_Púdrete friki hijo de puta-
_Eso no decías anoche cuando estaba entre tus piernas -
La mayoría del tiempo quería matarlo, pero en muy pocas podía llegar a quererlo.
Dos personas que se odian con toda el alma y un par de situaciones que les hacen...
"Pero me desmorono por completo cuando lloras, parece que una vez más tuvieras que recibirme con un adiós"
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Al día siguiente me desperté sin ganas de nada, pero debía seguir con mi vida a pesar de querer detenerme en el tiempo. A pesar de todo lo que había pasado al menos era viernes por lo que podía tomarme todo el fin de semana para recapacitar sobre todo con una buena botella de Ron en mis manos.
Bajé al primer piso donde encontré a mis padres desayunando, por lo que estuve obligada a fingir que nada pasaba y sentarme a desayunar con ellos.
_ ¿La escuela como va? - preguntó mi padre. Era todo por lo que se preocupaban.
_ Excelente, todo va bien - sonreí. Ellos sonrieron y siguieron comiendo.
_ Esta noche iremos a una reunión con los Carver ¿Quieres venir? - preguntó mamá.
_ No, creo que me quedare en casa - negué. Lo menos que quería era ir a casa de Jason y encontrarme con Chrissy, la había tratado mal ayer y me arrepentí mucho por eso toda la noche. -¿Puede venir Billy esta noche? - pregunté. Necesitaría algo de apoyo moral.
_ Por supuesto - Mi madre sonrió, por alguna extraña razón a mi madre le agradaba demasiado Billy y él sabía como tratarla para tenerla comiendo de su mano. Se me hacía muy gracioso.
Salí de casa y conduje hasta la gasolinería para cargar el tanque de mi auto. Llevaba la bolsa con la ropa de Eddie en el asiento del acompañante, le llevaría su ropa y dejaría de todas por todas de tener algo que me conectara con él.
Llegué hasta su casa hacía como cinco minutos, pero no tenía el coraje de bajarme del auto. Estaba fumando un cigarrillo y mordiendo mis uñas a mas no poder, pero no podía ser tan cobarde de dejarme llevar por el miedo, así que solo tome la bolsa en mis manos y me bajé del auto acercándome para tocar la puerta.
Antes de que pudiera acercar mi mano alguien abrió la puerta desde dentro haciendo que yo de un par de pasos hasta atrás.
_ Nicole! hola querida - El tío de Eddie se sorprendió al verme fuera.
_ Hola! tanto tiempo - sonreí nerviosa.
_ Pasa, Eddie esta cambiándose, pero seguro sabe que estas aquí - caminó fuera de la casa.
_ oh no, de hecho solo vine a dejarle algo y ya me iba - intenté esquivar el ver a Eddie a toda costa, pero era imposible, literalmente estaba en su casa.
_ Pasa igual, yo me voy a trabajar, pero estas en tu casa - intenté decirle algo mas, pero solo se fue lo mas rápido que pudo y no me dio tiempo a decir nada mas.
_ Maldición - le di una calada al cigarro entre mis dedos y camine hasta la puerta entrando a la casa. No escuche nada cuando entré, así que dejé la bolsa encima de la mesada y camine lo mas rápido que pude para salir de ahí.
_ Hey linda! - paré mi caminata en seco al escuchar su voz a mis espaldas. Tome la perilla de la puerta quedándome totalmente quieta en mi lugar. Mis manos temblaban, por un momento quise parar mis acciones, porque lo que estaba haciendo no se sentía para nada bien. Algo me lo decía. - Espera, ¿a donde vas? - escuche sus pasos acercarse y mi garganta se secó completamente. No tenía control sobre mi, no quería salir herida de nuevo.
_ No puedo con esto - las palabras me dolieron y mis dedos pinchaban sintiendo como empezaban a sudar.
_ ¿Qué sucede? No fuiste al ensayo de la banda, no te encontré en todo el día - su voz preocupada no parecía ser fingida o al menos así sonó para mí. Di un suspiro intentando relajarme contando hasta tres y me di la vuelta para verlo a la cara.
_ Debiste decírmelo - es todo lo que pude decir, mi cuerpo se sentía tembloroso. No podía siquiera mirarlo a la cara, me sentía usada y eso me traía tantos recuerdos.
_ ¿Decirte que linda? - se acercó a mi, pero yo retrocedí lo mas que pude hasta chocar con la puerta - ¿Qué sucede? - preguntó parando sus pasos.
_ Debiste decirme que te gustaba Chrissy - esas palabras dolían, no quería volver a sentirme sola, no quería volver a pasar por lo mismo otra vez. - Pudiste decírmelo antes de que me acostara contigo - solté.
_ Claro que no me gusta Chrissy, no entiendo como dices eso - lo vi fruncir su nariz, parecía confundido.
_ No finjas Eddie te lo ruego, si quieres a Chrissy no me uses, no lo soportaría - todo me recordaba a las mismas cosas de siempre - Si quieres sígueme haciendo la vida imposible, pero no me uses para olvidar a alguien mas - lleve las manos a mi cabello mientras bajaba la mirada. Sentía que me sofocaría en cualquier momento.
_ No me gusta Chrissy Nicole, ¿Por qué dices eso? - se acercó a mi quedando frente a frente. - Mírame, por favor - dijo por lo bajo. Yo negué con mi cabeza, no podía verlo. Volvería a mentirme y yo volvería a caer.
_ No quiero, solo dejemos de lado lo que pasó y sigue con tu vida - sentí como el cigarrillo que tenía en mi mano caía al piso y rápidamente lo apague de un pisotón antes de que se incendiara algo.
_ Miller, de verdad no se de que hablas ni quien te metió esa idea en la cabeza, pero no es cierto - Sentí su mano debajo de mi mentón levantando mi cabeza. En el momento que conectamos nuestras miradas mis ojos se llenaron de miedo. Pánico de que esto volviera a doler por mas que haya sido algo pasajero.
_ Eddie todos lo saben, incluso ella parece estar enganchada contigo - susurre. - Solo dejemos de lado esto, por favor. - supliqué.
_ No vamos a dejarlo de lado por que eso no es verdad, de la única persona que estoy completamente embobado eres tu y nadie mas que tu - vi sus ojos llenos de seguridad al decirlo, que si esto era una mentira, no se sentía como una.
_ Podemos ser amigos si quieres - susurre - nadie tiene que saber lo que pasó. No afectaría en nada tu situación amorosa - Mi voz salió entrecortada porque por mas que me haya sentido totalmente segura de no estar enamorada de él aún, dolía por lo lindo que se sintió todo. Nadie me trataba lindo por que sí, siempre había una razón para todo.
_ No voy a ser tu amigo - sentenció. - No voy a serlo por que te quiero a ti y solo a ti, nadie va a venir a decirme lo contrario ni siquiera tu tienes ese derecho - su voz salió como un grito ahogado de desesperación, lo pude sentir.
Una lagrima se escapo de mi ojo cayendo por mi mejilla sin darme cuenta ni en que momento se habían empapado totalmente mis ojos, yo jamás lloraba, odiaba con toda mi alma hacerlo y no podía darme el lujo de que alguien me viera siendo tan vulnerable. Tenía miedo y por la forma en que él me miraba, también lo tenía.
