1. capítulo

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¡Hola a todas!  ante todo disculpadme por la tardanza.  Sé que muchas habéis estado pendientes desde ayer de la nueva historia. Me ha sido imposible hasta hoy. 

En segundo lugar, deciros que esta historia surgió cuando apareció Jana en la novela de Breena. Cuando más preocupada estaba por no tener ideas, apareció ella. Espero que os enganche como a mí. Ya me lo iréis contando con vuestros comentarios.

Y, por último, para los que lleguéis a  quí sin haber leído las historias anteriores, deciros que se puede leer de forma aislada, pero aparecerán personajes de las anteriores, así que os recomiendo que leáis antes la "Saga Saint-Croix", compuesta por tres libros. O, al menos, el último, que es donde más personajes en común hay. Os dejo el enlace a los tres libros. 

Alexia. 1º libro: http://www.wattpad.com/myworks/10468027-alexia-saga-saint-croix-1

Elise. 2º libro: http://www.wattpad.com/myworks/22221993-elise-saga-saint-croix-2

Breena. 3º libro: http://www.wattpad.com/myworks/27921081-breena-saga-saint-croix-3

Un beso grande a todas. Os dejo con el primer capítulo. Y, lo siento, chicas, pero seguiré haciendo capítulos cortos, aunque actualizaré a menudo, según mi costumbre, una o dos veces por semana.

El dolor al caer el látigo por enésima vez sobre su espalda, le arrancó un grito de dolor. Sollozó, sabiendo que no podría soportarlo más tiempo. Suplicó desesperada, pero, enseguida, el látigo la golpeó de nuevo. Anjana despertó con un grito, sentándose en la cama. Se cubrió la cara con las manos y respiró varias veces antes de recuperar el control. Las pesadillas la acompañaban desde que Adabelle, su hermana, había sido asesinada por Carelle, rey de las hadas. Luego, fue su amiga Breena, la misma hija del rey, la que, por orden de su padre, fue torturada en el templo. 

Se levantó y se metió en la ducha, dejando que el agua se llevara todos los malos pensamientos. Las cosas estaban bien ahora. Alyan, hijo del rey Carelle, había matado a su padre cuando éste no quiso rendirse. Él gobernaba ahora, aunque aún quedaba mucho del antiguo régimen en el reino de las hadas. El nuevo rey iba a elegir una esposa, era lo único que Anjana no podría perdonarle. Adabelle había sido su prometida, y, apenas un mes después de su muerte, ya estaba pensando en casarse con otra. Todos parecían entenderlo, incluso sus padres defendían que el rey debía tener una reina a su lado. Suspiró y salió de la ducha. Se vistió y fue a la cocina, donde estaban sus padres.

-Buenos días-saludó.

Ellos la miraron con más seriedad de lo habitual. Anjana estaba acostumbrada a que sus padres no fuesen demasiado cariñosos con ella. Habían guardado eso para Adabelle. Ella había sido siempre su favorita. Era la mayor, la más obediente y dócil. Y había conquistado al príncipe Alyan. No podía competir con eso.

-¿Qué ocurre?-preguntó la chica mientras se sentaba a comer algo.

Los padres se miraron.

-Díselo-pidió la madre mirando al hombre.

Anjana miró a su padre.

-El rey ha convocado una ceremonia de elección para mañana-informó el hombre.

-¿Una ceremonia de elección?-se asombró la chica-no me lo puedo creer. Creía que sería distinto a Carelle.

-No puede deshacer todo de golpe, Anjana. Tiene que ir poco a poco.

Ella se encogió de hombros.

-Que haga lo que le parezca. La verdad es que no es asunto mío.

-Ha convocado a todas las mujeres no emparejadas, Anjana-puntualizó su padre.

Ella le miró confundida.

-Pero…yo tengo novio. Y…soy la hermana de Adabelle.

-Tienes que ir. Seguramente, Alyan ni te mirará. Pero tienes que ir, o te detendrán.

-Oh, Dios. No me puedo creer que vaya a hacer esto. Es un……

-¡Anjana! Es el rey. Si te oyeran hablar así…

-No te preocupes. Procuraré que no me oigan. Pero es lo que es. Aunque no se pueda decir en alto.

-Irás mañana ¿verdad?-preguntó su madre preocupada-¿no crearás problemas?

El hada suspiró.

-No, mamá. No crearé problemas. Iré y pasaré la inspección del rey. Con un poco de suerte, podré fingir que me caigo y darle un codazo en el estómago.

Esa tarde salió con Beck, su novio. Él ya se había enterado de la convocatoria, pero no parecía preocupado ni, desde luego, tan indignado como ella. Se despidieron a la puerta de su casa con un beso, prometiendo verse al día siguiente, después de la ceremonia.

Anjana se acostó esa noche, deseando poder dormir en paz. No estaba preocupada por lo del día siguiente. No era más que un trámite.

Anjana (Saga hadas 1)Where stories live. Discover now