Cap 12

58 6 4
                                    


Me levanté con cuidado de la cama, pues Reachel seguía dormida, era como una niña pequeña, a pesar de que ya era una adulta, su cabello rubio, suave y brillante...

Aún en pijama, bajé a la planta baja, a la nueva habitación de música que tengo, y cerré la puerta, por cómo pedí específicamente esta habitación, es mayormente insonorizada, aun que si se alcanzan a distinguir sonidos, son muy tenues.
Me senté en el banquillo del piano, abrí la tapa, y empecé a teclear suavemente para asegurarme de que estuviera afinado, y si, lo estaba; seguí tecleando, pero esta vez, en el orden de una partitura vieja para poder calentar, y un poco después, me encontraba tocando la canción "the loneliest girl" es una melodia suave, agradable para el oído, pero bastante triste. Estaba tan sumergida en la música, que sólo me desconcentré cuando un par de brazos me rodearon por la espalda y me sacaron un buen susto.

--Buenos días.

Le dije amable.

Reachel: Buenos días Jace.

Me dí la vuelta, y me paré, quedando casi una cabeza más alta que ella, tomé su mano, y dí un pequeño beso en el dorso de su mano.

--¿Dormiste bien?

Reachel: S-si... ¿Y tú?

Una pequeña Reachel sonrojada me preguntaba nerviosa.

--Dormí bastante bien, por que una linda señorita estaba conmigo.

Reachel: ¡Jace!

Me reclamó la niña haciendo pucheros.

--Es broma, niña.

Froté su cabeza y le sonreí.

--Ven, vamos a desayunar.

Salimos de la habitación, y mientras Reachel se iba a cambiar el pijama, yo me puse a cocinar un desayuno bastante normal, algo de pan tostado con mermelada, omelette, tocino y jugo de naranja, ya saben, el típico desayuno americano.

Reachel: Huele bien.

--Y sabe mejor, así que siéntate a la mesa a desayunar.

No es por nada, pero cuando se trata de cocina, puedo alardear.
Reachel obedeció y yo fui arrimando las cosas a la mesa hasta que todo estuviera listo, ya después pues procedí a desayunar con ella.

Reachel: ¿Nos quedaremos en casa?

Preguntó ella con la comida en la boca.

--No, está vez vamos a salir a buscarte una universidad.

Reachel empezó a tocer y a tomar jugo como si no hubiera bebido nada en días.

Reachel: ¡¿Cómo?!

Me gritó mientras terminaba de ahogarse.

--No te puedo tener encerrada aquí todos los días por el resto de tu vida.

Reachel: ¿Quien dijo que no? Claro que se puede, yo estoy bien así ¿tu también verdad? Por que yo si, digo, hay que intentar, en esta vida todo se puede.

Ella ya no sabía ni que excusa inventar.

--¿De dónde te salió lo optimista ahora? Vamos, será algo que te guste y no habrá nadie que te moleste, de eso me encargaré yo, debe de haber algo que te guste ¿no es así?

Reachel: Pues si, pero no creo que quieras que vaya, a veces es cara por lo que necesito.

--Se te olvida que básicamente soy millonaria, no es problema ¿que es?

Reachel: Fotografía, siempre me ha gustado tomar fotos, me apaciona mostrarles a todos mi imagen de la belleza natural.

--Entonces así será, hay 3 universidades que enseñan fotografía, en lo personal, te recomiendo la universidad "J'Wallen" es bastante grande, y tengo algunos contactos ahí, por lo que podrás entrar sin problemas.

Reachel parecía nerviosa, pero no parecía desagradarle del todo la idea. Terminamos de desayunar tranquilas, cambiamos de tema por lo menos 3 veces, pero todo estaba bien; Cuando terminamos de desayunar, subí a cambiarme, y tomé las llaves del auto, pero esta vez, era uno mucho más sensillo, un BMW deportivo, pero que era común verlo por las calles; salimos, y ambas subimos al auto.

--No estés nerviosa, te prometo que conmigo no será lo mismo.

Reachel asintió nerviosa, pero se que confía en mi mucho más que en otras personas.

Conduje directo a la Universidad, donde ya me estaba esperando una de mis amigas que era maestra ahí. Cuando llegamos, bajamos del auto, y justo en la entrada, estaba Tirza, que era maestra de fotografía precisamente.

Tirza: ¡Jace!

Se abalanzó a abrazarme con fuerza.

--Ey Tirz, ¿que tal todo?

Le devolví el abrazo y después nos separamos, aun que sentí una mirada pesada viéndome.

Tirza: Bastante bien, pero enojada contigo por no hablarme recientemente, deberías tener consideración, soy tu única amiga.

--Si, si, mamá.

Tirza: Así es hija mía.

Siguió con la broma.

--Bueno, aquí te traigo a la niña de la que te hablé, necesito que empiece clases más tardar la semana que viene.

Tirza: Si, no será problema ya que apenas estamos empezando ciclo, así qué será fácil para ella adaptarse. Te enviaré una lista de lo que necesitamos de papeles y materiales, solo que de una vez te advierto, son caros.

--Vamos Tirz, ¿con quien crees que estás tratando.

Tirza: Contigo, por eso lo digo.

Solté una gran carcajada, que creo que no me había reído en años.

--Si que necesitamos ponernos al corriente.

Tirza: Por supuesto. Pero tu invitas.

--Si si, entiendo. Entonces, nos vemos la siguiente semana.

Me dio otro abrazo, y un beso en la mejilla, y procedimos retirarnos.

Rechel estaba muy callada de camino, y mirando hacia la nada.

--¿Todo bien?

Le pregunté casi sin apartar la mirada del frente, por obvias razones.

Reachel: Si.

Es obvio que no.

--¿Estás celosa?

Reachel: Tal vez, a mi no me dejas besarte ni abrazarte así.

--A ella la conozco hace mas de 17 años, seria raro si no la dejase hacer eso.

Reachel igual parecía enojada, y que podría hacer.

--Tú también puedes hacerlo si quieres, no diré nada.

Al decir eso, ella cambió de actitud completamente, y fue hablando todo el camino a casa.

J.W.

una apuesta por tiOnde histórias criam vida. Descubra agora