—¡Si te atreves a tocarle al menos un pelo a Jiang Gu, con la mano que lo tocaste, te la cortaré, recuérdalo!
El último sonido fue casi un rugido.
Liu Ziyu sintió que Chu Yang, que lo miraba fijamente, era realmente aterrador, especialmente sus ojos negros, que se veían tan sombríos como un espíritu resentido.
Ya estaba asustado y le volvieron a gritar, así que no se contuvo y soltó lágrimas de miedo.
No entendía porque tenía que enemistarse con Jiang Gu y Chu Yang, a estos dos monstruos ni siquiera podría ganarles, ¿vale?
—Piérdete.
Chu Yang se enderezó, y cuando Liu Ziyu escuchó esto, rápidamente huyó avergonzado junto con otras personas que tenían miedo de moverse. Algunas personas estaban tan conmocionadas que al correr perdieron sus zapatos, y tuvieron que regresar a recogerlos.
Después de sermonear a los demás, Chu Yang se dio la vuelta y arregló el cuello de Jiang Gu. Al mismo tiempo, no estaba muy feliz y dijo: —¿Por qué viniste aquí tu solo?
Al ver que los dos botones superiores de Jiang Gu habían sido arrancados, se enojó aún más. Afortunadamente llegó a tiempo, de lo contrario Jiang Gu habría sido intimidado por Liu Ziyu y los demás.
—¿Estás enojado? —Jiang Gu ocultó la alegría bajo sus ojos y preguntó cautelosamente con la mirada baja.
—¡¿No debería estar enojado?! —Chu Yang se mordió las mejillas, y con las cejas fruncidas llenas de ira, agarró con fuerza el uniforme escolar de Jiang Gu—. Apenas terminaron las clases y desapareciste sin decir una palabra, ¿sabes lo ansioso que estaba?
—Lo siento. —Jiang Gu agachó la cabeza.
—Entonces dime, ¿por qué demonios has venido aquí? —Chu Yang levantó la cabeza y preguntó.
Jiang Gu siguió con la cabeza agachada y no hizo ningún sonido, parecía que no podía responder.
Al ver esto, Chu Yang se enojó mucho.
Sentía que a Jiang Gu no le importaba su propia seguridad.
Ni siquiera podía pensar en que Jiang Gu estuviera en peligro, ¡pero al parecer a Jiang Gu no le importaba!
Estaba tan enojado que no quería escuchar las disculpas de Jiang Gu, giró la cabeza y se marchó.
Después de dar dos pasos y quedarse parado en el sitio durante unos segundos con los puños cerrados, volteó con un gruñido de rabia y arrastró a Jiang Gu con él.
Incluso cuando llegaron a casa, Chu Yang no se calmó.
Jiang Zi Ao estaba en una videollamada con Jiang Guo, y tan pronto escuchó la voz del cachorro en la entrada, inmediatamente gritó que quería verlo.
Inesperadamente, el siempre obediente Chu Yang corrió hacia las escaleras, cerró la puerta y desapareció.
Jiang Gu lo siguió, se dio la vuelta hacia Jiang Zi Ao y levantó la mano en señal de saludo.
Después se dirigió a las escaleras.
Al ver esta situación, Jiang Gu se encontraba perdido, pero los ojos de Jiang Zi Ao se iluminaron.
Mirando esta escena, ¡su sobrinito debe haber hecho algo para enojar al cachorro!
Sobrinito, ¡tú también tienes tus malos días!
Con una sonrisa, Jiang Zi Ao se dirigió con orgullo hacia él y dijo: —Sobrinito, te dije que no fingieras, ¿no?
Al oír esta voz insoportable, Jiang Gu no se detuvo y tampoco contestó, sólo empujó la puerta y entró a la habitación.
Capítulo 96
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