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Entramos en el último fin de semana de Alice en Bora Bora. No me puedo creer que haya llegado el momento. Decididamente, el tiempo en esta isla pasa volando. O soy yo que según me hago más mayor todo va más rápido. Tenemos un buen programa para este fin de semana, puede que no sea tan intenso como el de Eric, pero seguro que será muy especial. Hoy viernes nos vamos a cenar al famoso Bloody Mary's de Bora Bora. Es una de las tareas pendientes de Alice, así que tenemos que ir sí o sí.

Léna no nos puede acompañar hoy ya que está trabajando, pero hemos quedado con ella más tarde en la terraza de los chicos para tomarnos algo todos juntos. Es un poco fastidio lo de tener que trabajar todos los fines de semana. Creo que somos las únicas entre todo el grupo de estudiantes que libramos entre semana.

Hemos invitado a Diego a venir a cenar, más que nada, porque tiene coche y sino a ver cómo llegamos hasta allí. Aunque tengo que admitir que últimamente ha dejado de ser tan excéntrico he incluso puedes pasar un buen momento con él. A las siete nos reunimos todos en el bungaló de los chicos y vamos juntos hasta el aparcamiento para coger el coche. Lo que andando pueden ser cuarenta minutos, en un vehículo son tan solo cinco.

Nada más llegar nos encontramos con el gran cartel de madera del restaurante que nos da la bienvenida. En el centro con letras en rojo podemos leer el nombre de Bloody Marys y en los laterales aparecen los nombres de todos los famosos que han visitado el local. La lista es interminable. Celebridades como Marlon Brando, Harrison Ford, Julio Iglesias o Cameron Diaz han estado comiendo en ese restaurante.

La emoción que hay en el grupo es insuperable, es la primera vez que venimos aquí menos para Diego, que por supuesto, ya conocía el lugar. Nos hacemos unas cuantas fotos de grupo en la entrada del restaurante para inmortalizar el momento. Entramos por fin, el local es asombroso. Para nada me lo he imaginado así. Ya me habían contado que el suelo es de arena para recrear la playa de Bora Bora. Pero todo el mobiliario, las luces, las plantas, todo es como si estuviéramos en un chiringuito de playa.

Nada más entrar a la derecha hay unas taquillas para dejar nuestro calzado. Un poco más adelante hay un mostrador con merchandising a la venta para los clientes. Todos sabemos que terminaré llevándome algo de aquí, todavía no sé qué, pero algo me llevaré. Seguimos hacia delante y nos atiende el maître, primero nos pide que realicemos el pedido de la bebida para que el barman las pueda ir preparando. Alice, Clarisse y yo nos decantamos por el famoso coctel que tiene el mismo nombre del restaurante, Diego, Victor y Charles van a lo seguro con una Hinano.

El maître nos guía hasta el expositor de los pescados del día. Cada día se muestra la pesca diaria de los pescadores locales de Bora Bora. El maître hace una breve descripción de cada variedad de pescado y nos recomienda una manera de cocinarlo. Hay peces de todos los colores, no sé por cual decidirme. Esta vez ha sido Alice la que ha ido a lo seguro cogiendo atún, pero yo quiero variar un poco. Así que lo único que le pido al Maître es que no tenga muchas espinas.

Una vez realizada la elección, nos dirigimos hasta nuestras mesas. No han pasado ni cinco minutos cuando nos traen las bebidas.

- Chicos esto es realmente una pasada, anuncia Clarisse emocionada.

- ¿Cómo no hemos venido antes?, pregunta Victor.

- Bueno, hemos esperado hasta una ocasión especial, indico sonriendo a Alice.

- Calla Laurie, solo de pensarlo me entran ganas de llorar. No me creo que ya haya pasado seis meses aquí. Sin duda tengo que admitir que los mejores días de mi estancia han sido con vosotros.

- Alice, no te pongas sentimental ahora, que nos vas a hacer llorar a todos, interviene Charles. Tenemos que disfrutar al máximo de esta noche y de todo el finde. Alice no te tienes que dejar nada por hacer. ¿Hay algo en especial que quieras ver?

No hay amor en Bora BoraUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum