6. Because you live

780 96 55
                                    


- ¡Abuela! - gritan los mellizos en cuanto ven a Clare Park aparecer por la puerta de la cocina.

- ¡Mis niños! - dice la mujer y los abraza con fuerza mientras deja besos en sus cabezas.

Rosé toma una tostada y la muerde mientras sonríe divertida ante la imagen. Su madre se acerca a ella y deja unas bolsas sobre la encimera mientras saluda a Amelia y luego deja un beso en la mejilla abultada de Rosé que engulle la tostada a toda prisa.

- ¿A dónde iremos abuela? - pregunta Lily.

- He pensado que podríamos ir a algún mercadillo y luego podemos ir a ver un musical. Tengo entradas para Wicked - dice sacándolas de su bolsillo y los adolescentes sonríen. - 

Leo y Lily son adolescentes sí, pero el día con los abuelos es su día favorito, y suspenden todo lo que tengan en mente siempre. Porque aunque la abuela Clare y el abuelo Marco vivan cerca, los ven una vez a la semana, con suerte. Así que cuando llegan de sorpresa es simplemente genial.

- ¿Mamá, podemos dormir con la abuela y llevar a Hank? - Rosé asiente y sonríe satisfecha.

- ¿Por qué no subís a vestiros? - dice Clare - y nos vamos en seguida.

Los mellizos dejan sus platos terminados y suben corriendo escaleras arriba seguidos de Hank.

- Gracias por venir mamá. - dice Rosé. - Lily está un poco sensible.

- Oh... el primer corazón roto... ese es el peor.

Rosé asiente levemente, aunque repasa en su memoria ese momento y el dolor no fue tan intenso.

- ¿Vendrás con nosotros? - pregunta y la rubia niega con la cabeza.

- Tengo mucho papeleo por hacer... - dice señalando las carpetas que ya llenan la encimera de la cocina.

- Señorita Rosé - dice Amelia. - Debería descansar.

- Amelia tiene razón, estás todo el tiempo trabajando. - dice Clare.

- Mamá... - suspira - El bufete no se mantiene solo. Tengo muchos casos que atender y que revisar. Quizá me una a la cena.

- ¿Planeas trabajar todo el día?.

- El día en que mis terremotos no están en casa es el día más productivo para mi trabajo, así que sí. - dice tomando la taza de café y volviendo a hacer ese gesto de asco.

- Deberías dejar de beber esa porquería. Siempre has sido una chica de té. 

- Lisa dice lo mismo, pero estoy convencida de que puedo apreciarlo. - su madre la observa arrugar la nariz con cada sorbo que da.

- ¿Cómo está Lisa? - pregunta cuando Amelia se retira para recoger el salón.

- Uh... bien, no lo sé.

- ¿No lo sabes?

Rosé se encoge de hombros y toma otra tostada que su madre le quita enseguida.

- Es tu esposa, deberías saber cómo está - le dice dando un mordisco a su tostada.

- Mamá... - la abogada la mira - Vamos a divorciarnos. Supongo que ninguna de las dos estamos bien del todo pero es lo que hay.

- Ajá... - dice mordiendo otro trozo - Escucha Rosie, no voy a meterme en tu vida personal. Pero todavía sigo sin entender qué fue lo inmensamente malo que hizo Lisa para que tú pusieras sobre la mesa un divorcio.

- No hay nada grave en sus actos madre, si eso es lo que esperas que diga. Lisa es una buena persona, siempre lo ha sido. Pero lo nuestro ya no funciona. - dice tomando las carpetas, resignada a que ese trozo de tostada no volverá a sus manos.

30 SongsWhere stories live. Discover now