Los celos, ese dragón que mata el amor. (Otoño)

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𝐁𝐢𝐞𝐧𝐯𝐞𝐧𝐢𝐝𝐨 𝐚𝐥 𝐦𝐚𝐫𝐚𝐯𝐢𝐥𝐥𝐨𝐬𝐨 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐜𝐞𝐥𝐨𝐬. 𝐏𝐨𝐫 𝐞𝐥 𝐩𝐫𝐞𝐜𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐚𝐝𝐚, 𝐨𝐛𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞𝐬 𝐮𝐧 𝐝𝐨𝐥𝐨𝐫 𝐝𝐞 𝐜𝐚𝐛𝐞𝐳𝐚 𝐭𝐞𝐫𝐫𝐢𝐛𝐥𝐞, 𝐮𝐧 𝐢𝐦𝐩𝐮𝐥𝐬𝐨 𝐜𝐚𝐬𝐢 𝐢𝐫𝐫𝐞𝐬𝐢𝐬𝐭𝐢𝐛𝐥𝐞 𝐝𝐞 𝐜𝐨𝐦𝐞𝐭𝐞𝐫 𝐮𝐧 𝐚𝐬𝐞𝐬𝐢𝐧𝐚𝐭𝐨 𝐲 𝐮𝐧 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐣𝐨 𝐝𝐞 𝐢𝐧𝐟𝐞𝐫𝐢𝐨𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝.

Madeleine.
Otoño. Julio del 2022.
Múnich, Alemania.ㅤ ㅤㅤㅤ ㅤㅤ ㅤ
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Cuando el invierno llegó todo iba como viento en popa con Madeleine, no tardo en llegar el tiempo envidioso a recordar que nada era tan perfecto y alineado en el mundo de los enamorados, llevaban siete meses saliendo, cómo les decían sus amigos: ella y él hacían juntos todo lo que una pareja convencional hacía... con la diferencia que ellos no habían hablado de lo que eran, era una conversación que había buscado pero el tiempo nunca era el ideal, en ese punto entendía como ambos se escurrían en excusas para no tener aquella charla. Lo peligroso de una unión sin límites como la de ellos, sin definición, es que puede sentirse tan bien que la sola idea de poner aquella sensación en juego, lograba llevar a pensar que la mejor opción pareciera ser minimizar y evitar el tema a cómo de lugar sin definir bien qué eran.

El plan había sido perfecto hasta aquella noche dónde Madeleine le había cancelado a última hora por un mensaje de texto, ni siquiera lo había llamado y aunque aquello no le gustó, le hizo ruido... él había decidido dejarlo del pequeño tamaño que estaba y no hacerlo más grande, no sobrepensar haciéndose ideas que no eran convenientes. Paul y Sunny habían decidido sacarlo del apartamento al notar el estado pensante en el que lo habían encontrado cuando compartían unos tragos y Wolff había recibido el mensaje de Madeleine. Finalmente después de tirar y tirar, convencieron finalmente al noruego de ir a un club, no tardaron en seguir la fiesta en el sitio que estaba atiborrado de personas en pleno furor de la noche.

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Por unos minutos el grupo se había dispersado entre ir al baño, refill los tragos y encontrarse en el punto de espera, sin embargo, en el pasillo mientras Björn esperaba, una figura femenina captó su atención ya que se parecía demasiado a Madeleine, aunque las posibilidades que fuera la alemana eran mínima ya que le había dicho que estaría fuera de la ciudad el resto del fin de semana. Él siguió la figura al corazón de la fiesta donde los cuerpos se rozaban, ondulaban bailando próximo a la persona que tenían al lado y al frente, la curiosidad del mayor era máxima porque aún seguía a la mujer desconocida que se perdía entre los cuerpos hasta que volvió a verla pero está vez le daba la espalda, al parecer estaba acompañada por lo cual decidió darse la vuelta, dejando atrás a la extraña.

- Me encanta tú perfume, Madeleine.
- Tan encantador que me saliste.
- Debo serlo, la verdad no pensé que nos veríamos hoy. Pensé que te habías asustado tras la propuesta de matrimonio en el puerto, no quería asustarte.
- Arthur... No quiero hablar de eso.

El bicho al parecer llamado Arthur, había tomado a Madeleine del trasero, rodeándola posesivamente entre los brazos y la boca de él tomaba los labios femeninos hambrientos, el deseo transitaba alrededor de aquel par hasta que tropezaron a una pareja al lado de ellos y la risa de esa extraña lo llevó a darse cuenta que no era una extraña y que gracias a aquel encuentro fortuito él sentía varios de los peores sentimientos humanos conocidos juntos, revueltos, doliendo: celos, traición, dolor, asco. Wolff quería girarse para asegurarse que no eran la misma mujer, rogaba porque fuera así... No obstante algo en su interior le decía que aunque la probabilidad de que fuera la misma Madeleine fueran bajas, el karma podía ser muy incierto.

Duivel: La cara nunca vista del Diablo. (Primer libro completo)Where stories live. Discover now