𝐸𝑙 𝑐ℎ𝑖𝑐𝑜 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑐𝑎𝑝𝑢𝑐ℎ𝑎 𝑦 𝑒𝑙 𝑙𝑜𝑏𝑜 𝑓𝑒𝑟𝑜́𝑧.

𝑃𝑎́𝑗𝑎𝑟𝑜𝑠 𝑝𝑜𝑟 𝑙𝑎 𝑣𝑒𝑛𝑡𝑎𝑛𝑎.

Desperté al día siguiente, leves rayos de sol traspasaban por la suave seda de las cortinas, parpadee tratando de acostumbrarme al ingreso de la luz.

Talle ligeramente mis párpados eliminando los leves rastros de sueño.

Baje mi mano derecha hasta mi abdomen, buscaba con el tacto la piel vendada.

Grande fue mi sorpresa al sentir una tibia mano sobre mi herida.

Asustado me senté levemente, pues aún me dolía el cuerpo.

Ahí fue cuando lo mire.

Rusia se había quedado dormido en mis piernas, su cabeza reposaba en mi regazo, mientras, sus manos se aferraba a mi figura.

Inevitablemente sentí los colores subirme.

Antes de poder actuar, él se removió entre las sábanas, frotó su rostro en mi cintura en un intento de acomodarse.

Mi incomidad aumento en el momento en que apretó su agarre en mis caderas aumento y una sonrisa boba adorno sus mejillas.

Lo siguiente qué hice fue tirarlo de la cama con una patada.

Escuche el impacto qué causó su cuerpo al chocar con el piso, seguido de un quejido agudo del albino.

- Quita tus patas de mi. - Dije molesto sentándome de mejor manera para mirarlo.

Algunas cobijas habían resbalado a su compañía, Rusia sobaba su cabeza con dolorosos alaridos.

- ¡Oye! - Exclamó dolido.

-¿No conoces el espacio personal, idiota? - Me cruce de brazos indignado.

-Pero no tener porque golpear.

Defendió sentándose con una mano en su nuca.

-¿Qué querías, qué te despertará con un beso de buenos días y te diera caricias en tus orejas de lobo?

-Eso es mejor a tirar de cama. Niño tonto -Se levantó de la cama estirándose una vez de pie-. ¿Siempre levantar de malas?

Frunci el ceño por tal ofensa.

-No me digas tonto, ruso idiota.

El ojiverde saco la lengua infantilmente.

-Entonces me dar la razón de que tú siempre levantar enojado.

Afile mi mirada y apreté la quijada conteniendo mi coraje hacia su persona.

-¿Qué?, ¿Tú tratar de imitar a un perro? -Sonrió sacarron en modo de burla.

-Un día de estos te voy a partir la madre bien y bonito, pendejo engreído. -Bufé enojado.

-No creo que poder, tú tener la estatura de un duende.