Capítulo 36 - Último dia junto a ti.

225 18 11
                                    

️⚠️ Capitulo +18. Si no te gusta, pasa de largo. ⚠️⚠️




Narra Joseph



Al menos el acoso con mensajes y fotos hacia ______ habia parado, pero habia algo mas que me traia preocupado.
Matias.
Se que ella quiere llevar todo tranquilo y lo considera su amigo aunque hay algo que la incomoda, pero a mi no me gusta para nada. Es muy raro todo. El hecho de que justo se la encontrara "por casualidad" ... ¿Como sabia él donde vivia ella?

Lo peor de todo es que, desde que empezaron los acosos, amenazas, y ahora la llegada de Matias, nuestra relación se ha visto afectada.
Nos mantenemos juntos, protegiendonos, pero hay una especie de incomodidad alrededor que nos agota. Tratamos de hacer lo posible por siempre tener un momento para nosotros a solas, haciendo cosas que nos gustan, saliendo a comer, un viaje de fin de semana, lo que sea para distraer la mente de toda esta mierda.

Quiero que todo esto se solucione pronto, no quiero mas problemas, quiero estar tranquilo con ______, hasta quiero proponerle que se case conmigo por dios.
Aunque debemos solucionar esto para poder avanzar.

Abro la puerta del departamento y entro, dejando mi abrigo en el perchero y las llaves sobre la mesita de entrada. Me recibe un exquisito aroma a romero y ajo. Camino a la cocina y veo a mi chica metiendo de nuevo un pollo en el horno junto a unas papas cortadas en rodajas. La mesa ya esta preparada y está terminando de limpiar.
Me acerco despacio por su espalda y con mis manos en su cintura, la atraigo hacia mi.

Joseph: No hay nada que ame más que tus comidas amor.

T/n: Vaya eso me ofende. Crei que me amabas a mi. - se da la vuelta entre la mesada de la cocina y yo-.

Joseph: Bueno, sabes que para llegar al corazón de un hombre, primero debes llegar a su estómago.

T/n: Suena muy superficial - riendo, mete sus manos debajo de mi remera y me acaricia la espalda suavemente, causandome escalofrios- pero esta bien, si prefieres mi comida antes que mis caricias, no te juzgaré.

Joseph: Yo nunca dije eso nena- tomo su trasero con fuerza y la pego hacia mi, para frotar suavemente mis caderas contra ella.

Un gemido sale de su boca, encendiendo los lugares mas primitivos de mi cuerpo.
Esta es la oportunidad después de tanto. Y ella me estaba dando el permiso.
La subo a la mesada de la cocina, acomodandome entre sus piernas mientras mis manos acarician sus muslos de arriba a abajo.
La extrañaba.
La extrañaba tanto. Toda esta situación de mierda nos agotó mentalmente y ya ni siquiera estabamos juntos. Pero me da gusto saber que ella sigue eligiendome al igual que yo lo hago con mi chica.
La amo, y no estoy dispuesto a perderla por nada en el mundo. No después de haber perdido tanto tiempo en el pasado.

T/n: Amor, para, la cena se va a quemar.

Joseph: Solo tú puedes preocuparte por eso mientras te beso - Sonrio en su boca y alargando mi mano, cierro la perilla del horno- problema resuelto. Ahora, quiero comer el postre antes de cenar.

T/n: Malcriado.

Joseph: Mucho cariño.

Agarrando el dobladillo de su remera, la subo y la tiro en algún lugar de la cocina. Bajo y beso su cuello, dando pequeños mordiscos a lo largo de su clavícula. Mis manos pasan por sus muslos, suben a sus caderas y deliberadamente se quedan en sus pechos. Los masajeo bruscamente a través de la fina tela transparente mientras la miro fijamente a los ojos.
Lentamente llevo mis dedos hacia su espalda para desabrochar su corpiño y lo dejo caer suavemente por sus hombros. Tomo sus pezones en mis dedos, girando, apretando y pellizcando, viendo como ella cierra los ojos de placer mientras mueve sus caderas hacia arriba. Agacho mi cabeza hasta estar a la altura de sus senos y me llevo uno a la boca. Chupo el pequeño botón rosado y lo muerdo apenas un poco, repito lo mismo con el otro, perdiendome en la sensación de complacerla.
Con mis manos temblando, bajo al botón de su pantalón de jean y lo abro, tirandolo rapidamente hacia abajo junto con su ropa interior.
Ahora esta hermosamente desnuda para mi.
La cargo para llevarla al sofá mientras ella envuelve sus piernas en mi cintura. La beso como si no la hubiera visto en meses, la beso como si mi vida dependiera de ello.
Me paro y me saco la camisa, seguido de mis zapatillas, pantalones, y mi boxer negro. Despacio, me subo encima de su cuerpo para empezar a adorarla. Una de mis manos baja por su pecho, pasando por su estómago, su cadera y recibo un gemido cuando toco sus pliegues con mis dedos.

A dream come true  - Joseph Quinn y T/n Where stories live. Discover now