19. The Galway girl

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Lisa se asoma por la puerta y observa aquella figura envuelta en sábanas blancas. Una sonrisa suave se forma en sus labios mientras se acerca poco a poco y observa aquellos mechones dorados caer sobre la blanca almohada y sobre el rostro de tez blanca y mejillas sonrosadas. Puede notar la respiración profunda y el ligero movimiento de su cuerpo con cada respiración... parece dormir en paz. 

Con cuidado de no despertarla se agacha a su lado y la observa con detenimiento. Esos maravillosos labios rojos están ligeramente entreabiertos... y puede ver cómo aquella rubia se aferra a la almohada que descansa entre sus brazos. "Es hermosa" piensa y siente la necesidad de apartar esos mechones para observarla mejor, así que lo hace y en su camino delinea suavemente la mejilla izquierda de Rosé, quien no parece haberse percatado de absolutamente nada.

Lisa no puede mentir, no ha dormido nada. Se ha pasado prácticamente la mitad de la noche observándola. Rosé había insistido en dormir en el sofá para darle su espacio... El departamento tiene tres habitaciones, en una dormían los niños, en otra Amelia y en la última Lisa. Pero aunque había aceptado, su cuerpo se había levantado por voluntad propia sobre las dos de la mañana, había bajado las escaleras y se había quedado contemplando esa maravillosa vista. 

Desde que la había visto por primera vez, sentía esa necesidad de verla durante al menos un rato... y cuando ella no estaba, sentía una ligera quemazón en su pecho. Eso solo podía significar que le importaba ¿cierto?. Quizá era su corazón y su subconsciente negándose a olvidar a su esposa.

Suspira ligeramente y vuelve a acariciar el delicado rostro de Rosé. Su piel es tan suave y desprende calidez, una calidez que hace más que calentar su corazón... parece colarse por todo su cuerpo y encenderla como si fuese una hoguera andante, de miles de maneras que era imposible de explicar. Se pregunta si la Lisa de antes era consciente de esta sensación.

- ¿Mami? - casi se cae del susto cuando voltea y se encuentra con Lily susurrando.

Coloca un dedo sobre sus labios y susurra un leve - Shh... - y la adolescente asiente mientras observa cómo su madre se levanta del suelo y va hacia ella.

- ¿Qué haces despierta? - pregunta.

- No podía dormir - susurra. 

- ¿Te duele algo? 

- No cielo, estoy bien - sonríe y deja una caricia en la mejilla de su hija.

- Mamá duerme profundamente - sonríe - Hace mucho que no duerme así.

- ¿Y eso? - pregunta.

Lily no sabe si contarle a su madre que estaban a punto de romper su familia, a punto de divorciarse y pasar a ser esas madres que solo se ven para entregarse a los niños cuando les toca. Lily suspira y niega con la cabeza.

- Mamá solo te echaba de menos... - a Lisa aquello le parece extraño. Según Kookie, no estuvo mucho tiempo inconsciente... así que... ¿por qué razón Rosé la echaría de menos?.

- ¿Mami? - Leo hace su camino hasta ellas frotándose los ojos. - ¿Por qué están despiertas? - pregunta.

Lily tapa la boca de su hermano pidiéndole silencio y hace a Lisa sonreír. - Mamá duerme - dice y el adolescente asiente.

- Me muero de hambre - se señala el estómago y Lily rueda los ojos.

- ¿Por qué no preparamos algo lindo para mamá? - dice Lily y ambos asienten con una sonrisa.

- Vamos a vestirnos y saldremos - los niños suben las escaleras al igual que Lisa rápidamente.

Quince minutos más tarde la castaña espera por los mellizos mientras observa a Rosé dormir plácidamente. - ¿Por qué me echabas de menos...? ¿A dónde fui Rosie?. - se pregunta una y otra vez hasta que Leo toma su mano y tira levemente de ella.

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