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—Quiero que tengamos una cita —declaró Chan mientras terminaba de acomodar su ropa y acababa su desayuno—

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—Quiero que tengamos una cita —declaró Chan mientras terminaba de acomodar su ropa y acababa su desayuno—. Vendré a recogerte a las 20:30, quiero que estés bien bonito porque te llevaré a cenar —terminando su desayuno se levantó de su asiento y se acercó al demonio, dejando un piquito en sus labios.

—¿Y qué haremos con Berry? —murmuró el pálido, abultando un poco sus labios a la vez que veía a la cachorra comer de la carne que le había preparado—. Hoy tengo solo medio turno en el trabajo.

—Puede quedarse sola una noche —respondió simple Chan, acercándose más al demonio—. Bueno, mi primer objetivo de hacerte gemir sucedió hace dos noches, ahora empezará el verdadero plan.

—¿Y cuál es ese verdadero plan? —preguntó curioso Yang mientras miraba al mayor.

—Hacer que sientas algo —respondió Bang con una sonrisa—. Hacer que tu corazón empiece a latir por mí, enamorarte, que recuperes tus emociones.

—Channie —el menor suspiró, llevando sus manos a las mejillas del humano, acariciando estas—. Sabes que eso es prácticamente imposible.

—Shh, yo lo lograré, ya lo verás —el alto dejó un beso en los labios del menor antes de separarse—. Bien, ya estoy llegando tarde otra vez, recuerda que vendré por ti a la noche.

Dicho esto, Chan únicamente dejó un último beso en los labios del pálido antes de salir del apartamento agarrando su maletín. Jeongin negó con la cabeza y se sentó en el piso, justo a un lado del cachorro que ahora dormía tranquilamente totalmente satisfecho.

—Tienes un dueño muy terco, Berry —dijo con un tono de diversión a la vez que acariciaba el pelaje del animal.

Dicho y hecho, eran exactamente las 20:30 cuando Chan llegó su apartamento en busca del demonio, se adentró a este llevando un pequeño ramo de flores artificiales

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Dicho y hecho, eran exactamente las 20:30 cuando Chan llegó su apartamento en busca del demonio, se adentró a este llevando un pequeño ramo de flores artificiales.

—¿Estás listo, Innie? —preguntó alzando la voz mientras acomodaba el pequeño ramo, sintiéndose extrañamente nervioso.

Pasaron unos segundos en lo que no recibió respuesta y empezaba a preocuparse justo cuando Jeongin salió de su habitación, quedó algo embobado ante la vestimenta del menor. Si bien era simple le quedaba de maravilla, un pantalón negro con manchas fluor y rupturas en las rodillas, una camiseta negra con una chaqueta de cuero roja y un pequeño cinturón en su cintura, haciendo resaltar esta.

—¿Crees que estoy bien vestido así? —murmuró Jeongin mientras miraba su ropa, claramente no era idea suya el vestirse así, pero cuando le contó a Jisung que tendría una cita con Chan, este llegó rápidamente al departamento y empezó a prepararle su ropa.

—Te ves hermoso —Bang se acercó al joven demonio y estirando sus brazos le extendió el ramo de flores, sonriendo algo tímido. Jeongin juró ver un pequeño sonrojo en la piel morocha del humano—. Compré esto para ti, sé que son artificiales, pero no me gusta que corten las reales, además, estas duran más —Chan estaba nervioso y eso Jeongin lo notó cuando empezó a dar excusas de por qué había comprado flores artificiales en vez de reales.

—Están muy lindas, Channie —agarrando el ramo se acercó al mayor para dejar un pequeño beso en su mejilla—. ¿Vamos ya? Antes de que se haga más tarde —dejando el pequeño ramo sobre la mesa, Jeongin se acercó al mayor, entrelazando sus cortos deditos con los largos del humano, acción que puso aún más nervioso al mayor.

Hablando de distintas cosas con respecto a sus trabajos bajaron por el ascensor hasta llegar al estacionamiento del edificio donde el auto de Chan se encontraba, se subieron a este y recién el pálido decidió preguntar a donde se dirigían.

—¿A dónde me llevarás, Chan? —preguntó mientras jugaba con el cinturón de seguridad del auto, sintiendo un cosquilleo en su panza.

—Iremos a mi restaurante favorito, tienen muy buena comida y siento que te gustará —respondió Chan con una sonrisa. Con su mano libre agarró una de las manos del demonio, entrelazando sus dedos, eran pequeños detalles que hacían acelerar su corazón y esperaba lograr eso en corazón del menor pronto.

—¿Puedo poner algo de música? —murmuró el pálido mientras dejaba un pequeño apretón en las manos del mayor.

Chan asintió y mantuvo su vista en la carretera. Luego de poner música, Yang se le quedó observando, comparando ciertas cosas con el Chan de hace años. Sus mejillas casi habían desaparecido dándole un aire de adulto, su piel seguía exactamente igual, sus labios estaban algo más grandes, las ganas de estirar su mano y tocarlos eran muy insistentes.

Aunque por más que lo comparara con el Chan de dieciséis años lo importante seguía ahí. A pesar de ahora tener 24 años su actitud seguía igual, sus dramas, su bondad, todo lo que él amaba de Chan seguía presente y eso le hacía sonreír, pero sentirse triste al mismo. Chan no debía perder su tiempo con él cuando podría salir con alguien que realmente pueda hacerlo feliz.

 Chan no debía perder su tiempo con él cuando podría salir con alguien que realmente pueda hacerlo feliz

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Sex Demon ☘ ChanInWhere stories live. Discover now