Can Ci Pin | The Defectives (Book‌ ‌1‌ ‌-‌ ‌Planet‌ ‌of‌ ‌Desolation‌ ‌)

Capitulo 23

. - Señor, he detectado que su ritmo cardíaco es un 20% más alto de lo normal, ¿se encuentra bien? - .

Lin Jingheng era incapaz de hablar.

Pasó dieciocho años buscando a la persona que se llevó a la Señora Lu. En esos mismos dieciocho años, gastó todo su tiempo y energía conspirando y eliminando a todos aquellos que no estaban del mismo lado que él. Se arrastró de rodillas hasta la primera línea de la Unión, y entró con éxito en la Fortaleza de Plata. La Fortaleza era un distrito militar importante, y con los piratas todavía por el espacio, tenía la mayor movilidad posible fuera de la Unión. Sólo la Fortaleza de Plata podía darle la libertad que ansiaba incluso en sus sueños.

Hace quince años, por fin tuvo la oportunidad. Dejó escapar a propósito a un grupo de piratas y los vio huir a la Octava Galaxia. Con la oportunidad, los siguió. Cuando pasó por el Planeta Cayley, con la ayuda de cierta diferencia horaria, alteró algunas cosas para darse un tiempo libre. Abandonó a las tropas, se fue solo y persiguió a Halcón Tuerto hasta un club nocturno flotante en la atmósfera de Cayley.

Halcón Tuerto estaba teniendo un poco de "diversión". Cuando Lin Jingheng lo atrapó, aún no se había puesto los pantalones.

Todo el interrogatorio fue una completa vergüenza para el Halcón Tuerto. Por fin, sólo después de que finalmente confesara que fue él quien se llevó a la Señora Lu, Lin Jingheng le dio un par de pantalones por su generosa colaboración.

Si lo recordaba objetivamente, Lin Jingheng tenía que admitir que en ese entonces era demasiado inmaduro y agresivo. Y que su forma de manejar las cosas era un poco exagerada. Pero una simple palmada no podía hacer ningún daño, y definitivamente no podía excusar a Halcón Tuerto de inflamar la tensión entre ellos. De todas formas, ese par de pantalones era la base de su mala relación.

El Halcón Tuerto, con las piernas desnudas y sólo un pantalón corto, fue transportado por tres cañones de micropartículas. Aterrizó y se vio obligado a entregar las cenizas de la Sra. Lu, la hombrera de comodoro que llevaba consigo y la grabadora de viaje de la pequeña nave estelar en la que viajaba la Sra. Lu... pero ningún niño.

Con los dientes apretados, Halcón Tuerto le dijo que la señora Lu había desaparecido, al igual que el niño por el que Lu Xin estaba tan ilusionado. Por supuesto, Lin Jingheng no le creyó, pero no había pruebas de que el niño hubiera existido en aquel momento, y no le era posible quedarse más tiempo. Así que dejó marchar al traficante de armas.  

En aquel momento, cuando la estela de Lu Xin en el jardín conmemorativo fue destruida y borrada, Lin Jingheng hizo todo lo que pudo para salvar un pequeño trozo. Y ese trocito era de la hombrera de Lu Xin. Después de eso, durante muchos años, Lin Jingheng calculó dónde fue destruido el mecha de Lu Xin, una y otra vez, y gastó cantidades interminables de energía para buscar cualquier resto. Su resultado fueron tres fragmentos diminutos del tamaño de una uña.

Los fragmentos eran sus restos, la estela era su gloria, la hombrera era la creencia de toda su vida, y su amante era el lugar donde descansaba su alma.

Así, excepto por el incierto niño, estas cuatro cosas podían finalmente descansar juntas en paz.

Hace cinco años, Lin Jingheng aún no se había rendido y regresó a la Octava Galaxia. Instaló una cerradura genética en el exterior del ecopod, utilizando la información genética que quedaba de los controles de embarazo de la señora Lu. El destino original era el Planeta Cayley, donde se encontraba el Halcón Tuerto, pero, inesperadamente, fue abierto accidentalmente por Lu Bixing en las afueras de Pekín-ß.

¿Fue el destino? ¿El destino, en el que nunca había creído?

La mirada de Lin Jingheng estaba clavada en la red mental del mecha, que se extendía a lugares lejanos. Estando en un mecha, su perspectiva ya se había extendido a la oscuridad infinita. De repente, volviendo a donde estaba realmente, observó a este simple, tosco y patético mecha, con sus sentimientos hechos un lío.