Compañero de Departamento //•Park Chanyeol y tu •//

Capitulo 8

- ¿Cual quieres ver? - me preguntó Chanyeol mientras mirábamos la cartelera.

- La que tu quieras.

- No, decide tu.

- Bien. ¿Que te parece si vemos una de terror? - le pregunté emocionada. El me miró algo horrorizado.

- Si, esta bien - paso saliva. Reí.

- Si quieres vemos otra - dije sonriendo. El negó.

- No, esta bien. - comenzó a caminar y nos formamos para comprar los boletos. Después fuimos a comprar las golosinas que meteríamos a la sala.

- ¿Estas seguro? - pregunté.

- Si. - me miró y sonrió de lado - Solo cuando estés completamente asustada y temas por tu vida no te esconderás detrás de mi en la película - reí. Creo que el que terminaría haciendo eso seria el y no yo.
Entramos a la sala y estaba repleta. Fuimos a nuestros asientos y empezó la película.

Llevaban solo 15 minutos de película y aun no había ninguna escena de horror. De reojo miraba a Chanyeol y podía ver como con un ruido fuerte se movía por el susto. Este niño. Me hubiera dicho que no toleraba las películas de terror.
Cuando comenzó la típica escena en la que la protagonista escucha un ruido y va a investigar que es, comencé a sonreír. Siempre lo hacia y por eso mismo Kyungsoo solía llamarme loca. Siempre sonreía emocionada en las escenas de terror. Conforme la protagonista llegaba a el interior del bosque noté como Chanyeol se iba inclinando hacia mi. Cuando la mujer de la película se encontró con un monstruo quien por cierto era horrible, Chanyeol gritó como otras personas en la sala, y se escondió en mi hombro y tomó un extremo de mi chaqueta para cubrirse la cara hasta arriba de la nariz. Sonreí con ternura. Notó mi mirada y se acomodó de nuevo en su asiento y aclaró su garganta.

Cada escena que pasaba podía notar como estaba aterrorizado. Yo ya no estaba viendo si quiera la película por verlo a el y sus reacciones. Era muy tierno. Cuando lo note que estaba hasta sudando me acerqué a el y susurre en su oído.

- ¿Quieres salir e ir por un helado? - le pregunté. Tampoco lo quería seguir obligando a ver la película. Me miró esperanzado.

- No, esta bien. Veamos la película que quieres ver. A no ser que ¿tu quieres ir por el helado? Yo no tengo problema en salir. - dijo. Era un quisquilloso. Sonreí y asentí.

- Ven, vamos - dije y tomé su muñeca para sacarlo de su calvario. Cuando salimos de la sala oí como suspiró sonoramente. Solté una risita. Cuando comenzamos a caminar por la plaza para ir por el helado solté su muñeca. No quería incomodarlo.

- Ven, te van a hacer algo de nuevo - dijo y paso su brazo por mi espalda para hacerlo como un abrazo protector de lado. Eso me hizo estremecer pero también sentir un cosquilleo en el estomago.

- Gracias - dije por lo bajo y el me sonrió. Cuando llegamos a la heladería, ordenamos nuestros helados y nos sentamos a comerlos. - ¿Te gustó la película? - le pregunté divertida.

- Más o menos. - dijo tratando de sonar indiferente. Sonreí. - No me pareció muy real. - Si, claro.

- Si, yo también pensé eso.

- Yo te vi asustada - dijo divertido. ¡Aja! ¡¿Yo?! El estuvo tapándose tras mi chaqueta toda la película. - Si no puedes dormir por la noche será tu culpa. Pero si necesitas que te lea un cuento para que no te asustes, puedo hacerlo. - dijo y solté una carcajada.

- Claro. Gracias - dije negando con la cabeza. Este niño era un caso.

- ¿De qué es el tuyo? - me preguntó sobre el sabor de mi helado.