30. If I let you go

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- Señora Park... - escucha, pero su cuerpo no reacciona hasta que siente un leve toque que aprieta su hombro.

Rosé levanta la mirada, sus ojos totalmente rojos e hinchados y su corazón completamente angustiado. 

- ¿Está segura de que es eso lo que realmente quería? - le pregunta aquella voz y la abogada no puede evitarlo, no puede evitar a su corazón latir a toda prisa mientras fija sus ojos en aquellos documentos dispuestos en la mesa.

¿Cómo demonios está ahora aquí? ¿Cómo demonios va a saber lo que quería? No puede estar segura, no puede estarlo porque cada vez que piensa en aquel momento y en sus últimas palabras las lágrimas parecen encontrar su camino para salir sin contención, y por mucho que ella trate de reprimir el sollozo, vuelve una y otra vez.

Rosé no es capaz de contestar, siquiera es capaz de pensar con claridad. Solo puede sentir los recuerdos una y otra vez golpear su mente, recorrerla y atravesar su corazón. Son tantos los sentimientos que explotan en su pecho que no es capaz siquiera de ordenarlos y ponerles un nombre... ¿quién podría en estas circunstancias?.

Y aunque trata de recordar los momentos hermosos... a su imagen solo llega ese último recuerdo. Aquel maldito momento... y siente rabia y tristeza... porque la vida es injusta, terriblemente injusta. Y la odia, la odia porque puso en su camino a alguien para luego arrebatárselo... le dio el placer de conocer a una buena persona para luego dejarla presenciar su maldita muerte.

Por estadísticas, cerca de mil personas al año mueren atropelladas, algunos son ciclistas, otros solo paseantes... otros mueren en colisiones entre el autobús y otro vehículo... El caso es que... no importa cómo, al final es una muerte más.

¿Cómo se siente cuando la vida se escapa de tus manos? ¿Cómo se siente cuando ves que no puedes hacer absolutamente nada? ¿Cómo debió de sentirse no poder decir más que un "cuida de ella, por favor" antes de que sus ojos se quedaran en blanco? Aquello la golpea, la golpea una y otra vez porque le duele, le duele como si alguien hubiese tomado su corazón y lo estrujara.

¿Cómo vives con esa imagen? ¿Cómo le agradeces por haber estado en tu vida y haberse ido protegiéndote? ¿Cómo agradeces tanto amor? Es imposible... Rosé ha llegado a esa conclusión en tan solo unas horas.

- Señorita Park...

Vuelve a escuchar y quiere decir que se calle, que la deje en paz. Y quiere llamar a Lisa y abrazarse a ella, quiere refugiarse en ella... pero entonces lo recuerda... no puede... ahora, no puede...

Así que con el dorso de su mano limpia las lágrimas que sin saber han vuelto a caer y toma el bolígrafo y firma aquel documento que certifica que conoce a esa persona... Jamás pensó verse en este lugar... jamás pensó verse en este momento... pero mierda, maldita vida... 

- La acompaño en el sentimiento... - escucha la voz de ese hombre.

¿Acompañar? No... no hay forma de acompañar ese sentimiento, no hay forma de calmarlo siquiera... Asiente porque no le queda más remedio que aceptarlo, aunque no quiera, y sale de aquella fría sala hacia el recibidor del tanatorio, pero es detenida en el camino por aquel hombre nuevamente.

- Tenía esto entre sus pertenencias - le dice y la rubia asiente recibiendo una bolsa negra.

Ya en el aparcamiento suelta el aire que ha contenido y grita enfurecida porque joder... ¿acaso ese debía ser su final?. Toma la bolsa que no ha soltado y rebusca en ella y lo que encuentra la hace llorar aún más al recordar lo ocurrido.

Flashback

- ¡LISA! ¡LISA! - golpea el cristal en cuanto ve el autobús acercarse a su esposa.

30 SongsWhere stories live. Discover now