Donde quiera que tú estés

308 35 19
                                    

Muchas gracias por su apoyo, espero que esto les guste.

Declaimer:

Naruto NO es mío, es de Masashi Kishimoto.

.

Episodio

Final

.

"Gracias"

.

Euforia.

Esa era la palabra que describía a la perfección el ambiente que se percibía a su alrededor luego de que le informara a su familia la elección que había hecho. Hiashi y Neji estaban bastante ocupados apurando los tramites del pasaporte y la estadía en el hospital, incluso Hanabi había dicho que podía ayudar en la casa mientras su primo se encargaba de visitar la oficina de relaciones exteriores. Tenten había pedido un permiso en su escuela para visitarlos y apoyar en lo que se necesitara para los preparativos. Le sabia un poco mal darse cuenta que todos ellos habían estado esperando ansiosamente por eso. Y no es que no tuvieran miedo, al contrario, probablemente eran los que estaban más aterrados por las consecuencias que su decisión podía tener, pero, la esperanza era suficiente para mitigar cualquier otra clase de sentimiento.

Su familia era fuerte.

—Tan fuerte que dan miedo—susurró esbozando una pequeña sonrisa mientras miraba el lobby de la casa desde la baranda del segundo piso.

—¿Hmm? ¿Hinata-neesama?—escuchó la voz de Hanabi y giró el rostro sólo para verla subir los escalones lentamente.

—Oh, estás en casa—pronunció despegándose de la barra de madera—. Bienvenida—exclamó, la menor cabeceó a modo de reverencia.

—Estoy de vuelta—murmuró—, ¿qué haces en este lugar? ¿No estabas en el hospital con Yamada-sensei y papá?

—Regresé antes, al parecer había algunos formularios que se debían llenar con ayuda de Kirishima-sensei así que tenían que esperar a que saliera de una operación—explicó acercándose a ella.

Hanabi la observó fijamente por unos segundos. Un par de círculos negros lograban apreciarse bajo sus ojos y su piel estaba ligeramente más pálida.

Lucía cansada.

Sin embargo, todavía sonreía.

—¿No irás con Onii-san hoy?—cuestionó acomodándose un mechón tras la oreja.

—¿Eh?

—Has estado yendo a su casa estos días, ¿no?

Sus mejillas explotaron en rojo vivo.

Honestamente, no estaba acostumbrada a que su hermana menor supiera la verdad. Aunque no era su intención esconder su relación con el morocho como si fuera un secreto que debía llevarse a la tumba, simplemente no había encontrado una oportunidad para decirles sobre su querido gato. El tema no salía a colación y no es como si alguna vez se hubiera enfrentado a un escenario en el que debía introducir al hombre que amaba con los miembros de su familia. Quizás sería bastante incómodo, después de todo, ambas partes eran suficientemente reservadas como para iniciar una guerra fría. Seguro que nacía una nueva era de hielo en su casa al dejarlos uno frente al otro sin haber preparado el terreno primero, lo cual, a decir verdad, le costaba un poco aterrizar. No obstante, Hanabi le había tomado con la guardia baja cuando le entregó unos boletos para un recital que había ganado en un sorteo de su club, y luego le dijo que los utilizara para tener una cita apropiada antes de marcharse.

Say Goodbye Dear Stray CatWhere stories live. Discover now