Capítulo 8 (Corregida)

1.3K 120 11
                                    

El sonido del metal resonaba en el extenso silencio del desierto, acompañado de violentos golpes en la arena y combates cuerpo a cuerpo cada poco segundo, mi corazón se agitaba cada que sentía su respiración tan cerca de mí.

No me detenía, mis brazos se movían más rápido que mi cerebro, luchaba casi sin pensar. Lo único en lo que puedo concentrarme en este momento era en nuestras aceleradas respiraciones sin contar que por alguna razón ambos hacíamos el mayor esfuerzo por no lastimarnos mutuamente.

Para terminarlo de una vez por todas, rodé hacia atrás para evitar que la espada del sujeto golpeara mi cabeza, lo patee en el pecho y logré derribarlo, acto siguiente coloque la espada en su garganta.

Este sonrió, como si el haberlo derribado haya sido lo mejor.

No sé qué paso, solo que, por estar tan concentrada en sus ojos, este logro derribarme, extendiendo su pierna entre las mías, y arrojándome hacia atrás en la arena con el arma a solo unos centímetros de mi cuello.

Fruncí el ceño y aparte su espada con la mía, luego me arrastré hacia atrás y en cuanto tuve un punto de apoyo para levantarme, lo hice mientras esquivaba sus ataques.

Emocionada y algo frustrada grité sutilmente y con determinación. De repente me encontré girando mi espada como un molino de viento, dando la falsa impresión de un círculo borroso en la mano.

El sujeto sonrió, tomando mi acción como una invitación para atacarme de nuevo, pero esta vez no le di ninguna ventaja.

Reuní todas mis fuerzas restantes y mis ataques con la espada se hicieron más fuertes, hasta el punto de obligar a mi oponente a retroceder.

— Fin del juego — dije, luego agarré su muñeca con mi mano libre, balanceé su espalda y rodillas, y luego lo lancé al aire hasta que cayó, finalmente siendo derrotado.

Para asegurarme de que no se levantara de nuevo, me subí en su regazo y al mismo tiempo presione la punta de mi espada contra su cuello, conservando la fuerza necesaria para no cortarlo, sino inmovilizarlo.

Ninguno dijo nada luego de eso. Y por un momento, el silencio fue opresivo.

Siendo así, el viento, el único que se atrevía a hacer el más mínimo ruido, pues soplaba muy fuerte y movía mi cabello a su antojo.

No me había dado cuenta hasta ahora que traía el pelo suelto, y realmente no me importaba.

Prestando más atención, no solo escuchaba la brisa del viento, sino también nuestras respiraciones, las cuales parecían ir a un mismo ritmo, agitadas y en sintonía.

Sus ojos estaban mirando los míos con encantó o tal vez otra cosa.

Quite la espada de su garganta y la eche a un lado.

Luego me aleje lentamente de él.

Se levantó del suelo y tomo sus armas para regresarlas a su lugar.

Luego caminó hacia mí y extendió su mano en mi dirección.

No dude en tomarla. Me ayudó a levantar.

— Deberían irse — dice — Es peligroso.

— ¿Más que tú? ¿O por ti? — este suspira.

— Convéncelos de volver. O todo empeorará y no habrá valido de nada, lo que hicimos — lo mire confundida.

— ¿Hicimos? — este lleva lentamente su mano hacia mi garganta.

Aparta mi cabello, buscando algo en el hueco de mi cuello.

Cuando sus dedos tocaron mi lunar en forma de luna, mi cuerpo entero se estremeció.

El sujeto acaricia suavemente mi lunar e involuntariamente cierro los ojos, sintiendo el roce de sus dedos en mi piel.

¿Por qué rayos me sentía así?

— ¡Aria! — cuando escuché el grito de mi hermano.

Abrí los ojos, para ver la reacción del sujeto cuando mi hermano lo viera, sin embargo, el sujeto ya no estaba frente a mí.

Lo busqué con la mirada, pero lo único que pude ver es a él, yéndose en un caballo y perdiéndose entre la oscuridad del desierto.

— Aria — mi hermano me observa detalladamente y luego me abraza — Estaba muy preocupado cuando no te vi. ¿Por qué demonios estás aquí? Mejor dicho ¿Qué hacías aquí tú sola? Pudo ser peligroso.

Lo miré unos segundos y luego sonreí.

— Peligroso. Si, claro — palmé su hombro y luego me di la vuelta para regresar a dónde estábamos "acampando".

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

— Oh. He soñado con esto, desde que era una niña — dice Evelyn.

— ¿Soñabas con estas cosas? — le pregunta mi hermano algo espantado.

Rodé los ojos.

— ¿Por qué siento que me recuerda a alguien? — me mira y yo me encojo de hombros?

No fui tan animosa como Evelyn. Conocer sobre Hamunaptra fue como una creencia interesante, lo mío simplemente eran los libros, más no me apte por buscarla y ver si era real.

En cambio, mi hermanito hermoso lo hizo por mí.

Y así como todo un explorador quería saber sobre el tesoro, más no lo que ocultaba el lugar maldito.

— Miren, la escritura sagrada ha sido labrada — dijo Evie emocionada, tocando el sarcófago

— Este hombre debió ser condenado no solo en esta vida, sino que en la siguiente — dije.

— Que lastima — dijo mi hermano.

— Si, que conmovedor — dijo Jonathan coloco la llave en el sarcófago y empezó a girarla — Veamos quien está adentro.

Mi hermano y Jonathan abrieron el sarcófago haciendo que la momia saliera asustándonos a los cuatro por igual.

— Oh, dios mío. Odio cuando hacen eso — dijo Evie.

— Debe lucir así ¿No? — pregunta mi hermano

— No, en realidad no — dije algo confundida.

— Nunca había visto a una momia como esta, él esta aun... — dijo Evie

— Jugoso — dijimos Rick, Jonathan y yo al mismo tiempo.

— Si –dijo Evie.

— Debe tener más de tres mil años y aun parece estar en descomposición - me acerque a la tapa mirándola fijamente y pasando mis manos sobre ella

— Ahí hay algo — dijo Rick colocándose a mi lado — ¿Qué opinan de esto?

— Oh por dios, estas marcas fueron hechas con las uñas, este hombre fue sepultado vivo — ambos nos miramos sorprendidos.

— Y dejo un mensaje – dijo Evelyn mirando el escrito — La muerte es solo el comienzo.

Los cuatro miramos algo asustados, a la momia.

Pero ¿qué rayos era todo esto?

꧁•⊹٭𝙰𝙼𝙸𝚁𝚃𝙸٭⊹•꧂ (1#) (Corregida)Where stories live. Discover now