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La tensión en el aire realmente podía sentirse mientras Chan miraba a su novio salir de casa

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La tensión en el aire realmente podía sentirse mientras Chan miraba a su novio salir de casa. Desde que se despertó, Jeongin no le había saludado, no le había hablado, mucho menos le preparó el desayuno como era costumbre y Chan sabía que se lo merecía por ser idiota.

Suspirando, el alto se sentó en la mesa mientras miraba a sus, ahora, dos cachorros quienes lucían tristes. En especial Berry, pues esa mañana Jeongin no le había hecho mimos y le había dejado menos de la comida que le dejaba normalmente. Decidido a arreglar las cosas con Jeongin, tomó su celular, llamando a Jisung. No se agradaban para nada, pero esa situación necesitaba que le hablara, pues era la persona que más conocía a su novio.

—¿Jisung? —dijo cuando sintió que era contestado.

—¿Qué quieres a las diez de la mañana un domingo, Chan? —la voz de Minho sonó del otro y lado Bang suspiró.

—Necesito hablar con Jisung, ¿puedes pasármelo? —preguntó pasándose la mano por su rostro con frustración, de repente la pregunta llegó a su cabeza, los domingos Jeongin no trabajaba, ¿entonces a dónde había ido?

—No, y no nos llames en todo el día porque no te contestaremos.

Y sin darle tiempo a responder, Minho colgó, Chan suspiró frustrado y dejando el celular en la mesa se dirigió a su habitación para cambiarse el pijama y luego, llevando a Berry y Rocky consigo, conducir hacia el centro comercial. Hace unos días pasando por ahí Jeongin se había quedado viendo una prenda de ropa y él iría a comprarla.

Después de eso, fue directo al supermercado donde compró distintos ingredientes para preparar la que, suponía, era la comida favorita del pálido. Finalmente, paró en una florería comprando el ramo más grande que pudo, Rocky y Berry casi lo rompen en el camino, pero por suerte ahora estaba totalmente sano y salvo.

Al llegar al apartamento buscando una receta en internet empezó a cocinar el platillo favorito del menor, casi se le quemaban algunas cosas, pero eso no le importó mientras preparaba todo. Según sus cálculos, Jeongin debía llegar a las 19:30 y él tendría todo listo para ponerse de rodillas y pedirle perdón por ser un idiota.

Bien, sus cálculos habían fallado terriblemente y la preocupación aumentaba mientras marcaba otra vez el número de su pareja sin tener respuesta alguna, pues lo mandaba directo al buzón de voz, parecía que el celular del menor estaba apagado

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Bien, sus cálculos habían fallado terriblemente y la preocupación aumentaba mientras marcaba otra vez el número de su pareja sin tener respuesta alguna, pues lo mandaba directo al buzón de voz, parecía que el celular del menor estaba apagado.

Estaba a punto de llamar a la policía, cuando sintió la puerta del apartamento ser abierta y no tardó ni tres minutos en correr hacia donde el menor para poder estrujarlo entre sus brazos, casi llorando pues de verdad estaba preocupado.

Sin embargo, Jeongin no lo abrazó de igual manera como lo haría siempre, el corazón de Chan dolió, pero sabía que se lo merecía en parte. Suspirando, Jeongin llevó sus manos al pecho del humano para alejarlo un poco de sí mismo, Bang inmediatamente pudo notar que la mirada del menor se veía apagada, triste.

—Debemos hablar —dijo Jeongin y Chan ya se veía llorando y rogándole para que no terminara con él—. Quiero contarte una historia que ni mi ex pareja sabía, ni siquiera los médicos se molestaron en hacer los análisis suficientes.

Jeongin caminó hasta el sofá sentándose en este demasiado recto, estaba tenso y eso podía sentirse a kilómetros.

—Todo empieza cuando el Yang Jeongin de aún catorce años, se levantó con nauseas, no le dio importancia y siguió asistiendo a colegio por toda una semana, no fue hasta que se cumplieron dos semanas de mareos y náuseas que empezó a sospechar. Luego de una tarde de colegio, se despidió de su novio y fue directo a una farmacia, comprando dos pruebas de embarazo, al llegar a su hogar se la hizo, esperando ansioso los resultados —Yang bajó la mirada, apretando sus manos en su pantalón—. Cuando en ambas pruebas vio las dos rayitas, el miedo y la felicidad lo invadieron. Miedo porque recién iba a cumplir sus quince, estaba a tan solo dos semanas de suceder, era muy joven. Felicidad porque estaba esperando un bebé del hombre que sabía era el amor de su vida. Estaba dispuesto a decirlo luego de su cumpleaños, pero no todo salió como él quería —Jeongin tenía una expresión triste mientras contaba esto—. Nunca dejó ver sus síntomas, pues era una sorpresa para el pelinegro que tenía de pareja. Es por eso que nadie sabía, y a la hora de hacerle los análisis nunca siquiera se consideró el ver si estaba embarazado, o tal vez sí se consideró, pero los doctores quisieron evitarle el sufrimiento a mi familia y pareja.

Chan se encontraba confundido, ¿por qué de repente el demonio le estaba contando una parte de su historia que nadie sabía? No lo entendía, sin embargo, sintió extrañas ganas de llorar al pensar en eso. La pareja de Jeongin de seguro habría sufrido mucho en ese entonces con la muerte de su novio y su bebé, él definitivamente no podría vivir recordando todos los días que el amor de su vida fue asesinado.

—Te digo todo esto porque la vida me dio una segunda oportunidad —agarrando la pequeña bolsita, de la cual el humano recién se daba cuenta, sacó dos pequeñas cajitas y se las pasó al mayor, quien confundido las vio antes de sentir como perdía todo el aire de los pulmones—. Estoy en cinta, Chan —Jeongin se levantó de su lugar y miró directo al piso, a pesar de que el ambiente era tenso, Yang tenía una hermosa sonrisa en su rostro—. Tengo una vida creciendo en mi interior, yo tengo vida, Channie.

Y fue hasta ahí que Chan procesó todo, su pequeño novio tenía una vida en su interior. ¿Él estaba logrando su cometido de darle vida a Jeongin? Sin esperar dos segundos más se acercó al menor, abrazándolo con demasiada fuerza y luego besándole con total ternura, lleno de felicidad. ¿Sería padre? ¡Sería padre!

—¿De verdad vamos a ser padres? —preguntó sin creerlo y cuando Jeongin asintió efusivamente lo abrazó nuevamente cargándolo. Todo lo que había preparado y comprado para su novio pasaron a ser un segundo plano mientras caminaba a la habitación con su novio repartiendo besitos en su rostro.

—Tendremos un bebé —susurró Jeongin sintiendo la emoción invadirle, iba a tener un bebé con el hombre que amó desde siempre.

Solamente rogaba que nada pasara y que todo estuviera bien, esperaba que su bebé no sufriera nada por su problema, por ser un demonio.

Solamente rogaba que nada pasara y que todo estuviera bien, esperaba que su bebé no sufriera nada por su problema, por ser un demonio

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Sex Demon ☘ ChanInOù les histoires vivent. Découvrez maintenant