☯︎ ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 9 ☯︎

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ᴛ ᴀ ᴇ
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Después de dos platos amontonados de lasaña y media taza de café, el zumbido de mi cabeza casi desaparece y la fría realidad de mi situación se asienta en mis entrañas. Está nevando mucho afuera y estoy tomando otra taza de café mientras Jin limpia la cocina. Es tan feliz en su entorno. Su casa es cálida y acogedora. Donde quiera que vayas hay algo que está orientado a la familia. Algo que indica que esta casa ha sido bien vivida y llena de amor a través de los años.

Jin se acerca a la puerta trasera y mira hacia afuera. Sus manos están en sus caderas y tengo una buena vista de su trasero en sus pantalones de chándal. Antes nos habíamos besado hasta que me corrí en los pantalones como un adolescente. No llegamos mucho más lejos porque la cena estaba lista. Pero ahora...

Ahora, quiero desnudar a este hombre. Para apagar mi mente y dejar que mi cuerpo se vaya. Igual que el fin de semana que nos conocimos. Ese fin de semana fue una bendición. Uno de los mejores que he tenido en años y con cada segundo que paso en la casa de Jin puedo sentir la tensión sangrando por mis hombros.

—Dudo que vayamos a ningún lado mañana; Está cayendo demasiada nieve —dice, aún con la espalda hacia mí. Su camiseta está moldeada a su estructura y admiro su físico. Se me hace agua la boca y estoy desesperado por quitarle la camisa y acariciar todos los músculos de su ancha espalda. Él se vuelve hacia mí y bajo mi mirada hacia su polla. Santa mierda. No está dura en este momento, pero incluso flácida, su polla es gruesa y cuelga pesada.

La protuberancia en sus pantalones me la pone dura.

—Me gustan tus pantalones —admito con una media sonrisa.

Él sonríe y arrastra sus ojos tormentosos sobre mí haciendo que mi polla se retuerza.

—A mí también me gusta el tuyo.

Me levanto de mi silla y cruzando los brazos me acerco a él.

—¿Y ahora qué?

—Ahora nos duchamos. Extraño ver tu cuerpo desnudo. —Su sonrisa es diabólica y mi polla se mueve.

—Guíame, viejo.

Se ríe y pasea a mi lado.

—Viejo —se queja—. Nunca lo dejarás pasar, ¿verdad?

—Nunca —le digo riendo.

Lo sigo hasta un dormitorio al final del pasillo. Es masculino y la decoración parece más moderna. Supongo que cuando su esposa se fue se llevó muchas cosas de aquí. Jin se quita la camiseta y tengo la gracia de mirar su impresionante espalda. Lo veo desaparecer en el baño y le escucho abrir la ducha. Cuando regresa está desnudo y acariciando su polla dura con un destello taimado en sus ojos.

—Es hora de mojarse —dice.

Me arranco la camisa y me quito el resto de la ropa de camino al baño. Jin se para en la puerta bloqueando mi camino. Cuando me acerco, me agarra las caderas y me atrae hacia él para que nuestros estómagos se presionen. Nuestras erecciones son como piedra aplastada entre nosotros. Sus palmas aprietan las mejillas de mi trasero mientras inclina su cabeza, buscando un beso. Agarro su trasero también y le devuelvo el beso con toda la pasión que puedo reunir. Con Jin la pasión es fácil. Es como si mi mente se apagara con él y puedo ser... simplemente yo.

—Me vuelves loco —gruño contra sus labios—. Tan jodidamente loco.

—Te lo mereces por el infierno que me hiciste pasar esta semana —se queja—. ¿Quieres saber lo difícil que fue no entrar a tu oficina cerrar la puerta y obligarte a ponerte de rodillas para tomar mi polla en tu boca?

진태- ᴍᴀʟᴅɪᴛᴏ ᴀʙᴏɢᴀᴅᴏWhere stories live. Discover now