Capítulo 17

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-Esa perra. -Leah apretaba su móvil con rabia, viendo la noticia sobre su amiga. 

Ya había sido de alta del hospital desde hace una semana, pero tenía que seguir con su reposo, ya que sus lesiones aun no sanaban del todo, por lo que no tenía que tener movilidad en el brazo y la pierna enyesada. 

Tutor se encontraba con ella, después de todo Leah es su amiga, así que siempre estaría incondicionalmente para ella y viceversa o eso pensaba Tutor. 

-Leah, ya basta, cálmate. -Le quito el celular de sus manos para que no se desquitara con el. 

- ¡¿Cómo mierda quieres qué me calme?! La maldita de Samantha va a hacer mi carrera añicos. 

-Nos estamos encargando de esto, tenemos una prueba de que lo que te pasó no fue un "accidente".

-Pues espero que pronto hagan algo y trata de que James no se meta mucho con Net Siraphop, se puede enterar. -Mordía sus uñas en preocupación, sabía que si su gemelo se enteraba no solo su carrera se iría a la basura, también la relación con su hermano se perdería y no quería eso. 

-No creo que me sea posible alejarlo del Siraphop mayor. -Leah lo miró seriamente. 

- ¿Por qué? 

-Pues intenta distraerlo mientras conseguimos algo para exponerlos.

-Pero si ya tienen el video, eso nos basta Tutor. -Suspiró- Mira, Net Siraphop solo está detrás de mi hermano porque piensa que soy yo y porque quiere conseguir información sobre lo que paso hace años.

 - ¿Hace años? Fue apenas el año pasado. 

-Para mí fue hace años y si vas a estar resonando mejor lárgate y déjame sola. -Le dio la espalda, cubriéndose con la manta.

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Se fue del hotel donde Leah se quedaba, para irse directo a donde se hospedaban los chicos, necesitaba encontrar la manera de alejar a James de Net, no podía permitir que se enterara de lo que su hermana había hecho y entre más cerca este de los Siraphop había más posibilidades de que todo su trabajo se vaya a la mierda. 

Él hizo desde cero a Leah, la reina de belleza que es, hace tiempo él buscaba una mujer con belleza diferente a los estándares de Tailandia, que encajara en un estándar americano para que su entrada a las grandes ligas de los certámenes fuera más rápida y de pronto como si de un milagro se tratara, Leah apareció. Así fue como comenzó a entrenarla, ingresarla a los certámenes más pequeños hasta el más grande del país en el que actualmente estaba concursando. 

Tenía la edad suficiente como para saber que cubrir a Leah estaba mal, pero la sensación de que la chica a la que enseño por años se desvanecería por ese error, su subconsciente le carcomía cada vez que veía a Samantha Siraphop o se dirigían palabra, lástima que el mundo de la competencia es así. 

- ¿Y James? 

-Salió. 

- ¿A dónde? -Era demasiado raro que cada tarde el menor saliera sin aviso y vestido como él. 

-No lo sé, pregúntale cuando regrese. -Zee salió de la suite. 

- ¿Y tú a dónde vas? 

- ¿Por qué tantas preguntas, Tutor? -Le miró curioso. 

-Solo preguntaba. 

-Pues metete en tus asuntos. -Salió por fin, cerrándole la puerta en la cara.

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Desde que había conocido al entrenador de Leah, se le hacía muy raro que a veces se encerrará con la gemela de su amigo a decir quién sabe qué y ahora que Nunew le había dicho las razones de los Siraphop, no podía pasar desapercibido que Tutor formaba parte de eso, no se imaginó que alguien tan bonachón como lo era él podría llegar a tanto. 

-Nunew —Lo llamó, el mencionado lo ignoró. 

- ¡Lindo trasero! -Al escuchar ese apodo, Nunew se acercó a Zee para nada contento. 

- ¿Qué quieres? 

-Hablar sobre lo de la última vez. -Estaba apenado. 

-No me interesa, mira Zee. Olvídalo. -No quería recordar el beso que el mayor le dio, le traía aquellos tontos pensamientos que no se podía quitar fácilmente. 

- ¿Por qué quieres olvidarlo? ¿Acaso causé algo en ti qué no puedes controlar? -Posó su mano en la mejilla del menor. 

-Ya ba-basta, Zee, solo detente, deja de hostigarme con lo mismo, ¿por qué tienes ese afán de molestarme día a día? Ya me cansé de tus bromas inmaduras, me cansé de ti. -Quitó con suavidad la mano del otro, pero sin soltarla. 

-Borré el vídeo, no tengo nada más para chantajearte, tenías razón, me estoy arrepintiendo por estar apoyando a alguien que no se merece nada. -Sus miradas se conectaban. 

-No le diré nada a los Siraphop sobre James, pero tienes que olvidar lo que pasó, fue un maldito error todo lo que pasó.

 -No lo fue. 

-Sí, y tienes que aceptar mi condición para que guarde silencio. 

-Perdón por todo, todas aquellas veces en donde te moleste fue una inmadurez de mi parte, ya soy un adulto como para que hiciera eso, perdón por chantajearte, perdóname. 

-Solamente estemos en paz los dos. -Le dio la espalda para alejarse del pálido, aunque tuvo un impulso y regreso rápidamente hasta él, uniéndose en un beso que ninguno quiso terminar.

Y como otras veces, si dirigieron a la habitación del asistente de los Siraphop. Zee besaba cada parte del cuerpo de Nunew, se besaban, se acariciaban, se miraban a los ojos, el pálido fue delicado con el menor, el menor lo abrazaba por la espalda, besando su hombro con cariño, cariño que ambos escondían en una tonta fachada inmadura de odio, claro que no se odiaban es obvio, jamás se odiaron. -

-Perdóname por favor Nunew. -Zee decía en forma de súplica mientras embestía al menor, como nunca antes, con suavidad y amor por el pequeño cuerpo debajo suyo.

-Solo cállate y bésame.

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Net llamó a su asistente, pero lo mandaba a buzón, igual no lo llamaba para algo importante. Dejó su celular de lado, viendo al hombre enfrente de él, un hombre hermoso con una sonrisa tierna, tatuajes que ahora podía apreciar bien, pues aquellas capaz de maquillaje los tapaba, podía ver su cabello pelinegro corto desordenado, su piercing en la nariz y labio a detalle, aquellos que siempre veía de lejos en el trabajo. 

- ¿Pudo hacer su llamada? 

-Creo que está ocupado, pero no importa, no era para algo importante. 

No entendía por qué tenía esa necesidad de tenerlo cerca, saber de él, saber cosas de él, hablar con él, tocarlo, escucharlo, no sabía por qué su interés por mantenerlo a su lado. Cuando lo llamaba a las 4 de la mañana con la excusa de que sacará a su mascota a pasear, cuando lo obligaba a que fuera a su departamento a preparar su cena y que se quedará a cenar con él, todas las veces que abusó de su poder solamente para verlo más tiempo. 

-Ven, quiero que bailes conmigo.  -Entrelazo sus manos, llevándose al menor hasta el club.

Como ya era costumbre, cada tarde hasta que anocheciera escapaban juntos a aquel club latino para tocar sus cuerpos en un ritmo sensual y pasional para al final de la noche terminar charlando de sobre ellos, todo esto con la excusa de un plan que ninguno estaba llevando al pie de la letra ya se habían desviado de todo eso.

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Historia original por @geu_linlin

Todo por la corona -NetJames-Where stories live. Discover now