FUERTE BRYDON
El Cairo—¿Estás bien? — mire al Sr. Henderson.
— Eso creo — limpie mis lágrimas y baje las piernas del sillón.
— Oye, creo que empezamos mal — me dijo y yo trate de sonreírle.
Pero tenía tantas cosas en la cabeza.
— Y creo que así mismo acabaremos — digo en referencia a la situación.
— ¿Crees que vendría hacia aquí? — no lo sabía, pero lo intuía.
— Ni siquiera sé que pensar de todo esto. Parece una locura — confesé.
Toda mi vida, me la pasé leyendo sobre Hamunaptra. Llegar fue asombro, pero saber lo que ocultaba era algo que me estaba matando.
Porque, por una extraña e ilógica razón, yo me sentía más culpable que nadie.
Sentía que yo fui la causante de esto.
— Locura o no. Mi amigo ya no tiene lengua, ni ojos — baje la cabeza.
— Lamento mucho eso. De verdad — este asiente.
— Tu hermano se puso como loco al no encontrarte. Incluso se estaba culpando así mismo, por traerte. No quería salir sin hallarte, pero Jonathan y Evelyn lo convencieron de que podrías haber salido.
— Sabes... Yo lo obligue a traerme. Creí que si venía lo salvaría de cualquier peligro o riesgo al que se enfrentará, como él lo hacía conmigo. Pero... Está situación me sobrepasa.
— Burns, nos dijo que lo ayudaste antes de que los otros sujetos. Gracias — negué.
— También te dijo que pensaba dejarlo y huir — este niega.
— Pero no te culpo, tenías miedo — no lo sé.
— La vi, a esa cosa — tragué fuerte — Quise irme, de verdad quise hacerlo. Pero...
Este me mira fijamente.
— Olvídalo — suspiré — Ni yo misma me entiendo. Ni yo misma entiendo que trato de decirte. Solo que hubo un momento, fue un corto segundo, un extraño e indescriptible, segundo, en el que me sentí desconocida a mí misma.
— Oye, oye. No sé lo que estás pensando y no logro entender del todo lo que dices. Pero siento algo de culpa en tu voz y no lo es. Quiero que quede claro.
— La razón por la que no hui, quizás era porque me importan más las otras personas que yo misma. Y por eso lo ayude. Esa empatía es más fuerte que mi misma — expliqué — Y, si esos tipos...
Respire profundo.
— Si esos tipos no nos hubieran encontrado, no nos hubieran salvado. Tal vez ambos hubiéramos muerto — afirme.
— Sin importar lo que digas. Ayudaste a nuestro amigo — pase una mano por mi rostro — Y tampoco te hubiéramos culpado de no hacerlo.
Escuché el grito de mi hermano y luego una puerta cerrarse con fuerza.
— Al parecer Evelyn no quiere irse — dije.
Me levanté del sillón y le sonreí.
— Iré a verlo. Gracias por esta charla, la necesitaba — este me mira nervioso y asiente.
— Si, claro. Nos vemos después — me di la vuelta y empecé a buscar a mi hermano.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
— Salud — dije robando el vaso de alcohol, de mi hermano.
Bebí de un golpe el trago y luego lo dejé sobre la mesa.
— No te enseñe a beber así — me dice.
Me encogí de hombros y le hice un gesto a Jonathan para que se pasar al otro asiento y me dejara el de en medio de él y mi hermano.
— Lo aprendí solita — Jonathan ríe y me sirve otro trago.
— Entonces... ¿Qué paso con Evie? — dije mirando a ambos hombres.
— No quiere irse — dice mi hermano — Cree que, si nosotros la despertamos, nosotros debemos detenerla.
— Mi hermana siempre es así de terca. Créanme, digan lo que le digan no se irá — dice Jonathan.
— Voy a serles honesta. Lo he estado pensando y tampoco quiero irme — susurré.
— Aria — Rick me miró con reproche — ¿Te escuchas? Esto es una locura.
— Créeme que lo sé. Pero... Evelyn tiene razón, fue nuestra culpa, ahora es nuestro deber ayudar a pararla — dije.
— Si, tu y mi hermana serán las mejores amigas — dice Jonathan.
— Creí que ya lo eran — dice mi hermano.
Rodé los ojos.
— Chicos esto fue un error. Debí detenerlos, debí hacerle caso cuando me dijo que debíamos irnos — Rick me mira confundido.
— ¿Te dijo? ¿De quién hablas? ¿Quién te dijo? — bebí de golpe de mi trago.
— Él nos advirtió muchas veces. Debimos hacerle caso — dije.
— ¿El sujeto que trato de matarnos? ¿De él hablas? — me pregunta mi hermano con incredulidad.
— Yo...
— Mejor bebamos otro trago — dice Jonathan tratando de relajar el ambiente.
— Jonathan — mi hermano lo mira algo molesto.
— O tal vez no... — vuelve a tapar la botella.
— Yo...
— Bueno, todos empacamos y el maldito barco no zarpa hasta mañana en la mañana — dice el Sr. Henderson recargándose en la barra aún lado de Jonathan.
— Veo que traes la cola entre las piernas — dice Jonathan.
Y yo solo suspiro.
— Si, si lo que quieras. A ti no te persigue un cadáver viviente — dice este, tomando un vaso, y haciéndole una señal a Jonathan para que le sirviera un trago.
— ¿Cómo...? ¿Cómo está su amigo? — pregunta mi hermano mirando al Sr. Daniels, que se había colocado a su lado izquierdo.
— No tiene ojos, ni lengua tampoco... ¿Tú cómo estarías? — dice este dándose la vuelta y yéndose.
Mire a Henderson y este me dio una sonrisa débil.
— Créanme que esto es algo duro y complicado — dice en un suspiro.
— Lo siento — le dije y este niega.
— Está bien — me dice — Lo único que puedo decirles es... Buena suerte, chicos.
Los cuatro chocamos levemente nuestros vasos de licor.
— Si... La necesitamos — susurré y luego los cuatro bebimos de golpe nuestro trago.
Sin embargo, el sabor era extraño.
Termine escupiéndolo todo al suelo.
— ¡Cielo santo! — dice Henderson — Esto, sabe a...
— Sangre — dijimos mi hermano y yo al mismo tiempo.
Este se levantó de su asiento y dejó caer su vaso al piso.
— "Y los ríos y aguas de Egipto se tornaron rojos... — redacto Jonathan.
— Era como sangre — termine por él.
— Está aquí — dijo mi hermano y de la nada empezó a correr.
— ¿A dónde va? — pregunto Henderson.
Jonathan y yo nos miramos.
— Por Evelyn — dije con una sonrisa — Vamos, vamos, hay que encontrarlos y salir de aquí.
Los chicos asintieron y luego los tres empezamos a correr en busca de los demás.
YOU ARE READING
꧁•⊹٭𝙰𝙼𝙸𝚁𝚃𝙸٭⊹•꧂ (1#) (Corregida)
AdventureAria la hermana menor de Rick O'Connell, luego de no saber nada de su hermano en días, decidió viajar a buscarlo al lugar donde su hermano había señalado en una de sus últimas cartas. Sin saber que una vez lo encontrara, tendría que hacer un extraño...