10. capítulo

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Esa noche no hubo invitados a cenar y Alyan no se reunió con Anjana para hacerlo. La chica aliviada, cenó tranquila con Zuria. Se habían convertido en buenas amigas y estuvieron hablando hasta tarde. Luego, Anjana se fue a dormir. Gracias a Dios, Alyan no estaba por ninguna parte. Se acostó dispuesta a disfrutar de una noche de paz.

-Despierta preciosa-murmuró una voz ronca en su oído.

Anjana protestó y se dio la vuelta. Una mano fuerte la hizo colocarse de nuevo boca arriba. Cuando esa mano la bajó el tirante del camisón para liberar sus pechos, abrió los ojos despejada por completo.

-No me toques-ordenó furiosa, sujetándole la mano. Alyan la miró levantando las cejas.

-Creo que no me gusta nada ese tono. Aún estoy furioso contigo, Jana. Deberías

esforzarte en contentarme. Eso es lo que haría una esposa dulce y cariñosa.

-Cosa que yo no soy.

-Pero lo serás, cariño. Te aseguro que te convertirás en la esposa ideal. De momento, vas a empezar por soltarme y dejar tus brazos apoyados y quietecitos en la cama.

La mueca de desprecio de la chica le hizo fruncir el ceño.

-Creo que ya son cuatro días más para tu amigo-dijo.

Anjana apretó los labios y retiró la mano que le sujetaba. Luego, estiró los brazos a lo largo del cuerpo, agarrándose a las sábanas para aguantar la tentación de moverlos.

-Buena chica-aseguró él.

Se incorporó en la cama y la subió el delicado camisón por las piernas.

-Levanta ese bonito culo, Jana.

La chica obedeció y él se lo subió hasta la cintura. Luego, le deslizó las braguitas hasta las rodillas. Cuando la chica apoyó el cuerpo, se las sacó por los pies. Luego, la tendió la mano. Jana no se atrevió a desafiarle de nuevo. Le

dio la suya y él tiró para incorporarla. La sacó el camisón por la cabeza y la miró hasta que ella se ruborizó y cruzó los brazos para taparse.

-No te tapes, Jana. Quiero ver esas bonitas tetas antes de disfrutarlas.

Ella bajó los brazos con esfuerzo y Alyan pasó una mano por uno de los senos, rodeando el pezón y apretándolo luego entre dos dedos. Cuando pasó a hacer lo mismo con el otro, Anjana se echó atrás.

-¿Ocurre algo, querida?-preguntó él deslizando un dedo hacia su vientre.

-Eres un......

Alyan subió un dedo hasta sus labios para hacerla callar.

-Túmbate, Jana-ordenó.

Ella obedeció y el rey se inclinó sobre ella para besarla con suavidad. Invadió su boca saboreándola despacio.

-No te muevas, preciosa-ordenó él deslizando su boca por el cuello femenino hasta tomar un pezón entre los labios.

Jana contuvo un gemido, mordiéndose el labio inferior. Cuando él se dedicó al otro pecho, casi saltó en la cama.

-Qué sensibles son, cariño-murmuró él lamiendo primero uno y luego el otro.

La chica hizo un esfuerzo por escapar a las sensaciones. Se clavó las uñas en las palmas de las manos hasta hacerse daño y recuperó un poco el control.

-Termina de una vez-pidió entre dientes.

Alyan levantó la cabeza para mirarla. Luego se puso encima de ella abriéndola las piernas con sus rodillas.

Anjana (Saga hadas 1)Where stories live. Discover now