★⌒ヽ10

338 32 5
                                    

Chan estaba celoso, muy celoso mientras veía a ese mesero coquetearle a su Innie

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Chan estaba celoso, muy celoso mientras veía a ese mesero coquetearle a su Innie. Justo cuando el mesero extendía un papelito con su número fue cuando su paciencia llegó al límite.

—Por si te aburres de este chico que está contigo, siempre puedes buscarme a mí —dijo el mesero extendiendo el dichoso papelito, claramente Jeongin no lo agarraría, pero Chan sí. Bang agarró el papelito y lo rompió por la mitad dos veces, sacándole infantilmente la lengua al chico.

—Shu, shu, vete. Mi Innie —habló de manera posesiva mientras le volvía a sacar la lengua al chico, haciendo reír al demonio.

El mesero con una mueca se alejó de la mesa y apenas se fue, Jeongin soltó una carcajada, mirando a Chan con una mueca

—Tonto celoso —Jeongin rió y se levantó mientras estiraba un poco su cuerpo—. ¿Vamos ya? Ya pagamos y comimos todo.

—Vamos, quiero llevarte a otro lugar —dijo Chan con una sonrisa mientras se levantaba de igual manera que el demonio.

Ambos entrelazaron sus manos y caminaron hacia el automóvil, Bang se apresuró un poco pues quería abrirle la puerta a Jeongin, quien solamente sonreía de manera divertida ante las acciones del morocho. Luego de aquello, Chan subió en la parte del piloto y empezó a conducir, tras unos tres minutos de total silencio, Jeongin pudo reconocer hacia dónde se dirigían.

—¿No es algo tarde para ir a la Torre Namsan? —preguntó dirigiendo su vista hacia el rubio, quien solamente se encogió de hombros.

—Las vistas son hermosas, podemos subir caminando —respondió simple Bang, sonriendo nuevamente al escuchar el bufido del contrario.

—Está bien, tal vez ni siquiera esté abierto el lugar donde venden los candados —Yang hizo un puchero, acomodándose en el asiento, aprovechando el semáforo en rojo, Chan le robó un corto beso al menor, sonriéndole.

—Entonces volveremos en un futuro cuando estén abiertos los lugares y compraremos nuestros candados para hacer nuestra promesa.

Ninguno volvió a responder, pero ambos tenían sonrisas en su rostro, en medio de un cómodo silencio llegaron al estacionamiento que se encontraba antes de empezar a subir y los recuerdos inmediatamente invadieron a Jeongin

Ocho años atrás, dos meses antes de la muerte de Jeongin.

¿Channie, te encuentras bien? —preguntó el menor morocho, quien tenía una venda cubriendo sus ojos, al escuchar los jadeos cansados de su novio—. Soy muy pesado deberías bajarme y dejarme caminando.

Innie, no pesas nada —respondió Chan mientras paraba de caminar por unos segundos, sonriendo al ver que ya habían llegado al destino que él quería—. Además, ya llegamos, solo falta caminar un poquitito más.

El menor aceptó resignado y se mantuvo jugando con los pelos de su novio por esos segundos, dejando algunas veces besitos en la nuca de este mientras que sentía su corazón latir como si fuera a salirse de su pecho. Se sentía bastante emocionado de que su novio le llevara a un lugar por estar cumpliendo un año y diez meses de pareja, lo hacía sentirse feliz.

¿Puede darme dos de estos? —escuchó la voz de Chan y frunció su ceño. ¡Él quería ver lo que su Channie estaba comprando! Bufó algo molesto en ese momento, pero rápidamente se le pasó—. Muchas gracias, que tenga linda tarde.

Jeongin sintió como su novio empezaba a caminar otra vez y se agarró mejor de los hombros del chico, bastante sorprendido de que Chan pudiera cargarlo tan fácilmente. Salió de sus pensamientos al sentir como era bajado de la espalda de Bang para luego sentir las manos pasar por su espalda y nuca hasta llegar a la banda que tenía sobre la cabeza que lentamente Chan fue retirando.

Estamos en la Torre Namsan —dijo Bang, abrazando por la espalda a Yang y mostrando los dos candados que tenía en sus manos—. Es un lugar muy bonito y con una hermosa vista. Además, un lugar significativo para las parejas por estos mismos candados, vienen a hacer sus promesas aquí y ahora yo quiero hacer mis promesas contigo —explicó el más alto y Yang sentía que podía largarse a llorar.

Me harás llorar, bobo —murmuró el peliazul, sintiendo las lágrimas querer bajar sus ojos—. ¿Ya te dije que te amo? Pues lo hago, muchísimo —ándose la vuelta se abalanzó hacia Chan para dejar un beso en sus labios.

Luego de eso, ambos se sentaron en unas pequeñas bancas y empezaron a escribir en los pequeños candados. Chan había declarado que no podían ver los del otro pues corría el riesgo de que no se cumplieran. Después de dejar los candados juntos, ambos siguieron paseando por ahí, sintiéndose felices con la compañía del otro y estando seguros de que sus deseos se iban a cumplir.

Candado de Jeongin: Espero seguir con Channie durante mucho tiempo más hasta ser pacitas.

Candado de Chan: Quiero volver aquí en ocho años, con un papel que confirme que estoy casado con Jeongin y una pequeña niña con mi apellido.

Jeongin bajó la cabeza ante el recuerdo, ocho años habían pasado y sí, estaba volviendo con Chan a la torre Namsan, sin embargo, no estaban casados y tampoco tenían una pequeña niña con el apellido Bang. Sí, había leído ese candado, pero fue después de su muerte, cuando la señora Bang, abuela de Chan, lo invocó y lo dejó andar libre por el mundo durante unos días.

—¿Te encuentras bien, cielo? —preguntó Chan acercándose a Jeongin, hace unos minutos habían empezado a subir por el gran camino y Jeongin se veía desanimado.

—Sí, Channie —respondió el menor, acercándose a Bang para poder abrazarlo—. Solamente estoy algo cansado, pero vamos.

No muy convencido Chan aceptó y ambos continuaron con el camino, empezando a bromear entre ellos para aligerar el ambiente. Pronto llegaron a su destino y caminaron hacia las bancas, sentándose en estas para charlar.

—¿Qué es lo que más extrañabas de estar en el mundo humano? —preguntó Chan, sonriéndole al demonio.

—La comida, es deliciosa —el menor hizo un pequeño pucherito, pucherito que Bang no dudó en besar—. Ahora yo te tengo una pregunta —dijo el menor suspirando—. ¿Por qué intentas recuperar mis sentimientos aun cuando es... imposible?

—Porque... —Chan suspiró, pensando bien qué iba a decir—. Porque no es imposible, Jisung es un demonio y está enamorado de Minho, tiene sentimientos y eso me impulsó, además... —Bang miró a Jeongin, sonriendo levemente—, ya perdí a una persona que amé, no quiero perder a otra —confesó y Jeongin no pudo evitar sonreír. Bang sabía que tuvo un novio que amó, pero no sabía que era él.

Cambió de tema rápidamente y allí se quedaron hasta altas hora de las madrugadas, charlando, jugando, bromeando, conociéndose. Se podía definir perfectamente como el comienzo de algo hermoso.

 Se podía definir perfectamente como el comienzo de algo hermoso

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Sex Demon ☘ ChanInWhere stories live. Discover now