Cap 18

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Entré rápido a la universidad, yendo directamente con Sara.

-- ¡Sara! ¡Sara! ¡Mamá! ¿Dónde estás?

Sara: Calmate Jace, hija, estoy aquí ¿qué pasó?

-- Necesito que me digas donde vive ese tal Marck, el compañero de Reachel.

Sara: ¿pero por qué ? ¿Qué pasó hija?

-- Él la secuestró, mamá, tiene a mi Reachel.

Sara: Okay, okay, cálmate.

¿Cómo puede pedir qué me calme? Ese chico puede hacerle algo a Reachel.

Sara: Avenida gorgón, en la séptima calle, casa azul, número 3312.

-- Me voy.

Salí tan rápido como entré, subí al auto, lo encendí y me fuí pisando el acelerador tanto como me fuera posible, éstas son las ventajas de tener un deportivo. Estuve dando unas vueltas, hasta que por fin encontré la casa, pero era algo grande, así que voy a tardar.

Me brinqué las paredes, y derrumbé la puerta de madera, corrí al segundo piso y empecé a buscar habitación por habitación, hasta que encontré una desagradable escena en la habitación final, que era Reachel atada a una silla y mordazada, con el chico sobre ella. Rápidamente lo jalé hacia atrás del cuello de su camiseta.

-- ¿¡Qué mierda crees que estás haciendo, maldito imbécil!?

Le dí un puñetazo en la cara, tumbandolo en la cama; no se cómo, pero el chico se levantó como si no le hubiera dolido, he hizo un pobre y mediocre intento de devolverme el golpe varias veces, pero obviamente no iba a poder. No quería que Reachel me viera tan agresiva, así que saqué al chico hasta el pasillo y empecé a golpearlo, pero parecía que el chico no tenía problemas y seguía parándose.

-- Bien, me lo tomaré enserio.

Le dije mientras escupía un poco de sangre por que me había logrado dar un golpe en el labio.
El chico era bueno, y tenia más fuerza de la qué aparentaba, pero yo tengo más experiencia, bloqueé todos sus golpes lo más que pude, hasta que llegó el momento en el qué su energia se fue gastando, y fue ahí donde aproveché; mientras me quitaba algunos golpes básicos, empezaba a golpearlo directamente en la cara, solo veía su piel rebotar al impacto, sabía que él sabía que ya no podía hacer más, había agotado su energia y solo podía hacer los golpes básicos qué no le gastaran demasiada energía, pero con eso no iba a poder hacer nada, así que simplemente se dejó golpear hasta que perdió la conciencia. Una vez que me aseguré de que estaba inconsciente, regresé de nuevo a la habitación, desaté a Reachel y le quité la mordaza.

--Reachel ¿estás bien?

Ella se lanzó a mi y me abrazó, llorando oculta en mi hombro.

-- Shh... Shh... Ya pasó, ya estoy aquí, ya estoy aquí.

Acaricié su cabello para consolarla.

Reachel: Lo lamento, lo lamento tanto, debí obedecerte, debí quedarme contigo, lo siento tanto Jace.

-- Tranquila, ya hablaremos de eso en casa.

Después de un momento, ella se despegó de mi, pero para mi sorpresa, al salir, el chico ya no estaba.

-- Quedate a un lado de mí.

Le dije a Reachel mientras sacaba mi katana y estaba alerta mientras nos dirigíamos a la salida, pero por suerte, no hubo nada peligroso, así que nos subimos al auto y nos fuimos; y si, nos tuvimos que saltar de vuelta las paredes, pero no fue nada.

Reachel estaba en total silencio, mirando hacia la ventana, estaba aliviada de que estuviera bien, pero preocupada de que ella no confiara más en mí. Llegamos después de unos 26 minutos a casa, bajamos y entramos; Reachel solo se quedó parada en medio de la sala.

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