Twisted Wonderland [ Fanfic AU ] 🥀 El Tirano Carmesí 🥀

🥀 Capítulo 1 🥀

Había ciertas ocasiones en las que ya fuera o no por accidente, Maryoku terminaba presenciando los sueños de otra persona, esas ocasiones las identificaba gracias a que no reconocía los elementos del sueño y con eso sabía que no le pertenecía ese sueño, es algo a lo que con los años se acostumbró, después de todo a los psíquicos le pueden pasar cosas peores que esas, y la telepatía onírica es el poder que más se llega activar de manera inconsciente más que nada porque necesitas estar dormidos para usarla.

Aún así, aún estando cansado hasta para soñar en algo, suponía que su telepatía onírica se activo de alguna forma, ya de pronto apareció siendo testigo de un sueño en el que vió de las cosas más surrealistas que en su vida entera creyó que alguna vez vería, esto siendo cartas humanoides del porte de una persona, específicamente tres cartas de tréboles que cantando pintaban las rosas.

¿Qué resaltar primero? ¿Las cartas humanoides cantando? ¿El que estuvieran pintando rosas? ¿Qué una niña los estuviera viendo como si no le pareciera algo muy impresionante? No, lo más increíble que había que resaltar aquí es que eso lo estaba soñando otra persona, porque él ni es sus peores días soñó una cosa con menos sentido que esto que estaba viendo...

O al menos eso creía, ese sueño no podía ser suyo, debía ser su telepatía onírica funcionando inconscientemente...¿verdad?

–Pero hay que obedecer~ rojas tendrán que ser,
Ser, ser, ser, ser, ser, ser, ser~
Rojas se van a ver
Las rosas de este jardín–la canción en realidad no tenía mucho encuadre para él, pero al menos le hacían entender que esas cartas por gusto no estaban pintando las rosas.

Al menos puede decir que cosas más ridículas sí ha visto, cuando tiene que lidiar con uno de los compañeros de Fuwaride que le encanta destruir sus propios campos de flores con pintura más que nada, pero nunca había sido algo que se tomara tan enserio como lo estaban haciendo ver esas cartas.

–¿Pero, por qué, Señor del Tres, las pintan de carmín?–preguntó la niña rubia recién llegada a ese jardín, y si le respondían tal vez le aclararían algunas dudas.

–¿Eh? ¡Ah!–las cartas a penas se dieron cuenta de su presencia.

–Pues, pues verá usted–la carta de tres tréboles fue quien se detuvo a explicar–plantamos las rosas blancas por error y...

–La Reina nos encargó
que rojas debieran ser–volvieron a cantar juntos mientras pintaban las cosas.

–Si blancas ve–empezó cantando el de dos tréboles.

–Nos matará–siguió el canto el de un trébol.

–Y nos degollará–terminó el de tres tréboles pasando la brocha roja por su cuello.

–¡Cielos!–la niña rubia llevó una mano a su cuello de la sorpresa

–Para podernos salvar~
las vamos a barnizar.

¿Quién en su sano juicio? Y hablando enserio, aunque estuviera loco, ¿quién podría degollar a alguien solo por no pintar unas rosas de rojo? ¿O siquiera por haberlas plantado blanco en primer lugar? Además, saca el tema otra vez del compañero de Fuwaride, él destruye sus propios rosales tirando pintura sobre ellos porque él mismo dice que por más bellos que sean y a pesar del mucho trabajo que le llevó dejarlos así, no le importaba si se destruían.