Capítulo 66

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POV _______

Solo un par de semanas más y regresare con mis padres. Quizás no llegare a un lugar al que pueda llamar hogar, pero mientras este mi familia conmigo, puedo pasar por alto el detalle de regresar a la mansión Colburn.

La primera semana de diciembre la pase en la enfermería, así que me perdí por completo todas las actividades que debía desempeñar como prefecta.

Todo el castillo y sus alrededores fueron cubiertos por una gran capa de nieve blanca, y las fuertes ventiscas de aire congelado la acompañaban. Así que todos los prefectos nos tuvimos que repartir el cuidado y vigilancia de los alumnos más chicos. Ya que no solían salir para la hora de sus recesos.

A todo eso, le agregamos el hecho de cooperar junto con Granger y Ron para el decorado del gran comedor. En mi casa yo era la encargada de poner cada adorno; todo tenía que estar colocado de manera meticulosa para que combinara y no quedara ni un solo hueco vacío.

Pero desde hace un año no he podido hacerlo. Aún recuerdo la decepción de mis padres al enterarse que me quedaría en el colegio. Mamá remarco con fuerza cada letra de la carta que me envió; y eso solo podía significar que estaba enojada.

Y este año, con suerte Kiren convenza a su mujer para dejarme colocar, aunque sea unas botas con los nombres de mis padres sobre la gran chimenea que suele iluminar la sala de estar de la mansión.

—¿Por qué tenemos que hacer esto nosotros? — era la quinta queja de Draco —Podrían pedírselo a un elfo— gruño fastidiado.

—¿Ahora entiendes mi sentir sobre ser prefecta? — lo cuestione mientras recibía otra esfera de su parte

—Me gusta ser prefecto— menciono Draco con superioridad —puedo quitarle puntos a los Gryffindor por existir. Pero esto es denigrante— tomo otra caja del suelo y fue sacando los adornos para acomodarlos por tamaño —En casa, los elfos se encargan de todo y yo solo llego a disfrutar de los bocadillos—

—Yo creo que de todo lo que hacemos, esto es lo que más me ha gustado— con mi varita levite una estrella para adherirla con magia a la pared —Y a diferencia de ti, yo soy la que decora en mi casa. Mi papá suele comprarme una gran cantidad de luces navideñas, y luego pasa horas sobre una escalera colocándolas justo donde yo digo. No importa que yo cambie de decisión cada tres minutos; él lo hace con gusto—

—¿Cómo sigue? — se a lo que se refiere. Draco me ha vigilado como halcón todo este tiempo, a la espera de ver un mínimo rastro de colapso por ese tema.

—Aún está enfermo. En casa hacen todo para mantenerlo estable— un silencio se apodero del ambiente que habíamos mantenido alegre hasta ese momento. Y no me gusta tratar estos temas con Draco, ya que eso implica omitir parte de la verdad.

—Pero te sigue escribiendo. Así que es una buena señal—apretó ligeramente mi mano para llamar mi atención.

Sus ojos grises siempre hacen resaltar sus finas facciones. El color impresiona, pero lo que siempre me deja sin aliento es la profundidad con la que me mira.

Me podría perder en su mirada por horas, incluso días y sería feliz.

—Y me alegro que no hayas decaído después de lo sucedido— le dediqué una cálida sonrisa y asentí para regresar a mi trabajo.

Draco no podría estar tan equivocado en eso. Camino sobre una delgada y fina capa de hielo; la cual está muy agrietada, que con un solo paso en falso podría derrumbarme en un vacío muy oscuro del cual no sé si pueda ser capaz de salir.

Liberación de dos serpientes||DRACO MALFOY & _____(En Proceso)Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα