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"Enfrentamiento"

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Al llegar a casa me puse la pijama y me dirigí a la oficina de mí padre.

──Papá... ──Él sólo me miró.

—Lo que tengas que decirme dilo rápido, ocho. No tengo tiempo.

──Me preguntaba si podías contratar a Aidan para ser mi profesor me piano... Él dijo que no había problema, yo-

──El joven Gallagher es un empresario, de buena familia, no necesita dinero. Además, las clases que tenía con Flynn no te sirvieron de nada, y Flynn es un gran maestro de piano.

Suspiré levemente.

Con Aidan tampoco aprendería nada, sólo lo hacía para pasar más tiempo con él.

──Prometo que está vez sí aprenderé, padre... En serio.

Me vió por unos momentos y dejó las hojas a un lado.

──¿Cuál sería el precio?

Sonreí emocionada, y justo cuando iba a abrazarlo él me apartó.

Nunca había abrazado a mí padre.

──No lo sé aún... Pero te aseguro que es un precio muy accesible.

Asintió y tomó devolvió su mirada a los papeles.

Me quedé unos segundos observando a mí padre, ¿acaso hice algo mal para que me odiara?

──¿Qué esperas? Ve a dormir ──Dijo sacándome de mis pensamientos.

Asentí y me retiré.

Tendría "clases" con Aidan, esto no podía ser mejor.

Pasaría más tiempo con él, tendríamos mucho más que hablar.

Me recosté en la cama y suspiré enamorada.

Aidan era todo lo que siempre había buscado, un chico guapo, inteligente, y claro, con dinero.

Aunque el dinero no es tan importante a su edad, puesto a que nadie podría ser millonario a los 24 años, pero sus ganas de salir adelante vaya que lo eran.

A pesar de todo ese dinero él no era alguien muy creido, claro, aveces lo presumía, pero no era todo el tiempo.

A eso llegó a mí nuestra diferencia de edad...

Veinticuatro años y diesciete años...

Bueno, dentro de poco cumpliría los diesciocho, eso me haría legal para él.

Tal vez esa fue la principal razón por la que no me quizo presentar personalmente como su novia...

Mi celular sonó y mis ojos se iluminaron al ver que era Aidan.

Contesté y él sonrio al verme, se veía cansado.

El único tiempo que tiene libre lo ocupa para mí, y eso me hace sentir importante, pero también sé que él debería estar descansando.

──Cariño ──Él sonrió al verme.

Rei de forma leve y me acomodé mejor poniendo en celular en un mejor ángulo.

Aunque Aidan no necesitaba eso, se veía perfecto sin importar el ángulo, luz, lugar, simplemente es perfecto.

Tenía el celular en el escritorio, atrás de él estaba su habitación, no tenía camisa pues dormía sin esta al parecer.

──Te ves tan hermosa como siempre ──Sonrio de forma leve y bebió un poco de café de una taza que tenía al lado.

Un sonrojo se formó en mis mejillas al oírlo, era la única persona que me hacia sentir bien.

The Other Woman| Will always cry herself to sleepWhere stories live. Discover now