Luego de que Evelyn y mi hermano acordarán que nos veríamos mañana temprano en el muelle, para que esté los llevará a Hamunaptra.
Ambos fuimos hacía el establecimiento en el que me hospedaba.
Cuando entramos a la habitación y este cerró la puerta, yo caí de rodillas al suelo, mientras soltaba lágrimas y maldiciones sin parar.
— ¡Aria! — este corrió hacia mí y se arrodilló a mi lado.
— ¡Estuviste a punto de morir maldito imbécil! — le reclamé — ¿Cómo mierda se te ocurre? ¿Cómo crees que me sentí verte colgando del cuello en esa horca?
Este me miró entre sorprendido y preocupado.
— ¡Dios! Quiero golpearte — este me abraza y yo le correspondí al instante — No supe de ti en tres malditos años, viaje de Londres hasta aquí, solo para encontrarte. Y me encuentro con que querían ahorcarte por ser un jodido idiota.
Este no responde y eso me molesta.
Lo empujó de golpe y lo miro enojada.
— Rick, ¿Acaso no has pensado en mí, ni un poco? — le reproche — Sabes lo asustada que estaba. ¿Qué iba a hacer si morías? ¿Cómo seguiría adelante? Ya no tenemos a nuestros padres. ¡Me hubieras dejado sola!
Este me baja la cabeza.
— Lo siento — bufó.
— ¿Es lo único que dirás? ¿Lo siento? ¿De verdad? — me levanté del suelo mientras limpiaba mis lágrimas — Vete a la mierda. Volveré a Londres, no debí venir, debí dejar que te ahorcaran.
Camine hacia mi maleta, que por suerte no había abierto, ni sacado nada.
Luego la tomé y empecé a acercarme hacia la puerta.
— Aria, no seas tonta. Ven aquí — no le hice caso — ¡Aria!
Tome la manija de la puerta, pero el grito de Rick me hace detenerme.
— ¡Aria Grace O'Connell! — voltee a mirarlo molesta.
— ¡Te he dicho que no digas mi nombre completo! — suelto con enfado.
— Entonces deja de ser tan infantil.
— ¿Infantil? ¿Me estás jodiendo Rick? — lo miré incrédula — Fui yo ¡Tu hermana! la que vio tu cuello alrededor de esa soga y colgando de una horca.
Este pasa una mano por su rostro.
— Se cómo te sientes. Y se también que no puedo decirte que dejes de sentirte como lo haces — fruncí un poco el ceño por su tonto, pero entendible trabalenguas — No creí que iría a la cárcel, no creí que sucedería esto. No fue mi intención desaparecer tres años.
Caminé hacia el sillón de la especie de salita y me senté, dejando mi maleta aún lado.
— Ari, estuve caminando desde Hamunaptra hasta aquí, por todo el desierto. Sin agua, sin comida. Llegar aquí fue una locura, no podía pensar bien e hice lo primero que se me ocurrió, beber. Eso calmo mi mente — escucharlo me hacía sentir una tonta, por cómo le grite.
Trague fuerte.
— No sabes las cosas que pasaron — se sienta a mi lado — Y en todo momento, pensé en mi hermanita. Cuando estaba colgando de esa horca, cuando vi tus lágrimas, supe que había sido un imbécil y deseé con todas mis fuerzas, que alguien te alejara y no me vieras.
Alce mis piernas en el sillón y abrace mis rodillas.
— Pero no quería morir. Así que cambie ese deseó, por... Que alguien me ayudará. Temía no regresar a casa, temía no volver a ver a mi hermanita revoltosa — revuelve mi cabello — Temía dejarte sola, como nuestros padres lo hicieron. Te amo Aria, mientras caminaba sin rumbo por el desierto solo me imaginaba como sería llegar a casa y verte sonreír. Eres importante para mí, eres lo mejor que tengo, de no ser por ti, no se qué habría hecho.
— Rick, ha sido duro no tener a mamá y papá con nosotros — le confesé — Has estado para mi no solo como mi hermano, te has portado como una figura paterna. Eres el único que me queda. No vuelvas a ponerte en ese riesgo. No quiero que la única familia que me queda se vaya de mi lado. Me volvería loca.
Este me abraza y yo solo puedo sollozar en su hombro.
— Maldición, sí que hueles feo — le dije entre lágrimas.
Este ríe.
— Si... Creo que necesito un buen baño — sincera.
— Y una buena afeitada — agregué.
Esté limpia mis lágrimas y me sonríe.
— Te quiero, mocosa — besa mi frente.
— Te quiero, imbécil — le doy un último abrazo y luego me alejo rápidamente.
De verdad olía horrible.
— Ahora vete a duchar, corre, corre — lo obligué a levantarse del sillón y lo empuje hacia el baño — Buscaré ropa para ti.
— No tienes por qué. Aquí están mis cosas y esta es la llave — me da un papel y una llave — Las guarde ahí, por si acaso.
No pregunté más. Una vez entro, yo salí en busca del lugar indicado, para recoger las cosas de mi hermano y luego regresé, no tarde tanto, tal vez unos 45 minutos
Rick seguía en el baño.
— Oye hermano, no te fuiste por la cañería ¿Verdad? — escucho su risa sarcástica.
— Me estaba tomando mi tiempo. Extrañaba el agua caliente — lo escuchó gritar.
Sonreí.
— Dejaré tus cosas sobre la cama. Saldré a conseguirte comida — le grite. Oí a lo lejos su respuesta de que me escuchó y luego salí en busca alguien del hotel que pudiera ayudarme.
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— Volví — me había demorado más de lo que creí — Te traje todo lo que había en el comedor.
Cuando esté volteó a verme puedo ver que tenía crema de afeitar en la barba, o bueno en la mitad.
— Deja terminó con esto — me dice y yo le sonrió.
— Vale — lo vi afeitarse frente al espejo unos segundos, hasta que no lo resistí — ¿Puedo hacerlo?
Ya le faltaba un poco.
Este me mira y sonríe.
— Claro — se sienta en una silla y alza su barbilla dándome el objeto con el que se afeitaba.
Cuando pasé la afeitadora lentamente, sentí el corazón dolerme y algunos recuerdos me invadieron.
— Eres idéntico a papá — le dije mientras me concentraba en afeitar su barba y aguantar las ganas de llorar — Siempre fruncía el ceño con el miedo de que pudiera cortarlo.
— Bueno, pues te ves toda atemorizante con eso en tus manos — señala el objeto filoso con el que lo estaba afeitando.
— Pues... Deberías quedarte quieto, o si no te mataré con estas cuchillas — este sonríe y yo igual.
Al terminar de afeitarlo, me incorporo normalmente y lo miró con emoción.
— Y ahí está mi hermanito. Si nunca te hubiera visto con barba y sin barba dijera que eres diferente — rueda los ojos — Lávate la cara y ven a cenar. La comida estaba caliente cuando la traje.
Luego de decirle eso, este me obedeció.
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꧁•⊹٭𝙰𝙼𝙸𝚁𝚃𝙸٭⊹•꧂ (1#) (Corregida)
AdventureAria la hermana menor de Rick O'Connell, luego de no saber nada de su hermano en días, decidió viajar a buscarlo al lugar donde su hermano había señalado en una de sus últimas cartas. Sin saber que una vez lo encontrara, tendría que hacer un extraño...