𝐷𝑒𝑠𝑐𝑎𝑛𝑠𝑎.

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Llegamos a la aldea, el Sol ya estaba reluciente en gran altura.

Las mujeres, niños y ancianos se reunieron en cuanto nos vieron llegar.

- ¡EL LOBO HA MUERTO! - Grito el señor UK frente a la fuente, enseñó orgulloso la lanza con la cabeza del lobo.

Todos gritaron felices y victoriosos, los hombres de la batalla alzaron sus antorchas, hachas y escopetas orgullosos.

Mi familia, Austria y yo llevábamos en una camilla el cuerpo de mi tío.

Nos la arreglamos para abrirnos paso en la multitud y poder llegar a casa del portugués.

Con algo de trabajo papá abrió la puerta, con cuidado llevamos el cadáver a la habitación principal, donde dormía mi tío.

Lo recostamos en la amplia cama, cubriendo su desfigurado cuerpo con una sabana blanca.

En poco tiempo mi madre y primas se entrarían y llegarían aquí.

Papá suspiro frustrado sentándose en una silla de madera al lado de la cama.

- Creó que lo más prudente es que vaya a solicitar la presencia de la señora Italia y de las hijas del señor Portugal. Si les parece correcto yo podría ir por ellas. - Dijo Austria con tristeza y la cabeza gacha.

- Gracias chaval. - Agradeció mi padre sin levantar la vista.

- No tiene que agradecerme, señor, en serio lo lamento mucho. El señor Portugal fue una gran persona, espero que donde esté, pueda estar descansando. - Dijo para salir de la casa.

- ¿Qué vamos a hacer? - Preguntó Chile, quien no había dicho palabra alguna en todo este tiempo.

Sabía que con esa pregunta se refería a que haríamos con las hijas del tío Portugal. Él siempre las había protegidos desde que murió su esposa, y la sociedad está tan jodida que si una mujer no tiene a un hombre a su lado no puede salir adelante, se les discrimina y las tachan de loca.

No importa si son de familia adinerada o de familia humilde, siempre es así.

- Se van a venir con nosotros, no podemos dejarlas solas a la deriva.

Murmuró papá tallandose el rostro.

- ¿Y si no quieren? - Insistió mi hermano.

- No está a desicion, si las dejamos solas probablemente les pasé lo mismo que a la señora Imperio Japonés o que la señora Therd Reich.

Contestó serio el español mirandome.

- ¿Qué les pasó? - Cuestione atreviendome a abrir la boca.

Me recargue en la puerta de madera.

Ambos me miraron serios.

- No es momento de hablar de eso.

Dijo finalmente mi padre.

- ¿Por qué no? Puede que también me pasé si no salgo con alguien. Después de todo, a mi también me tachan de fenómeno por poder tener hijos siendo hombre.

Mi padre se levantó molesto, llendo a mi dirección.

- Te he dicho que no hables de eso, no eres un fenómeno, deja de repetirle a la gente como eres.

Dijo enojado y con el ceño fruncido.

- Pues por eso soy motivo de burlas, por eso la caperusa, ¿no?. Pará que la gente vea y diga, "¡Mira ahí viene el hijo del demonio!, el ratito que puede tener hijos, eso es del diablo, seguramente es la novia de Satanás, terminará siendo la puta de toda la aldea, ¿qué ejemplo les dará a los niños?". ¡YO NO PEDÍ NACER ASÍ, SI POR MI FUERA ME HUBIERA AHOGADO EN ESE POZO HACE SEIS AÑOS!

𝐸𝑙 𝑐ℎ𝑖𝑐𝑜 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑐𝑎𝑝𝑢𝑐ℎ𝑎 𝑦 𝑒𝑙 𝑙𝑜𝑏𝑜 𝑓𝑒𝑟𝑜́𝑧.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora