007 - Surviving II

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Ella ignoró por completo mi presencia y se dirigió directo hacia su hermana, logrando ponerla de pie con la ayuda de una mano, y de una importante confesión;

No puedo perderte a ti también.

Ante las palabras de Tory, Riley se aferró a ella en un abrazo lleno de amor. Un amor tan puro y verdadero que podía ser envidiado por la persona más dichosa del mundo.

Tory pareció ajena al comienzo, pero con el pasar de los segundos rodeó el torso de su hermana mayor con la misma intensidad. Sin soltar el arma que aún aferraba en su mano izquierda.

El alivio brotó en mi corazón al verlas por primera vez tan unidas y preocupadas la una por la otra.

Intenté disfrutar el momento, pero entonces un nuevo escalofrío corrió por mi cuerpo al oír una estantería caer con brusquedad entre los pasillos que llevaban hacia la salida de emergencias.

Ambas hermanas se desprendieron del abrazo, y Tory me cedió el arma con la que había defendido a Riley segundos atrás. Una vez que estuvo en mis manos, no pude evitar reconocerla como la que Cyrus había apostado.

Ante mi expresión de confusión, Tory me dedicó el contexto del objeto—: La tomé cuando guardaste la soga en tu mochila. Estaba envuelta en periódico. ¿No lo sabías?.

Negué sin dar más explicaciones. Pero claramente no era una ecuación tan difícil de resolver. Ronin había sido quién escondió el artefacto en mi bolso. Pero... ¿Por qué?, ¿acaso la apuesta le despertó la lástima por mí o sólo se trataba de una orden por parte de su nuevo amigo?. No quería saberlo y tampoco pensaba comunicarselo a mis dos compañeras, al menos no en este momento. No cuando otra estantería cayó por detrás nuestro y Tory salió corriendo hacia la nada misma con la excusa de que debía regresar por algo de suma importancia.

En el intento de ir trás ella, Riley tiró la pirámide de cajas que tenía a sus pies, haciendo que nuestros calzados se mancharan con la salsa de tomate que se encontraba empaquetada.

Al ver mis tenis teñidos de escarlata, le dediqué una mueca de desaprobación. Logrando mantenerla sólo un segundo antes de que otra estantería cayera por detrás de nosotras. Ambas tomamos nuestras cosas y salimos corriendo de aquél corredor en busca de la Newton menor.

Durante el trayecto intentamos rastrear los pasos que Tory había dado, pero con las estanterías cayéndose y los infectados murmurando cosas entre ellos nos vimos obligadas a acelerar nuestro andar.

Sabíamos, gracias a nuestro grupo, que los brutus solían comunicarse entre ellos para actuar en conjunto, pero jamás creí que lo harían con palabras tan claras.

La huelo. Está por aquí.

Al oírlo mi piel se erizó y me metí, con Riley tras mis talones, en el pasillo saqueado de latas y condimentos.

Luego de abandonar las velas en el pasillo de los libros, nuestra única guía era la penumbra de la luna que se filtraba por el ventanal de la azotea sobre nosotras.

Podía sentir mi pecho subir y bajar a gran velocidad cuando me pegué a la estantería que se encontraba a mis espaldas. El olor nauseabundo a putrefacción no tardó en llegar a mis fosas nasales, al igual que la desesperación por salir de ahí lo más rápido posible.

Por un momento creí estar imaginándolo todo. Como si jamás hubiésemos salido del campamento. Pero la figura de una chica, con las uñas postizas quebradas y la blusa deshilachada, arrastrándose por debajo de nuestra estantería me confirmó que la realidad era aquélla y que debíamos encontrar una salida ahora mismo.

Sin dudas el grito de ambas pareció fusionarse al momento de verla, y ninguna de las dos se calló hasta que llegamos a la parte delantera del lugar, dónde la salida se presentó frente a nuestros ojos.

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