Una invitación

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Jean

― Jean, hemos llegado― me anunció Marcos cuando aparcó el auto en el estacionamiento de una pequeña plaza en el centro.

Habíamos salido temprano del hotel y nos dirigimos a la clínica para mis cesiones de fisioterapia, estaba agotado y cerré los ojos un momento, hasta que el sonido de su voz me despertó.

Observé el lugar.
Se trataba de varios establecimientos sin aparente semejanza unos con otro.

Nosotros estábamos estacionados frente al único local de aspecto elegante y que tenía las luces encendidas.

― Sigo pensando que no es buena idea...

Comencé a protestar pero Marcos ya estaba en camino hacia el lugar. Lo vi tocar la ventana y lo recibió una mujer rubia de aspecto refinada.

Ambos se saludaron y comenzaron a platicar, podía ver como ella lo interrogaba y después como de manera cortés le negaba el acceso.
Marcos se lanzó a la puerta en un intento de mantenerla abierta y ella comenzó a discutir con él.

Resoplé.

Marcos se estaba comportando de manera infantil. Tal vez ella no se encontraba, no había necesidad de que hiciera un escándalo sólo por su necedad de que me encontrara con Krisia.

Quizá ella incluso me odiara, su impresión sobre mí, no era la más favorable. Debía marcharme ahora y no volver a este lugar.

Suspiré un poco abatido.

No me había dado cuenta que tenía la esperanza de verla. Era mejor llamarlo y regresar antes de que las cosas se complicaran.

Esa era la idea original hasta que la vi.

Krisia se acercó a mi enfermero de manera tímida y con la duda en su pequeño rostro.
Él le hizo un gesto señalando mi dirección pero ella se negó. Podía observarlos claramente desde el auto.

¿Qué le decía?¿Por que ella se negaba tan rotundamente? Aunque no me sorprendía. Krisia era terca y cabezota.

Me seguía cuestionando el por qué accedí a verla.

Yo no toleraba a las personas llenas de entusiasmo como Krisia, ese tipo de gente que siempre está alegre y llena de espíritu, bueno era simplemente que no soportaba a la gente, pero ella no huía de mí, por lo general la gente me tiene miedo y eso me satisface. Es mejor ser temido que amado; cuando te temen te respetan, pero cuando hay sentimientos de por medio, todo se complica.

Marcos y Krisia charlaron un momento, hasta que lo ví soltar una risotada y ella indiganda le señaló la puerta.

En ese momento él se controló y comenzaron de nuevo a interactuar.
Yo estaba hecho un manojo de nervios en el auto.

Por un lado quería verla, joder vaya que quería.

Esa mujer me dejó intrigado, desde la noche que sin pena se acercó a mí en el hotel. Pero por otro lado aún no estaba preparado, no tenía ni idea de como me trataría esta vez y eso me aterraba.

Aparté los ojos del lugar y me dispuse a revisar mi repertorio de canciones en el estéreo del auto.

Cerré de nuevo los ojos mientras escuchaba a Ryan Star, cuando unos ligeros golpecitos al vidrio de la ventana me hicieron pegar un pequeño sobresalto.

A regañadientes fui abriendo los ojos lentamente.

Krisia estaba parada al otro lado de la ventana y me miraba con diversión. Intenté controlar mis nervios antes de abrir la puerta y al fin enfrentarme a ella.

A destiempo...حيث تعيش القصص. اكتشف الآن