Capítulo 15: Aguamarina

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I

Los alaridos de unas voces conocidas me desconcentran de mi lectura nocturna. No es fácil comprender Otelo cuando las filosas palabras de unas furias rojas friccionan con las de la historia.

Bajo de mi habitación para ver de qué se trata. Otra discusión. Quizás sea por una nueva amante. Mi mamá debería dejarlo de una buena vez.

Aún recuerdo la conversación que tuvimos en una oportunidad.

~~~

—Mami —la llamaba en busca de sus luceros cobrizos.

—Sí, cariño —ella me dirigió la mirada con la sonrisa más dulce que jamás había visto.

En aquel tiempo estaba enamorada de ella. Todavía me acuerdo. Lo perfecto que era saber que alguien te amaba incondicionalmente y que ni en otra vida te haría daño. Eso pensaba.

—Papá me dijo que es mi culpa que ustedes hayan discutido. —Tal vez haya sido así, tal vez no, tal vez era demasiado pequeña como para entender o como para ser la causante de algo así por mi propia cuenta.

Su cara habló más por ella que su boca. Estaba decepcionada.

—No eres responsable de nada, amor. Él jamás debió decirte eso, es una mentira. Fue un problema entre nosotros, el fallo fue de ambos.

—¿Vas a retar a papá?

—Claro que sí, estuvo muy mal lo que hizo.

—¿Se van a divorciar?

—No, no... Eso nunca. Por lo general el divorcio termina perjudicando más a los hijos, Lani. —Ese era el apodo con el que solía nombrarme, si es que no utilizaba un reemplazo más afectuoso.

—Pero ustedes siempre pelean.

—No tiene nada que ver, el amor suele lastimarte. Sin embargo, todo tiene un beneficio al final —levantó mi barbilla con sutileza—, una familia feliz —concluyó sin una pizca de hesitación en su afirmación.

—¿Somos felices?

—Yo sí y estoy segura de que tú también, con tu flamante libro para colorear de hadas. —Eso me sacó una risita.

En ese entonces, convencerme era fácil.

—Es verdad. Te amo, mamá —envolví sus piernas con mis brazos.

~~~

El muro de la escalera me esconde, desde aquí puedo escuchar bien la situación.

Soy consciente del refrán "La curiosidad mató al gato", no obstante, la segunda parte desconocida de la frase menciona que el gato murió sabiendo.

Además, ni siquiera tendría sentido en un primer lugar. En todo caso sería "La curiosidad mató a la ignorancia".

Aunque probablemente siempre me considere inculta.

Es aterrador el hecho de que es imposible que lleguemos a saber lo suficiente de algo.

Ni siquiera sabríamos lo que es suficiente, siendo que el conocimiento no tiene límite.

Me atormenta la noción de que voy a morir sin haber tenido una idea de las cosas.

Desaparecer sin enterarse de nada.

Supongo que eso hace que las cuestiones sean más sencillas.

O a lo mejor, los problemas son sólo mundanos, un intento pendiente de comprender lo que no conocemos.

Levane Y Las Almas DesorientadasWhere stories live. Discover now