capitulo 1: Juliette

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Era tarde en la noche, iba caminando con los pies descalzos y con el estómago vacío, estaba buscando un lugar donde dormir y en una estación de bus halle un colchón que alguien tiró feliz, corrí a tirarme sobre el, ¡hoy no se duerme en el piso! Pensé y cerré los ojos intentando dormir.

—Apenas me de el dinero le meto un tiro— oí a lo lejos.

Me incorporo asustada y busco a la persona con la mirada. Mis pies se mueven a su encuentro, tengo un mal presentimiento y no puedo evitar darle toda mi atención al asunto.

—Le daré un tiro en el ese rostro bonito que tiene haber si así sigue con esa soberbia.

Comienzo a correr, la voz se escucha más cerca. Me asomo a un callejón y los veo, dos hombres vestidos de traje revisando algo, no llego a ver qué es porque uno de ellos me tapa.

—Apúrate así te mato —escucho nuevamente

El hombre que está espalda a mi lentamente saca un arma de abajo de su chaqueta y la mantiene escondida.

—Listo, es un placer hacer negocios con usted, aquí tiene. —anuncia con una voz ronca.

El hombre levanta el arma y ríe a carcajadas.

—Hasta aquí llegaste —grita

—¿Qué se supone que haces? —habla el de voz ronca —baja el arma.

Sin pensar demasiado corro hacia aquel hombre con el arma, dándole una buena patada en sus partes bajas, obligándolo a soltar su arma y darse vuelta por la sorpresa.

Tomo el arma y le apunto. —Pude oír tu plan desde hace rato. —mis manos tiemblan, ¿qué se supone que haga con esta arma?

—¿A qué te refieres con oír? —grita desde el suelo. —No dije ni una sola palabra.

El hombre de voz ronca toca mi hombro y sonríe.

—Dame el arma niña, puedo ver que nunca en tu vida has matado a alguien. —susurra.

¿Por qué no pude oír sus pensamientos? Soy un fenómeno con el poder de oír lo que las personas piensan, pero por qué no puedo oírlo a él.

Toma el arma de mis temblorosas manos y se coloca frente a mí, dejándome ver su ancha espalda. Apunta al hombre y me mira de reojo.

—Tapate los oídos y cierra los ojos nena.

Lo hice, apreté fuerte mis oídos con mis manos y cerré lo más que pude mis ojos, era obvio lo que pasaría, lo mataría.

Al cerrar los ojos vi a un niño pequeño, llorando acurrucado en el suelo, intenté acercarme pero desapareció.

—Nena, déjame que te llevo a tu casa, como agradecimiento por salvarme la vida.

Sonrió— No tengo casa, es que no ves que ni tengo zapatos —carcajeo. —¿Y mi cabello? ¿Y esta prenda toda agujereada? Tranquilo, yo vuelvo a donde estaba, no te preocupes.

—Bueno, dime como te llamas al menos.

—No tengo un nombre, dime como desees.

Me miró con lástima y se quedó en silencio.

—¿Quieres tener un lugar donde vivir?

—¿Me preguntas en serio?

—Me salvaste la vida, quiero hacer algo por ti, no me gusta deberle nada a nadie. Mi vida por tu vida.

—No te conozco —digo — y acabas de matar a alguien. Pero si , me gustaría tener un hogar asi signifique que en un futuro cercano me mates,

—¿Qué? —carcajeó —No te mataré, mientras hagas lo que te diga todo estará bien.

—Entonces es ser la presa del zorro... También acepto.

Él se sorprendió por mi deducción. Pero luego de vivir en la calle por años, creo que por comida y un techo todos los días podría ser Batman.

—Entonces vámonos —me agarra de la mano y me dejo guiar.

Un auto negro y extenso espera del otro lado del callejón

—Sube —ordena.

Asiento y entro al auto.

El chofer me mira de reojo y con asco.

—Algo huele muy mal —fija la mirada en mí.

Bajo el rostro apenada y no respondo.

—Si no quieres que te corte la lengua, no le faltes al respeto y conduce.

—¿Qué es lo primero que deseas hacer cuando lleguemos? —intenta conversar.

—Bañarme —susurro —apesto —murmuro.

—Lo que desees, no tengo ropa de mujer, pero te prestaré una camisa limpia y mañana ordenaré que te compren algo para ti.

—¿Ropa nueva para mí? —lo miro emocionada

—Si claro, no puedes vivir con mis camisas, debes tener tus prendas.

—¿Puede ser un vestido?

—Por supuesto

—Y ¿unas zapatillas?

—También

—¡Muchas gracias!

—Yo soy el agradecido, gracias por salvar mi vida.

Al fin las cosas parecían marchar bien para mí, una casa, ropa, este amable asesino, creo que por primera vez mis "poderes" me ayudaron.

—Juliette, tu nombre será Juliette. En latín significa Cielo y según la biblia significa que eres alguien fuerte. Tuviste miedo al enfrentar a ese hombre, pero aun así apareciste como un ángel y salvaste mi vida, eres fuerte y salvaste mi vida.

—Me gusta, muchas gracias. Es la primera vez que tengo un nombre de verdad.

JulietteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora