Capítulo 6: De compras

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Al terminar de vestirme As algo molesto me pidió que aprendiera a vestirme sola. Nos dirigimos hacia el auto y él me abrió la puerta y con su otra mano cubrió mi cabeza.

—¿Qué haces? ¿Por qué me cubres?

—Es que, no quiero que te golpees, precaución, nada más.

—Eres como un buen hermano mayor —sonrío y entro al auto.

Sonrió y cerró la puerta.

—¿Entonces qué es lo que haremos?

—Primero compraremos algo de ropa, y luego iremos al doctor. Tenemos que saber tu edad y si estás enferma de alguna manera.

Asentí. Me invadió una sensación extraña de tristeza y felicidad. Tengo miedo de perder todo esto, es tan lindo sentirse cuidado.

—Tu casa queda muy lejos de todo, ¿verdad?

—Sí, ya te aburriste del viaje —rio —No te preocupes que en diez minutos llegamos.

—Sí, es que estás ahí con esa cosa y ni me miras o hablas. Es aburrido

As me observó por un instante y dejo aquella cosa.

—Se llama celular, lo uso más que nada para el trabajo.

—¿Y cuál sería exactamente tu trabajo?

—No sabría como explicártelo. Déjame pensarlo y luego te digo.

—¿Cómo? —se me sale una carcajada —No es nada bueno, seguro.

Es obvio que no es algo bueno, después de todo siempre quiere usar la violencia para resolver todo.

—Llegamos —Se apresuró a bajar para abrirme la puerta. Igualmente, yo lo esperé para que lo haga je.

Estábamos frente a un edificio muy alto, imponente, con muchas luces y muchas personas que entraban y salían.

—¿Dónde estamos? —pregunto.

—Es un centro comercial, Juliette, aquí encontraremos cualquier prenda que quieras.

Lo tomé de la mano nerviosa por la cantidad de gente que había en la entrada. Se le hizo incómodo pero me dejo.

—Tengo que hablar con Romina hace días que no viene a mi casa, su familia molestará si la descuido tanto.

—¿Quién es Romina?

—Mi prometida, pero no la amo. Es más que nada un acuerdo entre familias para mantener la paz.

—Claro, no entiendo. Pero está bien.

Amor... Qué palabra difícil de entender. ¿Qué es exactamente el amor?

—Es aquí Juliette. Esta tienda tiene muchos vestidos.

Al entrar las personas nos recibieron en la puerta. —¿En qué lo ayudamos, señor?

—Necesito ropa para ella —Levanta nuestras manos. —Necesito ropa de todo tipo, para dormir, casual, de fiesta y todo lo que se le ocurra.

Me suelta la mano. Ve con ellas Juliette yo hablaré con Romina.

—¡No! —lo tomo de la ropa —No me dejes sola con ellas, hay mucha gente, estoy muy nerviosa y —me acerco a su oído —me duele la cabeza de tantos pensamientos —susurro.

—Concéntrate solo en mis pensamientos —me da la mano nuevamente.

Sonrío —Sabes una vez me desmaye de lo aturdida que me sentí.

—¿En serio? —me mira preocupado.

—Sip.

Las siguientes horas me las pasé eligiendo vestidos, ropa de cama, ropa interior y todo lo que se les ocurra. Sentí que estaba en un sueño. Por otro lado, As llamo a Romina y durante su llamada solo pude oír pensamientos algo extraños o violentos como "Apenas cruce la puerta del cuarto, le arrancaré toda la ropa" o "Dan ganas de matarla, pero es sexy contrólate As, por el sexo y la paz familiar". Quise preguntarle que era el sexo, pero sentí que no era el momento, estaban todos los empleados dando vueltas a nuestro alrededor.

Mientras me mostraban las prendas As me enseñaba el nombre de la prenda y el color de cada una. Al terminar me quedé con una falda rosada a cuadros y arriba una camisa blanca con una especie de fruta rosa en el bolsillo. Al mirarme en el espejo no podía creer que esa chica tan linda era yo. Mi cabello largo pasando mi cintura, de color amarillo, podría decir que algo dorado. Mis ojos eran de un color celeste fuerte, no sé si tiene un nombre distinto este color. Me sonreí en el espejo y me quedé un rato observándome pensando lo afortunada que era.

—Dios, esta niña narcisista malcriada mira toda la ropa que le hará comprar, no tiene vergüenza. Asmodeo nunca la trajo antes. Tendré que habar con Romina.

Miro hacia atrás para buscar a la dueña de esos pensamientos y la sorprendo observando con mala cara, me sonríe —¿Estás lista, cariño?

No le respondo y salgo en busca de As.

Él estaba ahí sentado en el mismo lugar hace ya varias horas. No importa si para el resto él es un asesino o algo así para mí él es mi Luz, mi sol tan brillante y calentito.

Me observa con una sonrisa —Te queda muy bien esa ropa.

—Gracias —doy una vuelta haciendo volar la falda un poco y sonrió. —Escucha —me acerco a su oído y le cuento lo que escuché de Romina. —No sé si sea importante, pero creí que tenías que saberlo.

—Gracias, al final no sabrás leer o bañarte—ríe —pero eres de mucha ayuda. ¿Es esa muchacha de allá?

—¿Qué harás? —dudo en preguntar luego de recordar lo de Marina.

—La basura se quema Juliette si no después se pudre y contamina.

—¿¡Qué!? —Lo detengo al verlo levantarse —No lo hagas, ¿la quemarás? ¿Viva?

As estalló en carcajadas —Eres tan divertida, solo haré que la despidan.

—Oh —rio nerviosa y lo suelto —Ve, te espero aquí. —me siento.

JulietteWhere stories live. Discover now