𝕮𝖍𝖆𝖕𝖙𝖊𝖗 𝕱𝖎𝖛𝖊

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࣪ ˖ ∿ 𑁍 ˓ ⊹ ָ࣪ ˓˓ℑ𝔤𝔲𝔞𝔩𝔪𝔢𝔫𝔱𝔢࣪ ˖ ∿ 𑁍 ˓ ⊹ ָ࣪ ˓˓

Jungkook mantenía un firme agarre sobre mi mano. Me concentré en donde nuestros cuerpos se conectaban, maravillado ante cómo mi mano entraba dentro de la suya. No recordaba dejar la casa o caminar por el muelle, pero cuando nos detuvimos procesé el hecho de que estábamos fuera del cobertizo para botes. Jungkook golpeó la puerta con el costado del puño.

—Todos afuera —les dijo con autoridad.

—Llegamos primero —dijo uno de los chicos.

—Vete a la mierda. —El tono de Jungkook era espeluznantemente calmo.

Las seis figuras nos rozaron al pasar con débiles protestas y volvieron a la fiesta. Cuando se fueron, esperé que Jungkook entrara al cobertizo, pero en su lugar fue hasta el final del muelle y se sentó. Lo seguí, sentándome en el borde con los pies colgando, sin alcanzar completamente el agua.

Observé su camiseta marrón con un dragón dorado en stencil por un hombro y sobre el pecho. Era lo suficientemente ajustada para acentuar el musculoso cuerpo debajo. Cuando miré su rostro me sacudió ver con cuanta intensidad me miraba. Una brisa rozó mi piel como una pluma. Mis dientes castañetearon, pero no sabía si era por el X o el aire frío.

—¿Quién eres? —me preguntó una vez más.

—No sé cómo quieres que responda eso. Un destello repentino a través de mi cuerpo agrietó el agradable estado de ensueño. Jadeé.

—¿Qué sucede? —preguntó. Allí estaba de nuevo, pero más largo esta vez.

La realidad estaba filtrándose una vez más. Estaba comenzando a sentirme inseguro y ansioso.

—Creo... se siente como si estuviera comenzando a gastarse. ¡Pero él dijo cuatro horas! —No podía sentarme ahí. Me puse de pie, sintiéndome aterrorizado. Temblaba por dentro. Jungkook también se puso de pie, levantando mi mentón para mirarlo.

—¿Alguna vez has estado enfermo? —preguntó, sosteniendo mis ojos con los suyos.

—¿Enfermo...? —No podía pensar.

—Gripe. Amigdalitis. ¿Algo? —Ahora tenía mi atención.

Otro espasmo me sacó de mi estado de ensueño mientras me doblaba sobre las manos y las rodillas.

—Quizás esta pequeña y dulce asistencia te ayudará. —Ofreció una pequeña píldora blanca. ¡Sí! Intenté tomarla, pero él fue más rápido.

—Primero responde mis preguntas. ¿Alguna enfermedad en tu vida?

—No.

—¿Cuán atrás puedes recordar?

La pregunta detuvo mi temblor. Nos miramos con fuerza. Él no podía saber eso. Era mi secreto más importante.

Se acercó, justo como en la noche en que nos habíamos conocido, y bajó la voz.

—Responde la pregunta.

Miré su boca, sus apuestos labios, y por un segundo me olvidé de la píldora. Aclaré mi garganta.

—De acuerdo —susurré—. Hasta el principio. Mi nacimiento, e incluso antes que eso. ¿Feliz?

Asintió, con el rostro serio. No podía creer que hubiera admitido eso en voz alta, y él no había reaccionado como si fuera extraño en lo más mínimo. Miré la mano junto a su costado apretada en un puño, sosteniendo dentro mi escape de la realidad.

—Ahora para la parte importante —dijo—. ¿Quién es tu padre?

—No-no lo sé. Fui adoptado.

—Mentira. Debes tener una idea. —Levantó el brazo, y su mano flotó sobre el agua.

𝖘𝖜𝖊𝖊𝖙 𝖊𝖛𝖎𝖑  ; ᵏᵒᵒᵏᵍⁱWhere stories live. Discover now