3. Can't fight the moonlight

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- ¡Les hemos dado una paliza! - dice Jungkook golpeando la espalda de la castaña antes de sentarse en la grada. 

Lisa sonríe y levanta la botella de agua como si brindara y bebe todo lo que puede mientras observa a Tae, Jimin y Jisoo cobrar las 100 libras que han ganado a los chulos de turno del barrio.

- Bien, son 20 libras para cada uno - reparte Jimin cuando llega hacia ellos.

- ¿Por qué no las juntamos y nos damos una merecida comilona? - comenta Tae mientras se levanta la camiseta y golpea sus abdominales con la palma de su mano.

- Para ti cualquier excusa para comer es buena - dice Jisoo golpeando su nuca y sonriendo mientras le quita la botella de agua de las manos a su hermana.

- O podemos pillar unas cervezas y sacar a Lalaidiota de su depresión por divorcio. - contesta el chico sobándose la nuca.

- Aún no me he divorciado - la arquitecta lo mira con el ceño fruncido. - Pero suena como un buen plan.

Recogen sus cosas y ella coloca su mochila al hombro mientras montan en el coche de Jungkook. Ella se sienta en el lado del copiloto, como siempre, y escucha divertida las peleas de Jisoo, Jimin y Tae porque ninguno quiere sentarse en el medio... y para variar, Jisoo, por ser la más bajita, es quien ocupa ese lugar y puede ver por el espejo retrovisor sus brazos cruzados mientras resopla apartando su cabello de su rostro.

Ya en el supermercado, rápidamente pillan unos packs de cerveza y algunos productos para hacer una barbacoa en el jardín de Jungkook. Lisa recuerda que antes solían hacerlas en su casa... pero ya no desde que no vive con Rosé... así que comprende cuando su buen amigo ofrece la suya.

Observa a los chicos preparar la parrilla y discutir sobre sus distintas formas de encender el carbón, cada cual más dispar... aquellos tres nunca cambiarán, piensa, siempre discutiendo por tonterías desde que se conocieron en el colegio.

Tae, Jimin y Jungkook estudiaban en la clase contigua y al principio se odiaban a muerte pues los profesores se empeñaban en enfrentar a ambas clases para todo... pero a mitad de año coincidieron en las prácticas de baloncesto y desde el principio conectaron como equipo. Fue entonces cuando empezaron a olvidar sus disputas, casi por obligación y por el bien del equipo, y pronto se volvieron mejores amigos. Y así se habían mantenido desde entonces.

- ¿Cómo lo llevas? - pregunta Jungkook sentándose a su lado.

- ¿El qué? - dice aunque sabe perfectamente a qué se refiere.

- Vamos, Lisa... soy yo... - dice acercándose y la arquitecta siente sus ojos picar, pero no quiere llorar... no quiere porque normalmente no lo hace. Ella es Lalisa Manobal, la altanera y rebelde chica de clase que su mejor amigo conoce.

Lisa entonces piensa, si tuviera que contabilizar todas las veces que ha llorado quizá pueda contarlas con los dedos de una mano. Y recuerda que Rosé siempre le ha dicho que llorar no es malo... y sabe que no lo es, pero siempre ha tratado de mantenerse firme, de ser la roca de aquella rubia, y ha olvidado cómo exteriorizar lo que lleva dentro. Así que por una vez se deja llevar, y aunque no llora, decide ser sincera.

- Es una mierda... - dice dejando caer su espalda sobre el respaldo del sofá mientras da un trago a su cerveza.

Kookie pone su mano sobre su rodilla y da un par de toques mientras la mira con tristeza. Él ha sido uno de sus grandes aliados desde siempre y un fiel soporte de su relación con Rosé, aunque al principio estuviera colado por aquella castaña, hasta que se enteró de que ambas hermanas eran intersexuales. Y aquel rollito de que Lisa tuviera un amigo entre sus piernas le había cortado toda esperanza de amor, así que había asumido el rol de su mejor amigo y así se habían mantenido hasta hoy.

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