Capítulo 27: Tintineo de los difuntos

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I

Una de las cosas que más me asusta es el daño cerebral, sufrir un derrame, el Alzheimer, la demencia. Me genera tanta inquietud que puedo llegar a quedar en estado vegetativo algún día. Estar muerta en vida, a pesar de que muchas veces no se necesita de una condición física para estarlo. Solo quisiera estar consciente los últimos minutos, saber que voy a morir y disfrutar por última vez de mi memoria e irme con ella.

Es posible que mi mayor miedo sea olvidar, olvidar a la gente que amo, olvidar los buenos momentos, que los demás también olviden, y que los recuerdos queden reducidos a nada, un instante en la historia dónde existieron y fueron solo eso, un punto en la totalidad.

Al final creo que a lo que en verdad le tengo miedo es a la muerte, a la evanescencia del alma.

Los espíritus me demostraron que es cierto que poseemos una esencia, que somos la energía que mueve al cuerpo, sin embargo, siguen atrapados de este lado y saben igual de poco que nosotros sobre el renombrado paraíso.

Y quizás no haya más, y simplemente terminemos vagando por el espacio como radiación cósmica, esclavos del universo hasta que eventualmente este llegue a su fin y a lo mejor cree otro.

Franz Kafka pudo estar en lo correcto cuando dijo "hay bastante esperanza, infinita esperanza -sólo que no para nosotros".

Al cosmos no le interesamos, no hay nadie superior que nos esté cuidando, entre nosotros tampoco importamos. El humano ha demostrado multitud de veces su egocentrismo innato, tal vez este sea el precio de nuestro pecado.

Mi abuela es un claro ejemplo. Y puede que yo también lo sea. Pensé que sus disculpas habían sido debido a todas las muertes que causó. Y la verdadera razón fue aún más oscura. Confié en ella y me traicionó, terriblemente.

~~~

—Somos un grupo de diplomáticos trabajando para el Gobierno de la República Francesa en la búsqueda de objetos sobrenaturales a lo largo del globo. Tenemos conocimiento de que en esta residencia se halla "Farolillo de los Cárpatos", una obra al óleo de Julien Gereg realizada a finales del siglo XIX —manifestó el hombre de la era swing, portador de un vestuario salido de la época dorada del Lindy Hop.

—No sé de qué están hablando —repliqué a secas.

—Levane, dulzura, no hay necesidad de mentirnos. Estamos informados sobre la situación. Sabemos todo de ti. Eres una médium, lo cual heredaste de Camila Desdémona Munteanu, la habilidad les permitió interactuar con los espectros y volverse especialmente cercanas a Ambrosía Allegra Novarini y el mismísimo Julien Gereg, almas errantes que se quedaron para vigilar de la pintura junto a un oficiante, como lo fue tu abuela que murió protegiéndola, por lo cual, quedó a cargo de Ángela Magyar, fiel amiga de ella, a la que no le quedan muchos años más y planea que tú prosigas con la tarea, no es algo que te atraiga mucho pero los guardianes del cuadro han logrado convencerte para evitar que el objeto caiga en manos equivocadas, como pasó con Camila, quien asesinó a personas inocentes con la intención de acabar con la maldición y que, a causa del descubrimiento de su Alzheimer, iba a probar por última vez contigo —mi expresión en blanco pareció motivarlo a continuar—. Su supuesta "nieta favorita", fue una estrategia para conquistarte, lo cual no fue muy difícil, un padre violento, un hermano desaparecido, otro con una condición extraña, una hija ignorada, le vino como anillo al dedo para ganarse la confianza de una niña desesperada por amor.

—¿Qué quieren? —murmuré con la pesadez de mis ojos albergando el dolor de las nubes grises que cubrían el cielo en ese momento.

—Que la reliquia no quede a merced de individuos inestables nuevamente. Si bien confiamos en ti, tu vecina es sospechosa de haber participado en los crímenes de tu abuela. Cuando una persona tiene mucho poder termina perdiendo la cabeza. Nosotros nos encargaremos de que eso no suceda, somos una asociación regida por un consejo, rescatamos estos elementos para su estudio y mantenimiento, al quedar lejos del alcance de la sociedad, nos aseguramos de que el orden natural no sea alterado injustamente.

Levane Y Las Almas DesorientadasWhere stories live. Discover now