7 segundos de debilidad

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Muchas gracias por su apoyo, espero que esto les guste.

Declaimer:

Naruto NO es mío, es de Masashi Kishimoto.

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Episodio

VII

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"Abre tu corazón y deja expuestas tus preciosas heridas para mi"

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La música era alta, pero no lo suficiente para lastimar los tímpanos de los clientes que se encontraban sentados junto al equipo de sonido del bar. Las luces eran tenues y sobrias, con un toque de confidencialidad que el alcohol y las notas de jazz se encargaban de orquestar magistralmente; entre las mesas la gente iba y venía, los mismos empleados se las ingeniaban para danzar de un lado a otro con los pedidos y sin embargo no perdían el profesionalismo que los caracterizaba. Cerca de la barra, en torno a un grupo de extranjeros ingleses que se divertían en su primera noche en Tokio, Sasuke repartió una ronda de cerveza comercial y se encargó de recoger los vasos sin líquido para llevarlos con Karin quien estaba encomendada de lavar la vajilla ese día.

—¿Hay más?—se quejó la bermeja arrugando la nariz con desagrado, mirando fulminantemente las figuras de cristal—, maldito Suigetsu, menudo día escogió para descansar ese bastardo—resopló tallando con el trapo enjabonado un par de copas con restos de Whisky.

—...—el moreno le miró un segundo luego rodó los ojos para restarle importancia.

—Sasuke, ¿podrías encargarte de esta bolsa de basura?—indagó el cantinero y dueño desde el otro extremo de la barra.

—Vale.

—Y por cierto—exclamó recargándose brevemente contra la repisa de licores mientras sacaba de su bolsillo un cigarrillo y le encendía con un cerillo que reposaba en su oreja—, los imbéciles que me pediste buscar el otro día...—Sasuke se enderezó con la bolsa negra en su mano derecha—, están teniendo una reunión en la tercera calle justo ahora—el hombre clavó sus ojos profundos y secos en los del muchacho que permaneció inmutable—. Si no estoy mal...—agregó tomando el cigarro con sus dedos y escupiendo una nube de humo—, tu descanso... ¿no es en cinco minutos?

El susodicho dio la media vuelta en completo silencio y se detuvo sólo un poco antes de coger el camino hacia a puerta trasera. Karin se había parado en su labor para mirarlo atenta de sus movimientos y el jefe de ambos no se movió de su posición, pero era consciente de lo que sucedía.

—Lo cojo prestado—avisó el Uchiha tomando con su mano libre el bate que a veces usaban con los consumidores ruidosos.

La pelirroja abrió los ojos como platos y giró velozmente la cara hacia el hombre que continuaba fumando como si nada una vez el morocho se hubiera ido con la insólita arma.

—¡Jefe!

—¿Qué?—otra bocanada de humo.

—¿No va a detenerlo? Sasuke-kun es todavía un estudiante, si los ataca él...

—¿Y qué?

—¡Jefe!—reprochó por la indiferencia del mayor.

—Karin.

—¿Qué?

—Sasuke no teme a las consecuencias de sus actos, sin embargo no es estúpido, al contrario, ese mocoso es más astuto de lo que debería—aplasto la colilla en un cenicero que mantenía cerca de su brazo derecho. Le echó una mirada a la muchacha y luego se acercó a la barra para atender a un par de mujeres que acababan de llegar bastante alborotadas con un pedido de vodka—, incluso si tuviera la intención de matarlos, no se ensuciara las manos estúpidamente.

Say Goodbye Dear Stray CatOù les histoires vivent. Découvrez maintenant