_Púdrete friki hijo de puta-
_Eso no decías anoche cuando estaba entre tus piernas -
La mayoría del tiempo quería matarlo, pero en muy pocas podía llegar a quererlo.
Dos personas que se odian con toda el alma y un par de situaciones que les hacen...
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"Respira profundo, respira tranquila. Sabes que estoy aquí esperando. Mantente fuerte, mantente auténtica, no tienes que temer, no tienes que temer. Te veré pronto."
Eddie había perdido la conciencia durante el camino al hospital, mientras mis manos traspiraban y de mis ojos caían lagrimas por ver que no podía hacer nada sintiéndome totalmente inútil. Las cosas pasaban en cámara lenta frente a mis ojos que pareciera que no estaba presente.
Al llegar al hospital bajaron a Eddie y se lo llevaron corriendo a través de una puerta por la cual no me dejaron pasar, me quede en medio de la sala esperando que alguien me dijera que era lo que pasaba.
_ Por favor, Dios no me lo quites – Susurre
mientras mi pecho dolía.
Lo único que pude hacer fue sentarme en un rincón mientras sollozaba por saber si el chico al que amo estaba bien. Los minutos pasaron y sentía que eran horas, no escuchaba nada a mi alrededor hasta que mis oídos empezaron a hacer un eco que hizo que reaccionara.
_ Disculpe señorita, tiene que pasar a la sala para atenderla – una chica vestida de enfermera estaba parada justo enfrente mío.
_ T-Tengo que esperar a mi novio – fue lo único que salió de mi boca.
_ Se quien es usted, él estará bien lo están atendiendo, pero tenemos que curar esas heridas – Vi como señalaba mis brazos. Mi cerebro reaccionó cuando vi mi piel quemada con leves heridas en mis brazos y piernas. Por los nervios no me había siquiera percatado de que yo también estaba herida. - Vamos – Ella me tomo de la mano e hizo que la siguiera a uno de los consultorios de la sala de urgencias.
Yo solo me quede quieta fijando mi vista en un punto perdido del suelo, esperando que alguien llegara a decirme que pasaba con mi chico de pelo largo. Cuando la enfermera terminó su trabajo dijo algo y ambas salimos de la sala para poder seguir esperando noticias.
_ Linda! Ahí está - Escuche la voz conocida de mi padre y levante la vista para ver a mis padres corriendo hasta mí.
_ Nos tenías tan preocupados - Mi madre me abrazo mientras lloraba en mi hombro y sentía las manos de mi padre acariciando mi cabello, pero mi cuerpo no respondió.
_ Mamá, él está mal – susurre. Mi madre se separó y me miro a la cara con algo de pena reflejada en su rostro.
_ Tranquila, seguramente va a estar todo bien – Yo asentí intentando creerles a sus palabras.
_ ¿Quieres ir a casa? - preguntó de repente mi padre- o ¿Quieres que esperemos al chico?
_ Quiero esperar a Eddie, pero no hace falta que se queden – dije sin dudarlo.
