Capítulo 37 Cambiando juntos

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Ana Paula

La semana pasó volando diría yo, el día se acercaba pronto, Shirley había aceptado de inmediato de hecho se presentó en mi casa muy emocionada, a mí me pasaba igual por ir a Paris, era un gran sueño, desde muy pequeña, desde que pude tomar un lápiz y crear.

Por otro lado, Leo estaba un poco raro aquellos días, no sabía el porqué, me preguntaba si solo era producto de mi imaginación.

Mientras tanto miraba a Shirley comprando telas, parecía una chica comprando ropa de forma muy impulsiva, yo llevaba algunas en mis manos, pero ella llevaba muchas más telas con diferentes texturas.

Nos miraban extraño los trabajadores, pero Shirley solo sonreía y se tomaba fotos con algunos clientes que la reconocían, era un icono de la moda, siempre vestía bien, hasta para lo más mínimo que hiciera, y la entendía yo también lo hacía.

- ¡Ana Paula, mira esa tela amarilla es el mismo tono de tu diseño! - la miraba mientras agitaba la tela

- Esa misma tela la tengo en casa

Cheque mi teléfono, tenía un mensaje de Alex con letras mayúsculas.

Mi chucky:

VOLVIMOS AL TOP DIEZ CON QUEDATE Y NUNCA ME SUELTES

Grité a los cuatro vientos noté como me miraban todos, incluida Shirley, sonreí apenada.

- Ana Paula tranquila, sé que estás emocionada por ir a Paris

- No es eso, lo que pasa es que la banda de Leo volvió al top diez - le ofrecí el teléfono

- Los chicos son muy buenos, no es raro que estén ahí

Y no se equivocaba el canal de Leo se convirtió de la banda y ya tenía siete millones de suscriptores y no hablemos de sus redes sociales.

Y ahora que tenían manager era mucho mejor, Chris era reconocido por su trabajo por ser de los mejores, y ahora era de Yellow Birds, aparte era primo de Leo.

Quién lo diría todo se estaba acomodando.

Mi novio la rompía muy enserio al igual que mis amigos.

Y yo estaba a punto de ser parte de una de las casas de moda más reconocida de Paris.

- He terminado, vayamos a pagar - al fin

Al llegar a casa, Shirley me dio un gran abrazo y me baje de su camioneta con mi bolsa llena de telas, me gustaba salir con alguien que amaba las telas al igual que yo, aunque Shirley tenía un problema con ellas.

Me detuve para acariciar a Coco Chanel cuando escuché una.... ¿batería o solo estaba alucinando? hace mucho que no escuchaba esa batería.

Me fui acercando poco a poco y por supuesto era Leo tocándola, lo escuchaba perfecto al otro lado de la cerca.

La batería me ayudaba a que dejara de preocuparme, sacar el estrés, por lo de mi mamá, al venir aquí, tener a Paul lejos...

Recordé sus palabras, no creía que estuviera preocupado, todo marchaba muy bien en aquellos días.

Pero puse más atención a aquel sonido que cada vez tocaba con más intensidad, que se escucharía en toda la ciudad.

Maldición.

Tenía que saber si realmente estaba pasando, no quería rodear, así que me brinque la pequeña cerca, abrí la puerta que daba al pasillo.

Nadie notó que abrí la puerta por el gran ruido de la batería, su puerta estaba entre abierta.

Hojas de otoñoWhere stories live. Discover now