Capítulo 4 ¿Y si empezamos de nuevo?

47 3 0
                                    

Ana Paula.

Toda la noche estuve pensando en cómo empezar una amistad con Leo, ha sufrido tanto en poco tiempo que siento que fue normal que sea tan frio. Desperté al día siguiente muy cansada no podía abrí los ojos así que intenté buscar mi celular a ciegas para ver la hora, pero en eso tocaron la puerta y di un gran grito.

- ¿Ana Paula estas bien? – dijo mi madre del otro lado de la puerta

- Si, solo me asuste

- Ya levántate, Sam te esta esperando abajo- dijo yéndose hacia las escaleras

- ¿Sam, qué hace aquí?

Miraba para todos lados buscando el celular y lo encontré en la orilla de la cómoda de alado de mi cama, lo agarré y di un sobresalto cuando vi la hora era super tarde casi eran las once y recordé que era sábado y era día de "Picnic con Sam'' sali corriendo en dirección a la sala en busca de Sam, la encontré sentada en el sillón comiendo un pan tostado con mermelada, la conocía y sabía que amaba la mermelada, traía un pantalón negro acampanado, un cinturón del mismo color, un suéter color nude el cual resaltaba mucho con su cabello rojizo y su piel blanca con pecas.

- ¡SAM! – Le grite con emoción y ella se giró para mirarme

- ¿Así te vas a ir? – dijo mirándome de arriba abajo

Traía mi clásica pijama calientita gris no era un outflit adecuado para un picnic y ni hablar del peinado traía dos trenzas despeinadas.

- No claro que no me pondré esto, ven ayúdame a escoger algo – le dije subiendo las escaleras hacia mi cuarto

Estuvimos buscando en mi cuarto que ponerme, duramos cerca de veinte minutos, somos mujeres complicadas y nunca sabemos que ponernos. Después de un tiempo por fin me decidí por un pantalón de mezclilla con una playera oversized negra con el logo de Marvel y un cárdigan en un tono café y mis tenis negros con blanco. Lo más difícil ya había pasado mi cabello no era tan complicado así que solo me hice un moño alto.

Salimos de la habitación en dirección a la sala por los bocadillos que iba a llevar, me toco llevar el postre así que hice un pay de limón, me despedí de mi mamá y hermanos y nos fuimos directo afuera. Mire en dirección a la casa de al lado por instinto y vi a Leo quitando las flores del jarrón que yo había puesto, me volteo a ver y lo salude con la mano el solo alzo las cejas y cabeza en forma de saludo, no sé porque su actitud es tan seca y siento que es solo conmigo. Subimos al carro de Sam y nos fuimos.

- Tu vecino es muy guapo – dijo Sam enfatizando la u mientras mantenía su vista hacia la carretera

- Si, lo es, es algo nuevo el tener vecinos – dije un poco triste

- A ti te pasa algo

- No, es solo... que – dije tartamudeando

- Tendrás mucho tiempo de contarme lo que paso – dijo estacionando el carro en el parque

Bajamos del auto y sacamos las cosas de la cajuela, un par de mantas, cojines, la cesta con la comida y el refractario donde llevaba el pay de limón, caminamos hacia nuestro habitual lugar bajo un gran fresno que daba siempre una sombra preciosa, acomodamos todo y sacamos la comida, lucia tan perfecto que tuve que sacar mi celular y tomar una foto de aquella perfección, nos pusimos cómodas y mientras tomaba un racimo pequeño de uvas verdes y comía una, Sam se abalanzaba sobre el pay de limón, típico, amaba los postres, yo igual pero ella me ganaba por mucho.

- Ahora sí, cuéntame todo – dijo Sam muy interesada

- Bueno, pensaras que es muy bobo

Hojas de otoño Where stories live. Discover now