Un pequeño viaje al pasado

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Krisia


―Krisia lo siento, pero no me interesa ningún tipo de relación contigo.

Jeancarlo tenía el rostro endurecido y me miraba con indiferencia desde su silla de ruedas.

Sentí la tierra temblar bajo mis pies descalzos, en el pequeño jardín de Merarí. ¿Cómo podía tratarme así, después de la noche tan linda que pasamos? Era la primera vez que lo miraba tan relajado, disfrutando del momento y ahora estaba frente a mí, hablandome con desprecio, como si no hubiera significado nada para él.

―Pe.. pero ¿Por qué? ― le pregunté casi gritando―¿es que acaso hize algo mal? Si es así hablalo conmigo. No puedes llegar así, como si nada a decirme esto, tu y yo tenemos un contrato ¿recuerdas?

Mi voz sonaba temblorosa por el nudo que se estaba formado en mi garganta, pero a él no pareció importarle.

―Krisia las cosas son como son y te rogaría que no montaras una escenita aquí por favor―él habló con altivez y me miró con malicia ― ¿De verdad pensabas que alguien como yo, seria tu "amiguito"? Pues te equivocas. Una persona tan simple como tú, no merece mi valioso tiempo.

En ese momento solté todo el aire que estaba aguantando en mis pulmones y rompí en llanto.

Caí al suelo con las piernas cruzadas y el cabello en la cara. Aún no podía asimilar lo que estaba ocurriendo.

Escuché el zumbido de la silla mientras se alejaba, pero mi voz no podía emitir algún sonido coherente. Quizé levantarme y salir corriendo detrás de él pero mi cuerpo no reaccionaba.

―¡Krisia!

Una voz conocida me gritaba desesperada, giraba mi rostro en busca de ella pero sólo podía ver al joven de ojos azules, marcharse sin remordimiento y dejándome tirada en la frialdad de la noche.

―¡Krisia despierta!

Mer me llamaba con urgencia y sacudia levemente mis hombros.

Al fin pude abrir los ojos para darme cuenta, que me hallaba en la habitación de Merarí envuelta entre sábanas, jadeando y empapada de sudor.

Gracias al cielo, sólo fué un sueño.

―Hey, panfila―Merarí me llamó con preocupación y comenzó a inspeccionarme―¿Qué pasa? ¿Te duele algo? Me pegaste un susto de muerte con tus gritos.

Logré adaptar mis ojos a la oscuridad, levanté mi vista y ví el rostro preocupado de Merarí a mi lado.

Traté de calmar los movimientos acelerados que provenían de mi pecho pero no podía evitar que continuarán, cerraba los ojos y aún podía ver en mi mente, aquella mirada llena de menosprecio en los preciosos ojos de Jean.

―Shh... ya... ya... ven aquí ― Merarí me calmaba y me frotaba la espalda como cuando era niña. ―No pasa nada Kris, solamente fué un sueño.

Era cierto pero no podía simplemente dejar de pensar sobre ello, tal vez en mi subconsciente sabía que Jeancarlo y yo éramos incompatibles, por eso mismo me lo proyectaba a través de una pesadilla.

―Jean―le respondí en un susurro apenas audible.

Merarí entendió de inmediato y asintió sin hacerme preguntas.

No sé cuánto tiempo pasamos de esta manera, hasta que logré recuperar un poco la postura y ella se tranquilizó.

―Kris―habló bajito― dime la verdad ¿aún sufres pesadillas en las noches? Tenía entendido que hace algún tiempo habían cesado, pero ahora me doy cuenta que continúan atormentandote.

A destiempo...Où les histoires vivent. Découvrez maintenant