005 - They Aren't Gonna Help Us

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Para cuando llegamos a la parte delantera de la biblioteca, la detonación nos aturdió a todos los presentes, obligándonos a cubrir nuestros oídos por lo fuerte que había sido el disparo.

Ninguno comprendía lo que sucedía hasta que nos dimos cuenta del arma que Eleanor sostenía, temblorosa, entre sus manos.

Fruncí el entre cejo al dirigir mi atención de la mujer al cuerpo desvanecido frente ella. Parecía tratarse de un hombre adulto, barbón y sucio.

Quise acercarme para verlo mejor, pero la voz de Sloane me detuvo—; ¿Tía Eleanor?.— ella llamó cuando vio que la mujer no reaccionaba.

Eleanor tardó, pero atendió al llamado, volteandose hacia nosotros con el arma aún extendida. Yo chillé y me agaché, al igual que el resto, cuando nos apuntó con el artefacto.

Al ver nuestra reacción, la Señora Faris bajó el arma. Papá aprovechó ése momento para quitársela de las manos y dejarla sobre la mesa. Yo suspiré aliviada y volví a ponerme de pie, dirigiéndo mi atención hacia Sloane.

Ella se había levantado, pero aún seguía en shock. Su rostro estaba pálido, su labio inferior temblaba nervioso y sus dedos volvieron a tantear la cápsula de cristal amarilla que colgaba de su cuello. No lo pensé dos veces y me acerqué para tranquilizarla poniendo una mano sobre su brazo.

— Hey..., tranquila, ¿Sí?, ya pasó.— Dije. Ella me miró con los ojos entristecidos y asintió melancólica.

Yo sólo quería decirle que todo mejoraría, pero la voz de Riley terminó esfumando toda conexión que habíamos formado.

— ¿Sabías que tu tía tenía un arma?.— Preguntó mi prima.

Sloane la observó y negó con la cabeza, respondiendo por lo bajo un simple "No".

Yo mantenía mi mano firme aún sobre su brazo cuando mi padre se dirigió hacia ella de manera esperanzadora.

— Está bien,... no la mordieron.— Aseguró el mayor de los Newton.

Sloane volvió a asentir agradecida un segundo antes de que Eleanor se expresara en su defensa—: Yo,... yo no quería, no quería hacerlo,... pero él–

Papá se acercó y la tranquilizó de la misma manera que yo lo había hecho con la Faris menor.

— No se preocupe. Usted hizo lo que tenía que hacer.— Él argumentó.

Yo suspiré creyendo que todo volvería a ser como hace unas horas atrás, pero como siempre, volví a equivocarme.

Una nueva explosión nos obligó a retroceder cuando, lo que pareció ser una granada, destruyó por completo el auto de Eleanor y las puertas de la biblioteca, dejando sólo escombros sobre el cuerpo del infectado.

Al oír unas llantas desplazarse a alta velocidad por las calles, todas nuestras miradas se dirigieron hacia los móviles militares que comenzaban a circular sobre el asfalto.

Suspiramos, esperando que alguno de ellos nos vieran. Pero al ver que no fue así, mi padre decidió tomar el arma de la Señora Faris entre sus manos y comenzar a asomarse hacia la salida destruida.

Yo encendí todos mis sentidos ante su acción y di un brinco cuando las alas de un helicóptero, aparentemente, había sobrevolado por dónde nosotros nos encontrábamos.

Intenté calmar mi respiración agitada, pero las detonaciones y el ambiente lleno de pólvora sólo empeoraban las cosas.

Mi mente estaba tan alejada del resto que no reaccioné por completo hasta que alguien me empujó por detrás. Al girarme, me encontré con Tory extendiendome un bolso y mi mochila. Yo los tomé y ella ladeó la cabeza con dirección hacia la salida.

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