Cap 3

88 10 4
                                    


_sueño_

Estoy atrapada en un lugar negro, como una habitación; estoy atada a una silla y no puedo divisar nada mas allá de 3 metros frente a mi, no tengo amordazada la boca, pero si atadas las manos y los pies; veces antes he tenido el mismo sueño, así que en 3...2...1...
Empiezo a sentir que mi cuerpo quema, algo arde en mi espalda, y se lo que es: golpes, golpes del hombre con el que crecí; mi padre.

P: vamos cariño, no grites, esto es para corregirte y que no cometas errores como tu madre o como yo, te amo hija, por eso lo hago, es amor ¿lo entiendes?

-- si... Papá.

El castigo continuó un rato, hasta que siento como unas manos recorren mi espalda y se que no es parte del sueño.

_fin del sueño_

Desperté y rápidamente di la vuelta y sujeté lo que me estaba tocando.

Reachel: ¡ouch!

Me quedé mirándole un momento mientras iba soltando mi agarre lentamente hasta soltarla.

-- ¿¡qué diablos haces?!

Reachel: lo siento, te estabas retorciendo en la cama, y te grité algunas veces pero no despertabas, así que solo empecé a sobar tu espalda.

-- No toques mi espalda.

Le dije con mucha sequedad.

Reachel: l-lo siento...

Pude escuchar que su voz se hacía quebradiza.

-- Niña, escucha, no hiciste nada malo, solamente que no me gusta que toquen mi espalda.

Le dije con un tono más calmado que el anterior.

-- por favor, cuando eso vuelva a pasar, solamente tiráme de la cama, si me despiertas como lo hiciste, podría llegar a romperte algo.

Reachel: Está bien... ¿Eso volverá a pasar?

-- lo más seguro es que si, por lo menos cada 2 días, mínimo.

Reachel: ¿y tú estás bien con ello?

-- No, claro que no, ¿quién lo estaría?

Reachel: ¿y qué soñaste?

Me le quedé mirando un momento mientras me incorporaba en la cama.

-- Aún no es el momento adecuado para contestar esa pregunta. Algún día tal vez lo haga.

Reachel: Está bien, de todas maneras no planeo irme a ningún lugar.

No se si es premio o castigo. Como sea, creo que será mejor volver a dormir.

-- Duerme de nuevo, anda.

La niña asintió y se volvió a acomodar; yo simplemente me senté en la orilla de la cama y suspiré pesadamente.

-- ¿que es lo que haré contigo? Reachel.

Susurré al viento con un suspiro y me quedé divagando viendo al techo.

_J.W._

una apuesta por tiحيث تعيش القصص. اكتشف الآن