logrando quitármelo de encima, el que me sujetaba por los brazos me suelta para ayudar a su compañero y saca una navaja, intenta apuñalar y cortar al extraño, pero éste lo esquiva como si no fuera nada. Después de unos segundos, el recién llegado se pone en guardia y parece no importarle recibir un par de cortes en sus brazos pues de un solo golpe, rápido y preciso, le rompe la nariz al sujeto dejándolo inconsciente en el suelo junto a su compañero que aún estaba aturdido por el golpe en la cabeza.

Máscara Inefable (Saga Disfraz #1)Where stories live. Discover now