Capítulo 41 - Decisión.

158 20 4
                                    




El Doctor me habia hecho firmar los papeles del alta médica, y luego de recetarme vitaminas, ácido fólico y un control pre natal para dentro de 2 dias, me habia dado tiempo a que me preparara para irme. ¿Aclare que ya habían aparecido los sintomas de embarazo? Estaba de seis semanas y las nauseas y vómitos matutinos eran mis nuevos mejores amigos. La cuestión es... que no habia nadie conmigo y solo tenia la misma ropa que Daniela me habia traido y mi cepillo de dientes. Me sentia asquerosa. Pero no tenia sentido quedarme a esperar.
Estaba mirando todo para no olvidarme de nada, fui hasta el baño y en eso golpearon la puerta.

T/n: ¡Adelante! Estoy en el baño. -grité, mientras peinaba mi pelo, que estaba un poco dañado-.

En el reflejo del espejo, veo a Joseph parado en la puerta, mirandome y con una bolsa en la mano.
Tenia ojeras y los ojos rojos, el pelo despeinado y no se había afeitado... no tenia para nada un buen aspecto. Parecia enfermo y en su cara solo veia tristeza y dolor.
Mi corazón dolió.

Joseph: Perdón por llegar tarde, te traje un poco de ropa y algunos productos de higiene personal. Estaré afuera esperandote a que termines asi te llevo a casa.

T/n: Espera Joseph - agarré su brazo antes de que abriera la puerta y me acerque, dandole un pequeño y suave beso en la comisura de su boca- gracias por venir.

Joseph: No agradezcas nada... - movió su nariz a lo largo de mi mejilla, acariciando y oliendo -. Te dejo tranquila para que te arregles.

En la bolsa, venia un pantalón, remera larga térmica, medias, ropa interior y zapatillas. Todas mis cosas.
Al sacar la ropa cae una nota al piso, que al leerla, no puedo evitar llorar otra vez.



" Te amo con el alma y eso nunca va a cambiar. Perdóname por ser tan idiota. Cuando lleguemos a casa hablaremos tranquilos. Pero te aseguro que voy a recuperar tu confianza y te voy a recuperar a ti. No te me escaparas tan fácil cariño.
Tuyo siempre."


Cuando llegamos al departamento, todo esta limpio y ordenado, con un aroma dulce a vainilla. Me siento en el sofá, preparandome mentalmente para la charla que sé, vamos a tener a continuación.

Joseph vuelve con una botella de agua y un vaso y los deja sobre la mesita, se sienta a mi lado y me mira.

Joseph: Primero que nada, quiero pedirte que me escuches y me dejes hablar. Son muchas cosas las que debo decirte y necesito que me prestes completa atención, ¿Si?

T/n: Si, esta bien. Solo perdona si debo salir corriendo al baño por... náuseas matutinas.

Joseph: Creo que lo sabes o quizas no, pero te amo. Desde el primer dia que te vi en la cafeteria, diste vuelta mi mundo en el momento que vi tu sonrisa mientras me ocultabas en ese almacén. Y desde ahi, no pude alejarme de ti. Eres mi lugar seguro en el mundo y no me imagino vivir el dia a dia sin tu presencia en mi vida. Eres la razón por la que vuelvo a casa emocionado, eres mi todo. Y dudo que pueda amar tanto a alguien como te amo a ti. Se que la he cagado más de una vez contigo y siempre me perdonaste. Pero tuve que estar a punto de perderlo todo para darme cuenta que no todo se solucionaba pidiendo perdón, sino que mis acciones deben acompañar ese pedido de perdón. Es una obviedad, pero la mayoria de las veces los hombres somos unos idiotas imbeciles.

T/n: Lo son. Todos unos estúpidos. - sonrio y él toma mi mano con fuerza-.

T/n: El punto es... Si, te pido que me perdones por mi idiotes. No hay excusas... ni siquiera logro entender porque demonios reaccioné asi. Tu pasaste por el infierno mismo solo para volver a mi y yo actúe completamente frio y distante cuando necesitabas apoyo emocional.- pasa su mano por la cara, frustrado y pensativo-. Cuando fui a ver a mis padres, me hecharon la bronca como nunca. Pero viendolos a ellos,con tantos años de matrimonio, entendi que el amor no solo son momentos perfectos, sino que también son los momentos malos, las peleas, a veces semanas sin sexo, las dificultades económicas, etc. Admito que mi idea del amor era algo asi... siempre buscando esa perfección, que en realidad no existe.

A dream come true  - Joseph Quinn y T/n Donde viven las historias. Descúbrelo ahora