11. capítulo

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Dos días después, Anjana había conseguido no aumentar más los días de prisión de Beck. Le había pedido a Alyan que le permitiera verle, pero se había negado en redondo. Esa noche, la había despertado en varias ocasiones para hacerla el amor.
-¿A dónde va el rey, exactamente, Anjana?-preguntó Zuria mientras escogían un vestido para la fiesta que darían en unos días.
-Sólo es uno de los viajes pendientes para recuperar relaciones con otras especies. No sé de quién se trata esta vez. Desgraciadamente, volverá pronto. Ojalá estuviera fuera una larga temporada.
-¿Tanto le odias?
La chica miró a su amiga y se encogió de hombros.
-Me obligó a casarme con él para sustituir a mi hermana, cosa que nunca seré capaz de hacer. Tiene retenido a mi novio y aprovecha eso para chantajearme. Ybuenome viola cada noche.
Zuria le observó con extrañeza.
-Es curioso. Me parecía que eras una mujer justa. Pero eso que has dicho es totalmente injusto.
-¿Qué quieres decir?
-Bueno, tal y como yo lo veo, es cierto que te obligó a casarte. Pero le he oído decirte que no pretende que seas Adabelle. Encerró a Beckpero sabes que cualquier otro rey le habría mandado ejecutar de inmediato. Y por la nocheno parece disgustarte estar con él.
-¿Qué quieres decir?
-Duermo cerca de vuestra habitación, Anjana. Cuando me dejáis, claro-añadió con picardía.
-¡Zuria!-la reina había enrojecido por completo y el hada de melena violeta se rio a carcajadas.
-¿Qué es tan divertido?-preguntó el rey entrando en la habitación.
Anjana cambió del rojo al blanco y Zuria, atragantada por la risa, salió de la habitación para dejarles solos. La chica miró a su marido y no pudo evitar admitir que era guapísimo. Vestido con una túnica ligera para el viaje, se había dejado esta vez la melena suelta. Anjana reprimió las ganas de acariciar el sedoso cabello platino.
-Supongo que no vas a contarme por qué se reía Zuria.
Ella negó con la cabeza.
-¿Ya te vas?-le preguntó.
-Sí. ¿Me echarás un poco de menos?
Ella pareció pensarlo. Luego negó con la cabeza.
-Ni aunque tardes una eternidad en volver-aseguró.
Alyan hizo una mueca de exasperación. Luego la abrazó y la besó sin prisa, hasta que la chica le rodeó con los brazos y respondió al beso.
-Volveré en unos días-informó él cuando la dejó-pórtate bien, esposa. O me enteraré.
El salió dejándola temblando. Respiró varias veces antes de que su corazón recuperara un ritmo normal.

A media tarde, la sensación de vacío que la invadía desde la mañana, se hizo más profunda. Decidió salir un rato al jardín. Eso siempre la calmaba. Sin embargo, esta vez, el desasosiego continuó. Se le pasó por la cabeza que quizás echaba de menos a Alyan. Después de todo, pasaban juntos bastante tiempo. Seguramente, tendría que ver con eso. Él aún tardaría en volver. Y entonces se le ocurrió que podría ir a ver cómo estaba Beck. El rey no tenía por qué enterarse. Y quizás no tendría otra oportunidad así.
Bajó a las mazmorras corriendo. Allí, en la gran puerta de entrada, el guardia la miró con extrañeza.
-Majestad, ¿necesita algo?
-Abre la puerta. Quiero ver al prisionero llamado Beck.
El guardia pareció aún más sorprendido.
-Ese prisionero fue liberado hace dos días, majestad.
-¿Cómo?
-En realidad, sólo estuvo aquí poco tiempo. El rey bajó, habló con él y ordenó que se le liberara.
Anjana sintió la furia crecer dentro de ella. La había obligado a obedecerle, a entregarse a él y él ya sabía que Beck estaba libre. Con razón no la había amenazado últimamente. No podía mentir al respecto como no podía mentir en nada.
Se alejó de las mazmorras rumbo a su habitación. Bien, si creía que había conseguido someterla, iba a llevarse un buen chasco cuando volviera de su viaje.
Alyan llevaba fuera tres días. En ese tiempo, Anjana cumplió con sus deberes de reina, visitó a sus padres y habló con Breena por Skype. A ésta pareció divertirla lo que Alyan había hecho.
-Vamos, Jana. Eso demuestra que mi hermano no es cruel.
-Lo que demuestra es que es un retorcido, capaz de todo para conseguir lo que quiere.
-Es un rey, Jana-recordó Breena con suavidad-está educado para ello.
-¿Cuándo te veré, Bree?
-Iré pronto a veros. André ha estado ocupado con todos estos líos con Akop. Se reunió con su hermano y con Jared. Los dos están de acuerdo en respaldaros frente a los demonios.
-Eso es bueno. Gracias amiga.
-Nos veremos pronto. Cuídate, Jana.
-Tú también. Y cuida del pequeño.

Anjana (Saga hadas 1)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt